Consecuencias del conflicto

Santander alerta en Reino Unido de que la guerra complicará el acceso a liquidez

La entidad revela a sus inversores que la volatilidad instaurada desde el inicio de la invasión armada rusa a Ucrania puede tener un impacto en su capacidad para obtener fondos a un precio razonable.

José Antonio Álvarez y la presidenta del Banco Santander, Ana Botín
José Antonio Álvarez y la presidenta del Banco Santander, Ana Botín
Europa Press

Banco Santander pone de manifiesto nuevos riesgos vinculados al conflicto armado ruso sobre Ucrania. Apenas una semana después de que estallara la guerra, la entidad que capitanea Ana Botín decidió incluir una mención sobre el panorama incierto -pero incipiente- en el informe anual que remitió a la SEC, el supervisor de los mercados de Estados Unidos. Cuando ha transcurrido casi un mes desde el comienzo de la invasión, el grupo ha registrado un nuevo folleto, ahora en Reino Unido, donde deja patente que la volatilidad instaurada en los mercados podría mermar su capacidad para acceder a financiación a un precio aceptable.  

Las perturbaciones que están sufriendo los mercados financieros mundiales tras la invasión de Ucrania por mandato de Vladímir Putin tienen capacidad de afectar de forma materialmente adversa a Banco Santander, derivando en problemas con respecto a su capacidad para acceder a capital y liquidez en condiciones financieras vistas como razonables para el grupo, según detalla en el nuevo documento de alerta al inversor. No descarta que esta situación perjudique de manera sensible sus operaciones, su situación financiera o sus perspectivas.

De hecho, este problema no es exclusivo del Santander. La guerra está afectando ya a los costes de financiación de las entidades financieras en los mercado de capitales. El sector detectó las tensiones de forma clara el pasado mes de febrero y ya observa cómo comienza a materializarse un encarecimiento de sus costes para la solicitud de fondos que tiene tintes de agudizarse, tal y como publicó este medio. La inflación está disparada y las rentabilidades de los bonos soberanos de los países de la eurozona han entrado en una tendencia alcista. Además, la retirada de las compras de activos ya programada por parte del Banco Central Europeo (BCE) es otro factor que está impactando en el sistema provocando un repunte de precios.

Al banco le inquieta que despierten nuevos movimientos unilaterales que desemboquen en mayores tensiones y hostilidades entre países

En el folleto registrado en Reino Unido, Banco Santander expone la incertidumbre que la invasión genera sobre la estabilidad económica, la posibilidad de recesión y su impacto en los precios de la energía, que espoleará aún más la inflación ya desbordante. Además, atisba un potencial retroceso de la globalización, al tiempo que ha trasladado su inquietud en caso de que afloren más movimientos políticos de acción unilateral que puedan desembocar en mayores tensiones y hostilidades entre los distintos países. 

La entidad con sede en Boadilla del Monte también hace un breve repaso al contraataque al Kremlin diseñado por Estados Unidos, Europa y Reino Unido dentro de los riesgos relacionados con los crímenes financieros. Se ha expulsado a una serie de bancos rusos del sistema Swift -conocido como el 'botón nuclear financiero'-, se han congelado los activos a oligarcas con intención de golpear a la élite, se ha prohibido realizar transacciones con empresas estatales rusas, nuevas inversiones en el sector energético o exportaciones de productos de lujo. Joe Biden igualmente ha emitido una orden para vetar el comercio con Donetsk y Lugansk tras el reconocimiento ruso de su independencia. Todos los aliados amenazan con seguir imponiendo sanciones más duras. 

Banco Santander amplía con este aviso los riesgos a los que está expuesto con respecto a la guerra. En España todavía no ha hecho ninguna comunicación al respecto. Sin embargo, el informe de este tipo más reciente del banco cántabro que consta en los registros de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) tiene fecha de marzo de 2021 y su última actualización es de noviembre del mismo año, por lo que sus equipos podrían remitir un nuevo documento próximamente. 

Otras entidades también se han sumado recientemente a alertar a sus inversores sobre su exposición a la invasión. BBVA avisó, también en la SEC estadounidense, del excepcional desafío y la incertidumbre que supone el conflicto, el mayor ataque militar en Europa desde la Segunda Guerra Mundial. ¿Sus principales efectos negativos? Inestabilidad y volatilidad significativa en los mercados, mayor inflación -fundamentalmente por el encarecimiento de la energía y los productos básicos-, turbulencias financieras por una retirada más agresiva de los estímulos monetarios, problemas en las cadenas de suministros y un crecimiento económico menor o negativo. El banco que preside Carlos Torres indicó entonces que su exposición era limitada y, de forma posterior, incluyó en su último informe de relevancia prudencial una cifra: 58 millones de euros el riesgo crediticio a empresas rusas.

BBVA tampoco ha alertado por el momento a la CNMV u otro supervisor internacional aparte de la SEC. Otro banco que ha plasmado el riesgo que las consecuencias del conflicto armado ruso sobre Ucrania pueden tener sobre su negocio ha sido Cajamar. La cooperativa comandada por Eduardo Baamonde asume la posibilidad de que la guerra le afecte debido a su excesiva exposición a sectores altamente dependientes de los mercados de materias primas agroalimentarias y energéticos que durante estas semanas están sufriendo fuertes oscilaciones. La mitad de su cartera cedible de préstamos está ligada a la agricultura, la ganadería y la caza, así como al comercio al por mayor y otros intermediarios, con un saldo actual de 490,03 millones de euros.

Y el último en sumarse, por ahora, ha sido Banco Sabadell. El grupo catalán señala que el aumento en los precios de la energía se añade a un contexto de inflaciones que ya se encontraban en niveles elevados, tanto en España como en la mayoría de los países desarrollados. Este escenario puede llevar a la banca central a acelerar las subidas de los tipos de interés, lo que desencadenaría una mayor aversión al riesgo y un tensionamiento de las condiciones financieras a nivel global. Como consecuencia, existe un riesgo sobre la actividad económica, el crédito y la calidad del mismo. 

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