En los últimos siete años

Santander baja a la mitad la parte del beneficio que asigna al sueldo ejecutivo

La entidad ha reducido el porcentaje de las ganancias ordinarias destinadas a pagar la remuneración de los consejeros ejecutivos desde el 0,52% de 2013, hasta el 0,23% de 2020.

Ana Botín, Banco Santander
Ana Botín, Banco Santander
EFE

Banco Santander dedicó el 0,23% de los beneficios ordinarios atribuidos en 2020 a pagar a sus consejeros ejecutivos. Este porcentaje llegó a ser del 0,52% en 2013, cuando aún presidía el banco Emilio Botín. Tras su fallecimiento en septiembre de 2014, asumió el mando de la entidad su hija, Ana Botín, que hasta entonces lideraba la filial británica. Desde ese momento, esta medida de relación se ha ido rebajando hasta situarse prácticamente a la mitad si se tienen en cuenta los últimos siete años. 

La entidad obtuvo un beneficio ordinario atribuido de 5.081 millones de euros el año pasado, del que dedicó cerca de 13 millones de euros o el 0,23% a pagar a sus ejecutivos: Ana Botín, José Antonio Álvarez y Sergio Rial. El pasado ejercicio se dio la particularidad de que los directivos se redujeron en un 50% su remuneración por la crisis generada tras la expansión del Covid-19. En cambio, tras sumar otros conceptos como dietas o aportaciones a planes de pensiones, la rebaja fue inferior.  Ese mismo año, el retorno sobre capital tangible (ROTE) del banco se colocó en el 7,44%, más de cuatro puntos porcentuales por debajo del periodo anterior. 

En 2019 asignó el 0,29% de unas ganancias ordinarias atribuidas al grupo que se situaron en 8.252 millones de euros. Ese año se anotó un ROTE del 11,79%. Entre 2016 y 2018 dedicaba a pagar a sus ejecutivos un porcentaje que se situaba entre el 0,39% y el 0,32%. Durante esos años, el beneficio subyacente se colocó entre los 6.621 millones y los 8.064 millones. Banco Santander ancló en el 0,41% la retribución total de los primeros espadas del grupo en 2014 y 2015, aunque las ganancias fueron diferentes esos años. En el primero se instalaron en los 5.816 millones de euros y en el segundo en los 6.566 millones de euros. En 2013, dedicó el 0,52% a pagar a sus ejecutivos, a pesar de que el beneficio ordinario ese ejercicio fue de 4.370 millones de euros. 

Este análisis de la evolución de los beneficios ordinarios con respecto a las remuneraciones, que expone el grupo en una reciente presentación sobre gobierno corporativo, resulta apreciable en un contexto marcado por el álgido debate que ha puesto el foco en el sueldo de los banqueros. Para el cálculo se tiene en cuenta la remuneración total, inclusive las retribuciones a corto plazo, las variables diferidas y las vinculadas a objetivos plurianuales. Banco Santander también lleva a cabo anualmente una revisión comparativa de la retribución total de sus consejeros ejecutivos con un grupo de entidades, que en 2021 está formado por BBVA, BNP Paribas, Citi, Crédit Agricole, HSBC, ING, Itaú, Scotiabank y Unicredit.

Durante los últimos meses, uno de los temas más recurrentes en el ámbito bancario es aquel que enfrenta a los grandes planes de reducción de la plantilla de las entidades financieras en miles de empleados, con los salarios que reciben los que se colocan en la primera línea de mando. Las críticas fueron instigadas por los representantes de los trabajadores, que luchan por mejorar todo lo posible las condiciones propuestas para los despidos, pero poco a poco fueron uniéndose a la discusión varios miembros del Gobierno.  

Sueldos muy regulados, pero que no convencen socialmente

Los banqueros repiten incansablemente que sus remuneraciones están muy supervisadas, tanto por organismos reguladores como el Banco Central Europeo (BCE), como por sus propias comisiones de retribución integradas por una mayoría de miembros independientes, así como por el consejo de administración y, finalmente, por sus accionistas, quienes en última instancia tienen el poder de dar 'luz verde' o de tumbar cualquier decisión propuesta por la cúpula. En todo caso, sus palabras poco consuelan a la esfera social cuando se comunica la intención de aplicar Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) para un gran número de empleados y con una afectación mayor sobre la red de oficinas. 

Banco Santander continúa ejecutando un ERE pactado con sindicatos a cierre del ejercicio pasado, que se saldará con la amortización de 3.572 puestos de trabajo, la reubicación de 1.500 empleados y el cierre de 1.033 sucursales. Con este proceso aún como telón de fondo, el consejero delegado del banco, José Antonio Álvarez, ya ha avisado de que la entidad se adaptará a lo que tenga que adaptarse, lo que podría implicar nuevos recortes si así lo requiere el comportamiento de los clientes. Según los últimos datos disponibles correspondientes a cierre del pasado mes de marzo, el banco contaba con una plantilla formada por 190.175 personas, es decir, 4.773 empleados menos con respecto a doce meses atrás. 

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