Sears, Fullbeauty... el comercio clásico de EEUU se apaga ante la 'amenaza Amazon'

  • La estrategia de los grandes almacenes y las firmas de venta por catálogo se agota en la primera potencia mundial y presiona a sus homólogos europeos.
Exterior de un establecimiento de la cadena Sears.
Exterior de un establecimiento de la cadena Sears.
Efe

Una tormenta perfecta. Algunos nombres de la gran distribución estadounidense acaban de iniciar un 2019 en el que los fantasmas de la crisis son cada vez más reales. Incapaces de hacer frente a la transformación de su modelo de negocio, en el que Amazon está cambiando las reglas de juego, aspiran a lograr más financiación y reestructurar su deuda antes de que suene la alarma final.

La última enseña en recurrir al Capítulo 11 de la Ley de Quiebras, el equivalente estadounidense a la suspensión de pagos, es la cadena Fullbeauty Brands. La compañía, referencia en el segmento de las tallas grandes, puede acabar en manos de sus acreedores en función de cómo logre cuadrar la reestructuración de su deuda.

Es uno de los síntomas de la crisis del comercio tradicional: refinanciar pasivos que, sobre el papel, no parecen excesivamente altos pero que complican su operatividad. Más aún en un negocio donde los márgenes en las tiendas físicas siguen sin despegar y donde la venta online eleva significativamente los costes. En el caso de Fullbeauty Brands, logra un volumen de ingresos de cerca de 1.400 millones de dólares anuales (no desvela sus cifras exactas porque no es cotizada) y aspira a reestructurar un pasivo de 900 millones de dólares.

Además, se trata de una cadena que basa su negocio en la venta por catálogo, un segmento golpeado por la capacidad de venta y de entrega inmediata de Amazon. Fullbeauty Brands, previsiblemente, va a cambiar de manos. Actualmente, la compañía está controlada por la firma de capital riesgo Apax Partners que, si las negociaciones siguen su curso actual, la traspasará a acreedores como Oaktree Capital y el banco de inversión Goldman Sachs.

La cuenta atrás de Sears

Si hay una compañía que ejemplifique el 'apocalipsis del retail' (como se denomina a la imparable crisis del comercio en Estados Unidos) es Sears. Hace dos meses, uno de los nombres más tradicionales en el segmento de los grandes almacenes se amparó en el Capítulo 11 (que coloca su actividad bajo supervisión judicial), de nuevo, incapaz de pagar su deuda.

La crisis de Sears ha dejado en el aire la continuidad de sus 142 establecimientos a la espera de un plan de salvamento. Fundada en 1893, es la cadena que dio el gran salto al 'democratizar' la venta de cualquier tipo de producto a precios asequibles para cualquier bolsillo. También ha servido de puerta de entrada a otras firmas 'low cost' en el mercado estadounidense, como la irlandesa Primark, que aprovechó su red para probar si se adaptaba al consumidor local antes de abrir sus tiendas propias. Su continuidad va a depender su presidente, Edward S. Lampert, y de que el juez que supervisa la reestructuración de Sears dé luz verde a su plan de compra, porque quiere adquirir la totalidad o una parte de los activos de la cadena para que pueda seguir operando. 

Otros rivales de Sears, como Macy's, ya anunciaron el pasado año el cierre de las tiendas menos rentables, lo que en su caso conllevaba cerca de 5.000 despidos. Algo similar a lo que ha ocurrido en Europa con otras empresas de grandes almacenes, como Mark & Spencer. Una exigencia de transformación que, en España, mete presión a El Corte Inglés. En el caso del gigante local, la compañía está acelerando en los últimos meses la transformación de su equipo directivo, la reestructuración de su deuda y, también, la adaptación de su estructura. La compañía encabezada por Jesús Nuño de la Rosa, además, se está aproximando a los estándares de las cotizadas, lo que deja entrever que su salida a bolsa está más cerca.

En los próximas semanas toca ver cómo han evolucionado los resultados de algunas de las grandes del comercio de moda, como la sueca H&M o la estadounidense Abercrombie & Fitch. La primera lleva meses tratando de dar la vuelta a sus resultados financieros. En el caso de la firma norteamericana, la transformación es más compleja. A la crisis del negocio se suma, además, el reciente relevo de toda su cúpula directiva, tras las polémicas de su anterior consejero delegado, Mike Jeffries, quien aseguró que la marca sólo hacía ropa para gente delgada. En el escenario actual, cualquier traspiés, aunque sea de comunicación, puede salir caro.

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