Air Europa, la única concedida

De Globalia a Duro Felguera: el fondo de rescate de SEPI que recuerda al INI

La pandemia de la Covid-19 ha golpeado con fuerza a las compañías españolas. El Gobierno ha puesto en marcha un fondo de 10.000 millones en forma de salvavidas al que ya han llegado varias solicitudes.

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De Duro Felguera a Globalia... el fondo de rescate de SEPI que recuerda al INI.
Zarateman

La crisis de la Covid-19 ha hecho estragos en las empresas españolas. El parón de la actividad económica ha llevado a muchas compañías estratégicas a situaciones financieras límite. Por ello, y para evitar cierres y despidos masivos que puedan afectar al tejido empresarial nacional, el Ejecutivo lanzó al inicio de la pandemia un fondo dotado con hasta 10.000 millones de euros para salvar a compañías estratégicas. Air Europa, Duro Felguera, Celsa, Halcón Viajes... muchas han sido las que han solicitado la ayuda pública, pero solo una ha sido admitida por ahora, la de la aerolínea de la familia Hidalgo. 

El objetivo principal de este fondo milmillonario es entrar de forma transitoria en el capital de empresas en problemas a través de diferentes instrumentos financieros, estabilizando coyunturalmente su situación durante el tiempo que persistan las vulnerabilidades desencadenadas por la crisis sanitaria. Este fin recuerda al que tuvo en su momento el INI -el antiguo Instituto Nacional de Industria- que en su segunda etapa, después de impulsar la creación de varias empresas, se reconvirtió en una suerte de 'hospital' de grandes compañías estratégicas -uno de los requisitos que se piden para poder optar a este fondo- que no estaban viviendo sus mejores momentos. 

La primera empresa en solicitar oficialmente la ayuda de la SEPI fue Duro Felguera, una empresa del sector industrial que ya antes de la llegada de la Covid-19 no estaba en su mejor momento. La ingeniería asturiana tiene problemas para conseguir avales bancarios que le permitan entrar en nuevos proyectos y conseguir ingresos para seguir adelante y, mientras busca un socio, ha solicitado a la SEPI unos 100 millones de euros estructurados a través de dos instrumentos. Por un lado, 70 millones en forma de préstamo participativo y 30 millones para entrar en el capital en una próxima ampliación. 

En cambio, y pese a ser la primera en llegar, la solicitud aún no ha sido respondida oficialmente por el ente público y la empresa sigue a la espera de noticias. La única que sí ha recibido la luz verde del fondo de empresas estratégicas ha sido Air Europa. La aerolínea del grupo Globalia inmersa en la operación de compra por parte de Iberia se ha visto muy afectada por la pandemia con una reducción del 42,6% hasta mayo en comparación con el ejercicio precedente. Por ello, el presidente de la aerolínea, Juan José Hidalgo, lanzó un grito desesperado de socorro que fue respondido en forma de dos préstamos por un total de 475 millones de euros a devolver en 2026 con cargo al fondo SEPI.

Pero Air Europa no era la única empresa del grupo Globalia que estaba en problemas. La familia Hidalgo también ha pedido ayuda para salvar a Halcón Viajes, su agencia inmersa en una operación de fusión con la pata minorista de Barceló. El objetivo de la petición, aún en trámites, es solicitar la ayuda de la SEPI para insuflar 230 millones de euros a la empresa y tratar de salvar la operación con Barceló que llevan años intentando sacar adelante. 

Más allá de los Hidalgo, otras empresas de transporte, uno de los sectores más afectados por la pandemia, también han cursado su solicitud para acceder al fondo para salvar compañías estratégicas. Es el caso de la naviera Armas, propietaria de Transmediterránea. La compañía canaria se vio obligada a renegociar las condiciones con sus bonistas y a solicitar la ayuda de la SEPI a través de la petición de 100 millones de euros, una operación que sigue sin resolver. 

En la lista también aparecen otras como Celsa -compañía siderúrgica que habría solicitado 350 millones- o el astillero gallego Barreras -propiedad de Ritz Carlton- que se ha topado con una importante limitación a la hora de acceder a las ayudas, su nacionalidad. También han estado sobre la mesa otras propuestas que finalmente no se cursarán, como el caso de Abengoa, cuyos problemas financieros le han llevado a una reestructuración aún abierta en la que finalmente se ha desechado la idea de la participación pública a través de este fondo y se han utilizado otros instrumentos.

Con todo y con ello, y para asegurar el buen funcionamiento del fondo, SEPI ha contratado a un ejército de asesores legales y financieros para estudiar cada proyecto y aquilatar la concesión de las ayudas. Entre los nombres seleccionados figuran gigantes como Alantra, Deloitte, EY o BDO y otras compañías más pequeñas y especializadas en sectores concretos que dirimirán si las empresas son justas merecedoras de las ayudas. 

El rol de SEPI con las compañías sistémicas

Más allá de este fondo para salvar compañías estratégicas en apuros, en el Ejecutivo socialista existe la tentación de utilizar a la SEPI como un 'brazo armado' para respaldar compañías sistémicas que vayan a ser grandes receptoras de fondos europeos. Es el caso de Telefónica de la que, como ya adelantó La Información, el Gobierno se plantea tomar hasta un 5% del capital a través del organismo que ahora encabeza Bartolomé Lora a la espera del regreso de Vicente Fernández. 

De esta forma se conseguirían dos objetivos: por un lado, se lograría un mayor control de una compañía que será gran receptora de los tan deseados fondos europeos y, por otro, se reforzaría el capital de una empresa estratégica. Con este movimiento impulsado desde el Gobierno, Telefónica,  antiguo monopolio de las telecomunicaciones en España, volvería a tener capital estatal dentro de su accionariado dos décadas después de haber completado su privatización.

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