Pedro Sánchez ha decidido que el Ibex 35 no sea su compañero de viaje fuera de España. El presidente del Gobierno ha vuelto a dejar en tierra a los grandes empresarios de este país en un viaje de marcado carácter económico -el de Cuba- y ha decidido rodearse de otro tipo de responsables de compañías. Para La Moncloa, "Florentino Pérez es tan importante como cualquier pyme", indican fuentes del gabinete presidencial demostrando que en los desplazamientos al extranjero no son del todo bienvenidos los grandes 'prebostes' del panorama empresarial.
Los grandes empresarios se han quedado fuera del viaje a Cuba de esta semana, pero también antes lo hicieron con motivo de la visita a Estados Unidos y Canadá. De momento, en los más de cinco meses en Moncloa, Sánchez apenas ha tenido contactos puntuales con algunos primeros espadas del Ibex y un acto con motivo de los cien días de la llegada al Gobierno al que acudieron algunos de ellos. El resto han sido más bien desencuentros, pasando de la ofensiva fiscal que ya está en marcha a las distintas leyes también en cartera, como la de cambio climático, que afectará en primera persona a estas compañías punteras.
Ningún grande del Ibex en La Habana
Sánchez viajó esta semana a la isla caribeña con apenas una decena de grandes compañías. El Gobierno quería imprimir un carácter empresarial a la visita pero, quitando a Aena (que pujará por el aeropuerto de La Habana), Telefónica, Sacyr, Talgo o Siemens Gamesa, la nómina de empresarios que acompañó al jefe del Ejecutivo ha sido de un perfil medio o bajo. Fuentes de Moncloa insisten en que no ha sido casual y que se trata de una decisión buscada y meditada.
En efecto, el equipo de Sánchez ha querido tener "un gesto hacia los empresarios", pero hacia todo tipo de directivos, no solo hacia los del Ibex 35. "Hemos adoptado un enfoque mixto, mezclando a grandes empresas con pymes", explican fuentes presidenciales. "No hemos puesto el foco en el Ibex ni en que vaya tal presidente o tal consejero delegado", añaden. Es algo muy diferente a lo que han hecho otros preferentes del Gobierno. Rajoy, por ejemplo, se llevó en los estertores de su mandato a varios empresarios VIP a Brasil en busca de contratos. O Zapatero se rodeó de los grandes del selectivo, tanto en Moncloa como en sus salidas al extranjero. La política de Sánchez con estos empresarios, en cambio, está siendo muy diferente fuera de nuestras fronteras.
"Nosotros no invitamos a un señor, sino invitamos a una empresa", argumentan desde Moncloa sobre esta actitud con los grandes directivos y ejecutivos. "Queremos dar una imagen más transversal", añaden. El Gobierno, por tanto, busca con esta estrategia abrir las puertas tanto a las grandes compañías como a las pymes que salen al extranjero en búsqueda de ampliar sus horizontes. El "enfoque mixto" del que hablan en Moncloa.
En los inicios del mandato de Sánchez, Moncloa sí intentó un acercamiento al Ibex 35. Hubo reuniones con empresarios en el complejo presidencial y el citado acto por los cien días de Gobierno sirvió de marco para tomar una foto de unidad. Pero la sintonía con estos empresarios no existe en los desplazamientos al exterior, al menos.
Fuentes gubernamentales apuntan, por su parte, que tanto desde el gabinete presidencial como desde los diferentes ministerios sí que se mantiene una interlocución fluida con los principales empresarios de su sector. Es el caso de Nadia Calviño, por ejemplo, y su relación con las entidades financieras. O el de Teresa Ribera, que mantiene contactos con las eléctricas de cara el desarrollo de la futura ley de cambio climático. O de José Luis Ábalos y sus nexos de comunicación con las grandes consultoras.
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