Repsol ha acabado con las dudas acerca de qué pasará con su dividendo. La petrolera presidida por Antonio Brufau presentaba resultados y, en un escenario en el que la mayoría de compañías opta por suspender/aplazar su retribución al accionista, se ha comprometido a mantener el pago anunciado de 1 euro por acción a cuenta de los resultados de este año y los restantes 0,55 euros que quedan por pagar se llevarán a cabo bajo su fórmula habitual de 'scrip dividend' (se puede cobrar en efectivo o en acciones). Por tanto, la compañía del Ibex 35 mantiene sus planes de cara a retribuir a sus accionistas pese a perder 487 millones de euros en el primer trimestre de 2020 y 3.816 millones en el conjunto del pasado curso tras provisionar sus activos en EEUU y Canadá.
En Sacyr estaban pendientes de la presentación de resultados de Repsol por si hubiera sorpresas en su política de retribución, aunque para su tranquilidad no ha sido así. La constructora es el mayor accionista de la petrolera con un 7,8353% del capital y la confirmación del pago de 0,55 euros por título le reportará alrededor de 67,5 millones de euros el próximo julio. Por tanto, podrá contar con una liquidez que tenía prevista a comienzos de curso y que será aún más necesaria tras el estallido del coronavirus y su impacto en la cotizada.
Si la constructora no cambia su operativa habitual en los repartos de la petrolera, optará por cobrar el dividendo en efectivo. De hecho, en su informe anual remitido a la CNMV hacía constar ese movimiento: "Con fecha 9 de enero de 2020 repite la misma operación que en julio y vuelve a optar por la percepción del dividendo en efectivo, el grupo Sacyr vio reducido su porcentaje de participación en un 0,1983%, siendo el porcentaje final sobre de un 7,8353%".
Recientemente, la constructora decidía optimizar sus costes y reducía a tres sus divisiones al integrar en una sola Ingeniería e Infraestructuras con Industrial por lo que las áreas que tiene ahora son Sacyr Ingeniería e Infraestructuras, Sacyr Concesiones y Sacyr Servicios. Desde la compañía enmarcaban esta operación en su enfásis en convertirse en un grupo de perfil marcadamente concesional.
Repsol ha mantenido su dividendo, lo que proporciona cierto alivio a la constructora, pero la radiografía este curso no es satisfactoria. ¿El motivo? La mala evolución en bolsa y las pérdidas de la petrolera, que provocaban también un golpe en las cuentas de 2019 de la compañía presidida por Manuel Manrique. Sacyr tuvo que imputar un resultado extraordinario negativo de 272 millones y revisar (a la baja) el valor en libros de su participación, desde los 16,79 hasta los 13,93 euros y, salvo que la situación cambie mucho en bolsa, deberá sufrir otra vez una revisión a la baja dicho precio.
La petrolera se disparaba un 13,2% este martes tras presentar resultados y reducía algo el desplome que acumula durante este curso y que alcanza cerca del 38%. La petrolera cotiza sobre los 8,678 euros, un precio bastante por debajo de los 13,93 euros con los que iniciaba el curso y que provocarán un nuevo 'castigo' para Sacyr. De hecho, la compañía del Ibex 35 marcaba en el mes de marzo mínimos históricos y en menos de dos meses se ha disparado un 44%.
Josu Jon Imaz, CEO de Repsol, mandaba también un mensaje de tranquilidad a los accionistas en la conferencia de la compañía con los analistas. El directivo aseguraba que la política de retribución era una "prioridad" en el próximo plan estratégico que se presentará a finales de este curso o comienzos del que viene tras aplazarse por el impacto del coronavirus. Además, iba un paso más allá al destacar que el grupo no dudaría en recortar la producción en caso de que fuese necesario para presevar el efectivo de la compañía o garantizar los dividendos.
Sacyr, que presentará de resultados el 12 de mayo, confirmará el impacto de la Covid-19 en su negocio y las medidas implementadas para paliar que la obra pública se paralizara durante varias semanas tras decretarse el confinamiento. Las miradas estarán puestas en qué sucederá con los vencimientos de deuda que debe afrontar la compañía este curso y que ascienden a 937,2 millones de euros, un 15% del total de deuda a pagar por la compañía, que es de 6.161 millones. No obstante, acometía la venta de su participación del 47,5% en Guadalcesa (concesionaria de una autopista en Málaga) y que, sumada a la venta realizada a Aberdeen de otro 47,5%, alcanzaba los 455 millones, que se "destinarán a la reducción parcial de la deuda corporativa", como informaba la cotizada.
La compañía no se ha quedado con los brazos cruzados puesto que concluía durante el pasado mes las obras para rehabilitar una autopista de México que explotará en concesión durante de diez años y que le reportará 214 millones de euros en ingresos durante dicho periodo. Además, ha plantado cara al Covid-19 puesto que gestiona, a través de Sacyr Concesiones, siete hospitales en España, Portugal, Chile y México. Dos de éstos, se sitúan en el foco de la enfermedad como son el Hospital Universitario Infanta Cristina (Parla) y el Hospital Universitario del Henares (Coslada), ambos en Madrid.
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