Los jefes del Santander en Brasil y México rogaron no tener que reportar ante Orcel

  • Sergio Rial y Héctor Grisi lideran las dos regiones más rentables del grupo cántabro, que acaba de redoblar su apuesta por el país azteca.
Andrea Orcel ha hecho oficial su amenaza de demandar al Banco Santanderdemandará a Ana Botín ante los tribunales
Andrea Orcel ha hecho oficial su amenaza de demandar al Banco Santanderdemandará a Ana Botín ante los tribunales

Se rumoreaba en los círculos financieros que el nombramiento de Andrea Orcel como nuevo consejero delegado de Banco Santander, decretado hace cosa de un año, no había sentado bien entre algunos de los directivos con más influencia dentro de la estructura de la entidad. Y lo cierto es que los máximos responsables del banco en Brasil y México, dos de las áreas más importantes del grupo, expresaron sus recelos a la presidenta, Ana Botín. Según fuentes financieras cercanas a la entidad, Sergio Rial y Héctor Grisi pidieron no tener que reportar ante el banquero de inversión italiano.

Tanto Rial como Grisi conocen bien la trayectoria de Orcel y sus métodos de trabajo, dado que ambos cuentan con una contrastada experiencia en la banca de inversión. El primero de ellos aterrizó en Nueva York procedente del país carioca en 2002 para encargarse el área de banca de inversión de Bear Stearns (vendido a JP Morgan a raíz de la crisis), puesto que desempeño hasta 2004. El segundo, trabajó cerca de dos décadas en Credit Suisse en México, filial que llegó a liderar durante 14 años.

En la actualidad, estos dos banqueros están al frente de dos de las divisiones que tienen más valor para Banco Santander. Brasil es el mercado más importante para el grupo, ya que cosecha allí el 29% de su beneficio, mientras que México es la gran apuesta de futuro de la entidad, como demuestra la inversión que acaba de realizar para reforzar su presencia en el capital de la filial azteca.

Es más, una vez que el Brexit y la polémica con los seguros de protección de impagos han nublado las perspectivas de Santander en Reino Unido, Brasil y México se han consolidado como los dos países más rentables para Banco Santander, con retornos sobre el capital tangible (RoTe) que se superan en el entorno del 20%, frente al 9% que, por ejemplo, se obtiene actualmente en España.

Según aseguran a este medio fuentes financieras cercanas al grupo cántabro, la contratación de Orcel no gustó a Rial ni a Grisi, que manifestaron expresamente sus recelos a Botín y le rogaron no tener que reportar ante él. Y es que, según la estructura corporativa del Banco Santander, los responsables del negocio en las diferentes áreas geográficas del grupo rinden cuentas ante el consejero delegado.

Batalla por el relato

Precisamente la semana pasada el Financial Times publicó una información que apuntaba a que el reparto de poder había sido la clave de bóveda de la ruptura entre Orcel y el Banco Santander. Según el prestigioso diario británica, el pasado mes de diciembre el directivo italiano pidió personalmente a Botín que todas las unidades reportasen directamente ante él, lo que incrementaría su mando en la estructura de Santander.

Esta filtración difundida por el FT no ha sentado bien en la estructura de Banco Santander, ya que en la misma cadena de mensajes en la que Orcel demanda más autoridad a Botín, la presidenta le pregunta cómo iban sus negociaciones con UBS para rebajar la compensación ("buyout") de hasta 35 millones de euros acordada en el momento del fichaje con Santander, una parte de conversación que no está reflejada en la publicación del rotativo londinense.

De hecho, según fuentes financieras, en el momento en el que él pide a Botín todos los reportes, el consejo de administración de Banco Santander ya desconfiaba de que Orcel estuviera haciendo todo lo posible para rebajar la cuantía del fichaje, algo a lo que el directivo se había comprometido en la carta oferta firmada el 24 de septiembre entre ambas partes y que será clave en el devenir de la disputa por hasta 112 millones de euros que mantienen en el juzgado de instrucción número 46 de Madrid.

El propio Banco Santander redactó a Orcel el borrador de una carta que el directivo debía enviar a UBS en la que se sostenía que la entidad tenía que hacer todo lo posible para asumir la mitad de su retribución diferida, pero el grupo cántabro no tiene constancia, hasta la fecha, de que el banquero llegara a enviar esta misiva a los responsables de la firma helvética.

"Lejos de realizar todo lo posible para que UBS le abonara una parte significativa de las retribuciones diferidas, en el transcurso de la negociación el Sr. Orcel rechazó destinar a reducir el importe del buyout los 13,7 millones de euros que UBS accedió a pagarle en concepto de retribución no sometida a diferimiento del bonus de 2018 y las retribuciones diferidas que le correspondían en ese momento", dice Santander, que siempre ha defendido que canceló el nombramiento porque se habían incrementado los costes previstos inicialmente.

Sea como fuere, la disputa judicial girará en torno a la ya citada carta oferta del 24 de septiembre. El banquero italiano sostiene que es un contrato que cumple con todas las exigencias legales, al haber voluntad entre ambas partes, mientras que Santander alega que el mismo no quedó perfeccionado "pues estaba pendiente de la negociación y acuerdo sobre uno de sus elementos esenciales y estaba sujeto, además, al cumplimiento de una exigencia legal indeclinable como es su aprobación por la junta general de accionistas".

Para demostrar su versión de los hechos, el Banco Santander ha aportado al juzgado las actas de las comisiones de nombramientos y consejos de administración en los que se debatió la contratación de Andrea Orcel como consejero delegado, mientras que el directivo de país transalpino dispone de una serie de grabaciones de Ana Botín y del secretario del consejo de administración de la entidad, Jaime Pérez Renovales -cuyo contenido publicó 'El Confidencial'- que ponen en entredicho el buen gobierno corporativo en el seno de la entidad, aunque Santander dice de las mismas que son de "dudosa calidad ética y moral".

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