La crisis por los fallos del 26-M golpea a Scytl tras años de pelea por salir adelante

  • La tecnológica catalana se convierte en diana de críticas de Interior y Moncloa ante los problemas en el recuento de las elecciones municipales.
Imagen de archivo de un almacén de urnas y papeletas.EFE
Imagen de archivo de un almacén de urnas y papeletas.EFE

Está en el ojo del huracán. La tecnológica catalana Scytl ha salido golpeada del recuento electoral del pasado domingo. Los problemas con la información ofrecida en la web y el escrutinio real ha despertado las críticas de Interior. Esta crisis llega en pleno intento por reflotar su negocio en un sector complejo -y muy señalado por la ciberseguridad- como el del voto electrónico y las elecciones.

La compañía, 'archirrival' de la también española Indra, se hizo con el contrato para el escrutinio de las elecciones municipales y europeas del 26 de mayo. Era un reto enorme, pues esa coincidencia de comicios sólo había sucedido 20 años atrás. Lo consiguió rebajando de manera significativa el precio -aunque no al nivel de otras adjudicaciones en el pasado- hasta los 8 millones de euros.

El reto era grande, por la complejidad de unas elecciones municipales en la trastienda técnica. Y el resultado ha sido una crisis importante para Scytl. Primero con problemas importantes en los simulacros anteriores a las elecciones. Y posteriormente con quejas en numerosos municipios y partidos por diferencias importantes entre los datos de los resultados de la página web y los del recuento oficial.

Desde Moncloa se apresuraron a aclarar este miércoles que el origen hay que encontrarlo en un criterio elegido por Scytl (y su 'compañera' de concesión, Vector). La tecnológica, según esta versión, suma a cada partido o agrupación los votos que han sido "necesarios" para lograr concejalías, pero los restantes no los contabiliza. "No quiere decir que no hayan sido escrutado, sino que no aparecen reflejados en ningún sitio en la web", apuntan fuentes, que insisten en que en todos los municipios, a la espera de la proclamación definitiva de los resultados, el escrutinio es "generalmente correcto". Admite que puede haber incidencias que deberán ser solventadas por las Juntas Electorales de Zona. "Siempre hay", apostillan.

Reflotando el negocio

Scytl ha tenido que preparar una nueva versión de todo el sistema. Pero el daño a la marca ya está hecho. No ha sido el único golpe recibido en los últimos meses, en los que los recelos de los protagonistas de las elecciones van en aumento con proveedores como la tecnológica catalana. Un grupo de investigadores encontró fallos en seguridad informática demostraran que existía una 'puerta trasera' en su sistema de votación por internet en Suiza, que permitía que alguien pudiera modificar los votos sin ser detectado. El golpe es doloroso, pues la compañía reconocía en las cuentas de 2017 que este país -gracias principalmente a estas elecciones y al potencial crecimiento- iba a representar "uno de los principales mercados a partir de 2018".

A estos golpes hay que sumar los miedos crecientes de los gobiernos por la ciberseguridad en algo tan delicado como el 'software' encargado de la transmisión de los escrutinios electorales y del voto electrónico a través de máquinas (y no urnas). Unos miedos que han frenado sus planes de crecimiento en este área y que la han colocado, junto a otros proveedores, bajo la lupa del líderes políticos en Estados Unidos ante las próximas elecciones en 2020.

El crecimiento del voto electrónico fue la apuesta de la compañía, cuando algunos de los grandes fondos de inversión internacionales (VY Capital, Industry Ventures, Balderton Capital o Adam Street Capital) junto a figuras como el cofundador de Microsoft, Paul Allen, decidieron inyectar más de 100 millones de dólares en 2014 en forma de capital. Sin embargo, la evolución no ha sido la esperada (como principales mercados sólo tiene a Canadá, Suiza o Australia), lo que le ha llevado a centrarse sobre todo a elecciones en el sector privado (y también en el sector público, pero orientado a consultas de participación ciudadana) para tratar de compensar.

Impagos y caída de ingresos

A esta circunstancia, hay que sumar otra más: la tecnológica lleva varios años tratando de recuperarse de los problemas de impagos sufridos en diferentes países en desarrollo tanto en África como Latinoamérica. El caso más claro es el del Congo, donde el Gobierno local le debía más de 20 millones de euros, pero también están los de Honduras o Ecuador con más de 6 millones de euros. Eso disparó pérdidas (más de 30 millones de euros) por las cantidades que debió provisionar en sus cuentas y obligó a salir de muchos de estos mercados. Además, ha acarreado operaciones corporativas para tratar de restituir el patrimonio.

La de Telefónica ha sido la primera. Se apuntó 30 millones de euros de 'ganancia' por la enajenación de los activos de la 'joint venture' que mantiene con la teleco para el negocio de las consultas públicas. Es decir, extrajeron el 5% de esta sociedad en una sociedad nueva "lo que permitió reconocernos ese activo de 30 millones", explicaba a La Información el presidente, Pere Vallés. Éste reconocía que iba a ser la primera de otras ventas, entre las filiales que tiene por todo el mundo y las adquisiciones que ha ido completando en este tiempo.

Las cifras no remontan. Su división de venta de 'software', que hasta hace dos años era cabecera de su holding, pasó de 7 a 4 millones de euros de ingresos (con unas pérdidas de 13,3 millones de euros) en 2017, último año disponible. "La transformación del modelo de negocio ha penalizado claramente la cifra de ingresos", apostilla en la memoria presentada en el Registro Mercantil. ¿Es este su negocio completo? No. Porque hace dos años hubo otro cambio importante: la empresa dividió la pata de 'software' y la de 'hardware' para tratar de diferenciar bien los negocios.

Para contextualizar, cuando Scytl gana un contrato en España para el escrutinio no sólo aporta la plataforma tecnológica para la transmisión de los datos, sino también todos los aparatos (PDA o dispositivos móviles) para llevarla a cabo. La división que se encarga de esto último fue escindida, pues se trata de un negocio con mucho volumen y menos márgenes que distorsionaba las cifras. Por tanto, ahora que no hay consolidación en ningún sitio es imposible saber la fotografía económica definitiva.

Esta ha sido la batalla hasta ahora para tratar de sobrevivir en el complejo sector de las elecciones y el voto electrónico. En este contexto llega un nuevo golpe en su 'casa', en España, tras las elecciones del pasado domingo.

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