La tecnológica española Scytl logra más oxígeno en forma de capital. La compañía perfila una ronda de financiación de unos 6 millones de dólares (unos 5 millones de euros al cambio) que serán aportados principalmente por los socios actuales, según explican fuentes conocedoras. Entre esos accionistas se encuentran el fondo catalán Nauta Capital y el británico Balderton Capital y figuras como el cofundador de Microsoft, Paul Allen. El objetivo: reforzarse en su giro hacia las elecciones privadas, después de años batallando por reflotar el negocio.
Esta ampliación de capital, cuya valoración no ha sido desvelada, es la tercera que se cierra en los últimos cinco años. En 2014, recibió 104 millones de dólares (94 millones al cambio de entonces) de inversores internacionales de calado como VY Capital, Industry Ventures o SAP Ventures. Tres años después, a principios de 2017, levantó otros 12 millones de euros a una valoración de 360 millones de dólares.
¿Para qué se destinará este dinero? Según confirman las mismas fuentes, buscan reforzar el equipo de ventas vinculado a las elecciones del sector privado, uno de los nuevos objetivos para 'esquivar' el complicado negocio de los comicios públicos. La estructura debe ser distinta, pues los ciclos de venta son más cortos, con ingresos mucho más reducidos por cada uno de los contratos y la necesidad de inversión en marketing online, apuntan.
La compañía sigue recurriendo a sus accionistas actuales para tratar de reforzar su capital. Y lo hace después de que decidiera hace más de dos años descartar su salida a bolsa en EEUU, mientras se recuperaba de los problemas de impagos sufridos en los mercados emergentes que le generaron un importante agujero económico. El caso más sangrante fue el del Congo, con el que tuvo que provisionar más de 20 millones de euros. El reparto accionarial se mantiene, con Nauta Capital y Balderton Capital como socios clave. Y la compañía sólo tiene la venta futura como posible salida en el horizonte para todos los fondos de inversión.
Tras el 26-M
La operación llega justo después de que Scytl viviera una particular crisis tras la celebración de las elecciones municipales, autonómicas y europeas del 26 de mayo. Primero con problemas importantes en los simulacros anteriores a las elecciones. Y posteriormente con quejas en numerosos municipios y partidos por diferencias importantes entre los datos de los resultados de la página web y los del recuento oficial.
No era el único golpe de los últimos meses. Un grupo de investigadores encontró fallos en seguridad informática que demostraban que existía una 'puerta trasera' en su sistema de votación por internet en Suiza, que permitía que alguien pudiera modificar los votos sin ser detectado.
Además Scytl culminó a principios de este año el aterrizaje de Telefónica en su accionariado como continuación a una operación financiera con la que trató de 'salvar los muebles' en España. La operadora de telecomunicaciones española vendió su 15% de la 'joint-venture' que tenían entre ambos para atacar el segmento de las consultas ciudadanas. Y lo hizo a cambio de acciones de la tecnológica catalana. De esta forma, la teleco controla menos del 2% de los títulos.
Las cifras económicas de la compañía se han resentido en los últimos años. En su división de venta de 'software', pasó en el año 2017 -último del que hay datos en el Registro mercantil- de 7 a 4 millones de euros de ingresos con unas pérdidas de 13,3 millones. Este no es todo el volumen de negocio, pues en esta sociedad española no consolida todos los ingresos procedentes de otras filiales extranjeras, ni tampoco la sociedad con la que gestiona su negocio de 'hardware'. Según explican las mismas fuentes, el primer semestre de 2019 se ha cerrado con un ebitda positivo en todo el grupo.
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