La banca pierde 6.700 millones por Italia en plena revolución en BBVA y Santander

  • La tensión económica en el país transalpino golpea a las firmas españolas, que llegaron a dejarse 10.000 millones a mitad de la última sesión.
Banca España
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La banca española ha cerrado una semana atípica. Por un lado, los inversores han golpeado con fuerza a las entidades. Por otro, se han producido importantes cambios en la cúpula directiva, alguno de ellos históricos, que dan el pistoletazo de salida a una nueva etapa para Banco Santander y BBVA. Con ello, las firmas financieras buscarán adaptarse a un entorno más desafiante por la llegada de importantes competidores.

En apenas una semana, la banca ha llegado a perder más de 6.700 millones de euros, o lo que es lo mismo, más de un 4,1% de su capitalización conjunta. El principal catalizador del mal hacer del sector ha sido -una vez más- Italia, más en concreto las medidas económicas presentadas por su Gobierno. Los presupuestos presentados por el ministro de finanzas italiano, Giovanni Tria, prevén que el déficit se eleve al 2,4%, frente al 2% previsto inicialmente. Una propuesta que los mercados han entendido como un claro desafío a Bruselas.

La dupla Matteo Salvini y Luigi Di Maio trae de cabeza a los inversores, por sus estridentes propuestas económicas que implican importantes aumentos del gasto. Dichas acciones generan inestabilidad para el país italiano por dos razones: en primer lugar, porque Italia posee una desorbitada deuda superior al 130% de su PIB, por lo que aumentar el déficit es como echar gasolina al fuego. La implicación es que un mayor déficit, con semejante volumen de deuda, es igual a menor solvencia. Lo anterior implica que el país acumula más intereses que repagar y estos son más caros, por lo que su capacidad de pago empeora. De hecho, en solo cinco días el bono a 10 años italiano ha pasado del 2,8% al 3,2%, un crecimiento atípico para la deuda de cualquier país desarrollado.

El segundo problema, y a la postre la explicación de la caída que han sufrido las entidades españolas, es que la solvencia de los países y la de la banca están íntimamente relacionados. La banca atesora en sus activos importantes cantidades de deuda pública de países del euro que le sirven de colateral, esto es una especie de aval que dejan en el BCE para tomar prestado dinero. El problema una vez que dichos bonos valen menos es doble: por un lado, el activo de los bancos será menos, por lo que afecta a su solvencia. En segundo lugar, esos avales les impide obtener los mismos recursos que antes, por lo que también ataca a la liquidez de las entidades.

En un primer momento, lo anterior repercute en aquellas entidades que mayor volumen de deuda de dicho país, en este caso Italia, mantiene en su activo. Por ello, el mazazo más fuerte se lo llevan las entidades italianas y también por ese motivo las españolas sufren, debido a que están entre las que más deuda italiana mantienen. Una vez se ha retroalimentado el anterior proceso, que se conoce como espiral diabólica, se produce un efecto contagio sobre el resto de bancos. La razón es que las entidades mantienen muchas líneas de financiación entre ellas, por lo que la caída de uno puede arrastrar al resto.

Lo anterior, ha llevado a una sesión, la de este viernes, verdaderamente difícil para la banca española con caídas en algún momento por encima del 5% para Banco Sabadell, Banco Santander y algo menores para BBVA o Bankia. Un desplome que ha llegado a suponer una pérdida semanal cercana a los 10.000 millones de euros a mitad de la sesión, aunque al final se ha moderado.

Brasil prosigue castigando a Banco Santander

El castigo a la banca por el efecto de Italia se ha llevado todos los focos, de hecho Banco Sabadell -la entidad más expuesta a Italia- ha sido la que más se ha hundido con un 7,2%. Aunque no se puede quitar la mirada de Brasil y el daño que está haciendo a Banco Santander. En la semana, la entidad que preside Ana Botín ha cerrado en rojo en cuatro de las cinco sesiones y se ha dejado más de 3.900 millones de euros.

El problema que representa Brasil es que las tensiones de los emergentes, su vecino Argentina, está debilitando la economía, a lo que se le une un proceso electoral que da pocas esperanzas. Las elecciones en Brasil suelen ser un ejercicio más de influencia, incluida la compra de votos, que de democracia. Así lo recuerda 'The Economist' al señalar que "así funciona la política en gran parte de Brasil. El dinero que llega a las arcas de los partidos, fluye en forma de compra de votos". De hecho, la principal preocupación para el 62% de los ciudadanos es la corrupción y su anterior presidente está en la cárcel por dicho delito. Por último, el favorito para ganar la presidencia, Jair Bolsonaro, "es un candidato con instintos autoritarios", que además no transmite confianza a los inversores explica la revista.

Brasil es el principal mercado en el organigrama de Santander;:en los primeros meses del año reportó hasta 1.300 millones de euros, un 28% de todos los beneficios. Además, posee en el país una marca líder con casi 5 millones de clientes, con un volumen de activos de 154.981 millones.

Nueva cúpula, para una nueva etapa en la banca

Más allá de las malas noticias que llegan desde el mercado, la gran banca española ha sido noticia por sus cambios en su cúpula directiva. Banco Santander fue el primero que lo llevó a cabo: nombró como nuevo consejero delegado a Andrea Orcel, ascendiendo a vicepresidente del banco a su antecesor, José Antonio Álvarez. Al día siguiente, se produjo otro hito histórico y el consejo de BBVA aprobó la salida de la presidencia Francisco González, al que le sustituirá Carlos Torres Vila.

Ambos cambios se encuadran en el nuevo proceso de transformación digital que abordan ambas entidades. La propia presidenta del Santander quiso reivindicar que la llegada de Orcel buscaba "seguir con la misma estrategia del banco" y que ayudará a la entidad a agilizar su estructura para adaptarse a los cambios que exige el sector en nuevas tecnologías. El mismo cometido tendrá Torres Vila en el BBVA como presidente, el de seguir con el proceso que González inició años atrás.

Con ellos BBVA y Santander afrontan una nueva etapa: la primera fue la crisis, la siguiente la limpieza de los balances, y ahora la transformación digital. La llegada de directivas europeas como la DPS2, sobre compartición de datos entre todos los actores financieros, permitirá que bancos de todo el mundo puedan competir de tú a tú con estos gigantes sin presencia física, solo vía banca digital. Además, la entrada en vigor de dicha legislación abre la puerta a los temidos GAFA (Google, Amazon, Facebook y Apple), alguno de los cuales ya tienen licencias para operar como bancos en Europa y también en España.

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