Seis empresas disputan el negocio del alquiler de 6.000 patinetes en Madrid

Ante la oleada de operadoras de micromovilidad, ciudades como Madrid se han visto obligadas a tomar medidas para reducir las abultadas flotas de patinetes eléctricos de alquiler que circulan por sus calles. El plan que orquesta el Gobierno de la capital pasa por reducir un 40% el número de permisos y limitar las empresas del sector que conviven en la ciudad. Esta regulación ha llevado a las compañías a competir por hacerse con una de las plazas ofertadas para evitar perder uno de los puntos clave para su negocio.

El Ayuntamiento de Madrid lanzó en octubre un decreto que recoge un nuevo modelo con un servicio más adaptado a las necesidades de movilidad que requiere la ciudad. Con el fin de aplacar el despliegue de estos vehículos que circulan por sus calles y reforzar la seguridad vial, la normativa redujo de 10.000 a 6.000 unidades el número máximo de permisos autorizados establecidos. Se distribuirán de manera que 3.600 patinetes estarán ubicados en el interior de la M-30 y 2.400 en el resto del municipio.

Otra de las líneas de actuación en las que basa su plan es la de restringir a tres el número de compañías que pueden ofrecer este servicio. Así, las seis empresas que están presentes a día de hoy en la capital, como Bolt, Voi, Lime, Link, Wind o Bird, tendrán que disputarse las concesiones ofertadas en una licitación que concluyó el pasado 11 de noviembre. 

Con las propuestas encima de la mesa, ahora es el Ayuntamiento el que tiene la última palabra para adjudicar las autorizaciones, valorando aquellas empresas que ofrezcan soluciones tecnológicas para impedir los aparcamientos indebidos, la circulación por la acera y el empleo de vehículos no contaminantes, entre otros criterios.

Las empresas se aferran a Madrid

Una de las empresas partícipes en este concurso asegura a La Información, que limitar la competencia puede "disparar los precios". "Limitar la cantidad de operadores es algo que no beneficia ni a la ciudad, ni a los usuarios, porque cuando se limita el número de operadores se limita la capacidad de competir entre quien opera de manera más eficiente, así como la competencia en los precios", detalla. "Una tendencia que hemos visto dentro de Europa es que en el momento que se limita la competencia, el precio del viaje se dispara. Se genera una situación casi monopolística, donde el mayor perjudicado es el usuario", explica.

Para las empresas que trabajan en la capital, retirar su flota de patinetes puede tener "un impacto bastante grande". "No solo por el impacto hacia el negocio, también para la cantidad de gente que trabaja con nosotros, tiene unas consecuencias para el empleo local bastante grandes", confiesan fuentes del sector, quienes no obstante, entienden la postura de Madrid. "Su perspectiva ha sido más sensata que la de otras ciudades en Europa, donde al final limitan el número a uno o dos operadores".

Polémica en Málaga

Más compleja es la situación que presenta Málaga. En la misma línea que Madrid, la capital de la Costa del Sol activó un concurso para que una sola empresa explotase el servicio de 1.000 bicicletas y patinetes de alquiler. Sin embargo, las ocho empresas, cuyos permisos para operar en la ciudad caducan el 31 de diciembre del presente año, están a la espera de una resolución que está paralizada, debido, en parte, a la reclamación de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) para anular el proceso, al no estar de acuerdo con el nuevo sistema de concesión.