Golpe en la mesa de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (Sepi). La entidad pública ha anunciado que comprará hasta un 10% extra de Indra, para elevar su posición hasta el 28%. El objetivo último tras esta transacción anunciada hoy es reforzar el control del Estado en un momento especialmente delicado para los programas europeos de Defensa tras la salida de Corporación Financiera Alba (March).
El Consejo de Ministros ha autorizado este martes la compra de este porcentaje que tiene un valor de más de 150 millones de euros al precio actual de mercado. "Responde a la importancia de reforzar la participación del Estado como accionista de referencia en una compañía estratégica para el país, especialmente en el ámbito de seguridad y la defensa", asegura. Desde la Sepi insisten en que la empresa presidida por Marc Murtra ha asumido retos de especial trascendencia como por ejemplo el programa europeo del Futuro Sistema Aéreo de Combate (FCAS).
Con este acuerdo del Consejo de Ministros, la Sepi llevará a cabo los trámites y actuaciones que permitan poner en marcha el proceso para completar la adquisición del volumen de acciones necesario "sin afectar a la cotización". Una parte de ese 10% procedería del paquete accionarial que aún estaba en manos de Corporación Financiera Alba, que ya vendió un 5% al grupo vasco de defensa Sapa.
Con esta posición accionarial, el Estado se queda a dos puntos porcentuales de tener que presentar una oferta pública de adquisición (opa) sobre la empresa que fue privatizada a finales de los 90. La sociedad estatal irrumpió de nuevo en el accionariado en el año 2013 cuando Bankia se desprendió del 20,1% del capital en una operación que implicó un desembolso de 337 millones de euros.
Un año después del terremoto
Esto se produce algo menos de un año después del vuelco en el primer puesto ejecutivo de la empresa. Después de un intenso 'tira y afloja' de la Sepi con el anterior presidente, Fernando Abril-Martorell, éste acabó cesado lo que llevó a una crisis en la cúpula que acabó con una tricefalia que, a la postre, fue respaldada por la junta general de accionistas.
Murtra llegó como presidente no ejecutivo, después de que los consejeros independientes liderados por Alberto Terol decidieran no respaldar su nombramiento. Los responsables de Defensa (Sistemas) y Tecnologías de la Información (Minsait), Ignacio Mataix y Cristina Ruiz, se convirtieron en consejeros delegados solidiarios, asumiendo las tareas ejecutivas.
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