Telefónica, también damnificada

El agujero público de Scytl: Generalitat y Gobierno perderán 25 millones en ayudas

  • El Govern concedió hasta tres préstamos en diferentes organismos por, al menos, 6 millones. El Estado es el más perjudicado por los programas de I+D.
Oficinas de Scytl
Oficinas de Scytl
Scytl

Más de 25 millones de euros. Ese es el agujero de dinero público que dejará el concurso de acreedores de la tecnológica catalana especializada en voto electrónico Scytl. En esa cantidad se suman todas las ayudas reembolsables para proyectos de investigación y desarrollo y los préstamos aportados durante años, principalmente, por la Generalitat de Cataluña y el Gobierno de España. Ambas partes dan prácticamente por perdidas, tanto si llega a una liquidación total del grupo como si los activos se venden al 'hedge fund' estadounidense Sandton. Esta última es, según confirman varias fuentes conocedoras, la opción más probable y tiene una condición indispensable: la quita de todos los pasivos.

Scytl se construyó prácticamente desde el principio con capital privado de inversores y también con fondos públicos. En el año 2002, con algo más de un año de trayectoria, el Ministerio de Economía le otorgó la primera ayuda reembolsable, con el programa Neotec, que se estrenaba en aquel entonces e iba destinado a la consolidación de empresas de base tecnológica. A partir de ahí no dejó de acudir a esta opción, en paralelo a las diferentes rondas de financiación ejecutadas con fondos nacionales e internacionales de capital riesgo y a los préstamos de entidades financieras, con el Banco Sabadell a la cabeza. 

En total tenía más de 25 millones de euros por devolver de dinero de las diferentes administraciones (y más de 35 millones a bancos), según su propio balance. Después de varias refinanciaciones y aplazamientos que se habían ido negociando con los diferentes organismos y ministerios, la compañía tenía que haber hecho frente a 4 millones en 2018 y 11,2 millones en 2019, algo que no sucedió por sus problemas económicos. A partir de este ejercicio 2020 y en adelante tenía pendiente el resto. ¿La tipología? "Desde préstamos a tipo cero, a préstamos referenciados al Euribor más un diferencial y en ocasiones sujetos a un interés variable relacionado con el resultado de la sociedad", asegura.

En sus cuentas no refleja quiénes son los deudores. Pero, según toda la documentación pública de las diferentes convocatorias a las que presentó sus credenciales, la Generalitat de Cataluña es uno de los deudores. La compañía, muy vinculada con la comunidad, había logrado varios préstamos públicos. Por un lado, el Instituto Catalán de Finanzas (ICF) -fundado en 1985 y destinado a la financiación de empresas de la región a través de créditos, avales e inversión en capital riesgo-  concedió uno con vencimiento a mediados de 2019 de 2 millones de euros. Por otro, Avançsa, el holding empresarial de la administración, entregó 4 millones en dos operaciones entre 2017 y 2018. Por último, fue beneficiario de otro crédito de Acció, la Agencia Catalana para la Competitividad de la Empresa, por un millón. Además también recibieron otras subvenciones menores para proyectos concretos.

Junto a la Generalitat, y algunas subvenciones otorgadas en Europa, el Estado es el otro gran acreedor. Según la información consultada en el Portal de Transparencia, hay constancia de diferentes ayudas por valor de al menos 13 millones de euros otorgadas a la empresa en los últimos seis años. ¿Quiénes fueron los organismos que las entregaron? Principalmente el Ministerio de Economía, a través de diferentes organismos como la Agencia Estatal de Investigación, el de Industria, con el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), y el de Ciencia e Innovación, con el programa llamado Innpacto.

La venta, más probable

Todo este dinero público será prácticamente imposible de devolver. Y la razón es que el futuro previsible de Scytl es el de la venta al hedge fund estadounidense después del concurso 'exprés' iniciado tras el fracaso del proceso de 'colocación', que arrancó a mediados de año y en el que se negoció con más de una veintena de potenciales interesados (que declinaron por el elevado endeudamiento). Esta compra, por un precio muy bajo, de Sandton es la opción que, pese a que acarrea un perjuicio a los acreedores, permite mantener el empleo. Y así lo han defendido algunos de los principales fondos a sus accionistas. El consejo de administración, conformado por los dos fondos españoles Nauta Capital y Spinnaker, ha recomendado que se acepte la oferta realizada por Sandton por la 'unidad productiva', que comprende el 70% del empleo, los activos esenciales, las patentes y los contratos. En la comunicación que Spinnaker ha hecho a sus socios, admite que esto significa "dejar fuera la totalidad del pasivo, tanto deudores como accionistas, pero permite la viabilidad de la compañía".

Pero, incluso, en el caso de que el juez optara por la liquidación definitiva, los activos de la empresa no permitirían devolver esa deuda -que además debería aguardar a su turno en el orden de cobro del concurso-. Entre activos corrientes y no corrientes contaba a cierre de 2018 -último año disponible- con algo más de 15 millones de euros, entre los que están 1,6 millones de euros de caja. A esto hay que sumar 33 millones de créditos a empresas del grupo y casi 40 millones de euros en los que se valoran las participaciones en esas filiales. Es llamativo que casi la práctica totalidad de esta última cifra corresponde a su participación en Open Seneca SL, la 'joint venture' que creó con Telefónica para gestionar todo tipo de consultas privadas por internet.

Accionistas afectados

La operadora de telecomunicaciones presidida en España por Emilio Gayo es también otro de los afectados. Y lo es porque esa participación en la filial creada junto a la tecnológica catalana se convirtió en acciones de esta última -menos del 2%-, tal y como avanzó La Información. En concreto, el 11% que la teleco tenía en esa sociedad se pagó con 5 millones de euros en acciones. Es una cantidad similar a la que había inyectado desde su fundación en el año 2016. La compra de Sandton será a un precio muy inferior a la que se fijó para esta transacción, por lo que se tendrá que apuntar pérdidas.

Pero Telefónica es sólo un accionista minoritario. Los fondos españoles inyectaron más de una decena de millones de euros en los primeros años y en la ronda de 2014, cuando aterrizaron los estadounidenses liderados por Vulcan Capital (del cofundador de Microsoft). Esa fue de algo más de 100 millones de dólares (78 millones de euros al cambio de aquella fecha), de la que dos tercios fue a recomprar acciones de los socios existentes. A esto hay que sumar todas las ampliaciones que se han ido haciendo por compensación de créditos aportados por estos accionistas. En total: algo más de 25 millones de euros.

Todos estos problemas para Scytl llegan, precisamente, cuando el negocio había logrado acercarse a la rentabilidad, tras los ajustes de los últimos años -hay que recordar que la plantilla llegó a sumar más de 400 personas en todo el mundo-. Según los datos que ha comunicado a los accionistas, sumaron en 2019 un total de  18 millones de euros de ingresos (la cifra más alta desde el año 2015) y unas pérdidas operativas de algo más de 2 millones de euros, la más baja del último lustro y un 60% menos que el año anterior. En los tres primeros meses del año, en pleno preconcurso de acreedores, las cifras se desplomaron. Ahora, el contador sigue avanzando mientras el juez dictamina sobre su futuro. Un futuro que dejará un agujero importante de ayudas públicas.

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