'Archirrival' de Indra

Scytl pide árnica para atrasar sus cuentas y refinanciar la deuda en el preconcurso

  • La tecnológica debe llegar a un acuerdo con la banca por un pasivo de más de 30 millones. Su mayor socio español recortó a la mitad su valoración.
Pere Valles Scytl
Pere Valles Scytl
EP

La tecnológica catalana Scytl vive un momento delicado. Con una deuda de más de 30 millones de euros negocia 'in extremis' una refinanciación con la banca en un preconcurso de acreedores. Mientras alcanza un acuerdo, la gran rival de Indra reclama permiso al Registro Mercantil para lograr una prórroga antes de aprobar sus cuentas de 2018 en la junta de accionistas.

Fue una de las grandes startups más valoradas de España. La firma especializada en voto electrónico y escrutinios recibió el respaldo por algunos de los grandes fondos internacionales, como el británico Balderton Capital o Vulcan Capital, detrás del cual se encuentra el cofundador de Microsoft, Paul Allen. Recaudó más de 120 millones de euros en diferentes ampliaciones de capital. Pero los problemas de impagos en diferentes proyectos de países emergentes y el menor crecimiento del esperado en el mercado electoral la han golpeado durante los últimos años.

En 2017 llegaron los primeros problemas. Después de esos impagos, principalmente en el Congo (que obligó a una provisión de 21 millones de euros que disparó sus pérdidas), la compañía logra refinanciar la deuda con la banca (Bankinter o Sabadell, entre otros) que se había disparado hasta los 26,7 millones de euros. El pacto le permitió posponer la amortización de esa deuda en octubre de 2018, casi un año y medio después. Lograba algo de oxígeno. Pero no por mucho tiempo.

La evolución hasta ahora no ha sido especialmente buena. Y la compañía ha tenido que recurrir de nuevo a la refinanciación de la deuda. Pero, en esta ocasión, lo ha hecho con la fórmula del preconcurso de acreedores. Es un paso previo, en el que se permite la renegociación antes de declarar el concurso de manera oficial -con la entrada de un administrador nombrado por un juez-. Una ronda de 5 millones que estaban perfilando con los socios actuales no iba a resolver el problema de fondo.

Es en ese contexto en el que se acoge a la Ley del Registro Mercantil, que permite retrasar la aprobación de las cuentas por junta general de accionistas y posterior publicación. No se ha hecho pública la causa por la que se acoge, aunque todo apunta a la situación económica y el preconcurso están influyendo, pues ese potencial acuerdo cambiará algunos puntos de ese ejercicio fiscal. A partir de ahora deberá justificar esta medida cada seis meses.

No hay cifras económicas ni de 2018, ni tampoco de 2019. Se desconoce cómo ha evolucionado la deuda y, sobre todo, sus pérdidas. Pero la realidad es que el año 2019 se convirtió en una pesadilla. No sólo por los problemas surgidos en las elecciones municipales en España -con quejas en numerosos municipios y partidos por diferencias importantes entre los datos de resultados de la página web y los del recuento oficial- sino por el fallo de seguridad detectado en su sistema de voto electrónico por un grupo de investigadores en Suiza y por los miedos crecientes de los gobiernos por los ciberataques y la consiguiente ralentización aún mayor de este mercado.

Caída de la valoración

Los inversores siguen muy de cerca esta situación. Entre ellos se encuentra la propia Telefónica, que cuenta con algo menos del 2% de las acciones. ¿La razón? Básicamente por una de las operaciones financieras con las que la tecnológica catalana trató de ganar oxígeno 'in extremis'. Se apuntó la 'venta' de su 'joint-venture' con Telefónica para consultas ciudadanas en internet (Open Séneca) lo que le permitió aflorar y reconocerse un activo de 30 millones de euros y generar un ingreso extraordinario. Eso fue en 2016. Tres años más tarde, a principios de 2019, la operadora vendió el 15% en esa sociedad que ambos tenían y le pagó en acciones.

La valoración oficial de la empresa era de algo más de 300 millones de euros. Sin embargo, algunos de sus inversores más destacados han decidido recortarla ante las perspectivas. El fondo catalán Nauta Capital decidió, ante la marcha más negativa de los primeros meses de 2019, ajustar su valoración. "La progresión financiera de Scytl no está siendo la esperada y pese a que se ha producido una mejora y una evolución favorable en 2018, la sociedad ha decidido ajustar", apunta en las cuentas recién presentadas en el Registro Mercantil. Es decir, su 18% en la empresa lo valora en 15 millones. Es decir, el total de la startup lo colocó en apenas 81 millones de euros, una cuarta parte del 'precio' fijado tras la ronda de 2014 y menos de la mitad de lo que ellos mismos apuntaban el año anterior.

La cuenta atrás ha comenzado para la firma con sede en Barcelona. Tienen semanas por delante para llegar a un acuerdo y evitar el concurso. Ya han pedido tiempo al Registro Mercantil, mientras ordenan las cuentas. Mucho aún por hacer.

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