Sears no puede cantar victoria. El gigante de la distribución de Estados Unidos, considerado uno de los pioneros del gran almacén, logró esquivar la liquidación después de que el juez que supervisaba su quiebra (que en Estados Unidos se denomina Chapter 11) aceptara la oferta de compra por parte del que era el presidente y primer ejecutivo de la compañía, Eddie Lampert.
A través de la firma de inversión en la que participa, el ‘hedge fund’ ESL, Lampert se quedó con los principales activos de Sears en una oferta valorada en 5.200 millones de dólares (el equivalente a (4.560 millones de euros). Una oferta, que a juicio de parte de los acreedores, no debería haberse aceptado porque, entienden, Lampert fue responsable de llevar la compañía al equivalente al concurso de acreedores y beneficiarse de esa crisis para ‘limpiar’ los activos no rentables.
Ese grupo de acreedores, según la prensa estadounidense, presentó este miércoles una demanda contra Lampert. Le acusan de minar la liquidez y la caja de la compañía de distribución a través de la compra de acciones propias.
"La propuesta de compra de ESL, para salvar la empresa, no es más que la etapa final de un plan para privar a Sears de activos y a sus empleados de puestos de trabajo en beneficio de los bolsillos de la firma de inversión y del propio Lampert", aseguran los acreedores en la documentación que han presentado con el objetivo de anular el acuerdo.
Sears solicitó el amparo del Capítulo 11 de la ley de quiebras estadounidense el pasado 15 de octubre, con un deuda que superaba los 11.000 millones de dólares, tras años de arrastrar pérdidas.
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