Santander absorbe la filial de bolsa para ahorrarse 'extracostes' de una nueva ley

  • La regulación en materia de compensación y liquidación de valores encarece la operativa de la filial al multiplicar la hucha de liquidez exigible.
Fotografía Banco Santander sucursal
Fotografía Banco Santander sucursal
Cordon Press

A veces un cambio normativo invita a replantear estructuras societarias. Ocurre con el Santander, su filial de bolsa y el nuevo marco regulatorio en materia de compensación y liquidación de valores... y quizá empuje a dar pasos parecidos a otras entidades. El grupo cántabro absorberá Santander Investment Bolsa para no tener que afrontar la ingente hucha en liquidez que la norma impone ahora a la subsidiaria, pudiendo ejercer la operativa desde el banco sin tanta red y destinar los recursos liberados a otras actividades.

El nuevo régimen trae cargas adicionales para la filial porque, al operar como única entidad de contrapartida central, le exige dobles garantías: mantener una hucha en efectivo por todas las operaciones de compra-venta de valores que intermedia en nombre de clientes y sumar al tiempo altos niveles de liquidez para cubrir el riesgo de retraso en la liquidación de operaciones. Su adopción es para adaptar la normativa al régimen europeo y a los estándares más utilizados por los países colindantes, además de para permitir la integración en la plataforma paneuropea de liquidación de valores' Target 2 Securities'.

Pero el efecto en la sociedad es que se ve forzada a mantener un importante volumen de recursos afecto a las garantías inmovilizado “sin que pueda destinarlo a otras actividades propias de su negocio y, además, generándole costes significativos”, detalla el proyecto de fusión. La disyuntiva estaba servida porque la carga se reduce simplemente con su integración dentro del banco matriz.

La decisión la firmó el mismo 23 de abril que su consejo aprobó la fusión del Popular, cuyo pistoletazo de arranque ha sido adelantar la integración de la banca privada y el Pastor. Su razón última no ha sido tanto el ‘sobrecoste’ como el desafío del mismo cambio de reglas, pero todo suma en la ecuación cuando el grupo cántabro se encuentra volcado en racionalizar la estructura societaria. Inició el proceso Banesto y Banif en 2013 para simplificar su gestión, facilitar la asignación eficiente de recursos y reducir costes administrativos; y en los últimos años le ha sucedido la reordenación del holding de seguros, de gestión de activos, de las filiales de renting o las sociedades para emisión de deuda.

La mera simplificación reduce obligaciones legales de índole mercantil, contable, fiscal y administrativa, que siempre deben cumplir de manera separada cada sociedad operativa.  Y supone casi un mero trámite porque el dueño es el mismo y banco se subrogará en los derechos de la plantilla aunque se disuelve la sociedad de valores fundada en 1989 como BSN. A raíz de la primera fusión del euro, la del Santander con el Banco Central Hispano mudó su marca varias veces hasta que en 2005 adoptó la actual.

La sociedad de valores Santander Investment Bolsa opera para clientes y en nombre propio en mercados nacionales e internacionales, sin contar con sucursales fuera de España. Tramita operaciones de compraventa y ofrece análisis para inversiones, asesoramiento a empresas sobre su estructura de capital, estrategia industrial, en salidas a bolsa y otras operaciones corporativas.

El Popular consolidará cuentas desde enero

El mayor ensamblaje que encara es el del Popular. La intención es concluirlo este año y contar con cuentas consolidadas con fecha 1 de enero pasado, algo que será factible si el registro de la fusión jurídica no se retrasa a 2019. La operación, que se encuentra lanzada en muchos aspectos, deberá contar con las preceptivas autorizaciones del Ministerio de Economía y potencialmente de la dirección General de Seguros y de autoridades de México ó EEUU.

Las redes del Santander y Popular operan de manera autónoma, aunque se ha dado el primer pasos para unificar los productos con la ‘123 para autónomos y micropymes’, ha abierto negociaciones para homologar las condiciones de las plantillas y avanza en la unificación operativa que será la que determine la fecha de integración. El España sumará 4.800 sucursales y unos 30.000 empleados en plantilla en el primer momento, aunque el plan para extraer 500 millones anuales de sinergias a partir de 2020 apunta a ajustes. La acomodación de red ha comenzado con unas 200 oficinas cuyas obras de actualización se paralizaron con la fusión, pero no se espera medidas en la plantilla hasta avanzado 2019.

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