Reunión en Campus Peñascales

La SEPI y el ICO se citan en pleno debate por la hoja de ruta para los 'rescates'

Altos representantes de las entidades de Hacienda y Economía se reúnen en una cita de carácter institucional. Ambas entidades han sido las garantes de la continuidad de las compañías en la pandemia.

El presidente del ICO, José Carlos García de Quevedo
El presidente del ICO, José Carlos García de Quevedo.
Europa Press

Reunión entre altos cargos de dos de las grandes entidades encargadas de asegurar la solvencia de las empresas españolas durante la pandemia de la covid y los posteriores efectos de la crisis de Ucrania. El Instituto de Crédito Oficial (ICO) y la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), el holding de empresas públicas dependiente del Ministerio de Hacienda, han celebrado su cita anual en un momento clave para las compañías españolas, que en el mejor de los casos afrontan ya la devolución de los préstamos recibidos durante el 2020.

La cita, según las fuentes consultadas, tuvo lugar a finales del pasado septiembre en el Campus Peñascales, ubicado en la localidad madrileña de Torrelodones y cuya propiedad pertenece a la SEPI. Se trata de un complejo que ofrece a empresas e instituciones un punto de encuentro para actividades de formación, principalmente, en un entorno de espacios naturales y zonas ajardinadas. Desde el ICO enmarcan la cita en el clima institucional, aunque rehúyen de comentar la agenda, y recuerdan que no se había celebrado presencialmente hasta el momento por las restricciones de la pandemia.

La cumbre entre la SEPI y el ICO coincide en un momento complejo para las empresas españolas, que deben empezar a devolver las ayudas recibidas por ambas entidades o, en el mejor de los casos, planificar cómo lo hacen. La primera entidad repartió más de 3.000 millones de ayudas a empresas estratégicas entre préstamos participativos y ordinarios a través de un fondo especial de 10.000 millones. La segunda empezó a apoyar la solvencia de las empresas desde el estallido del coronavirus, avalando la mayoría de la deuda emitida por los bancos, que en otras ocasiones no hubiesen accedido a ello.

El contexto macroeconómico ha despertado dudas sobre el futuro de estos créditos. De un lado, siguen las incógnitas sobre la posibilidad de renegociar algunos de estos préstamos. Algunas compañías han empezado a devolver las ayudas recibidas en 2020 tras superar el periodo de carencia, pero muchas otras se han acogido a la extensión para amortizar sus pagos hasta ocho y diez años una vez expirado el Marco Temporal de la Unión Europea. El objetivo, según el Gobierno, fue mantener "empresas viables en dificultades" y dar "más margen" para que afrontaran a sus obligaciones.

La mejor noticia es que los datos de morosidad no son todavía alarmantes, aunque sí preocupan. Las cifras de la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés) empiezan a dibujar un repunte en los impagos. Entre los créditos distribuidos a grandes, pequeñas y medianas empresas la ratio de morosidad subió del 2% al 5,1% entre este junio y el mismo mes del año anterior. También aumenta el número de créditos en Stage 2, o lo que es lo mismo, en situación de vigilancia especial. Sobre este tipo de préstamos también se ha pronunciado el Banco de España, que ha señalado "riesgos latentes para la solvencia empresarial a medio plazo".

Las ayudas SEPI

Distinta es la situación de los créditos de la SEPI, que se han aprobado en la mayoría de casos mucho más tarde. Se dividen entre créditos participativos, cuyos términos de devolución son mejores, y ordinarios, en cuyo caso el precio del dinero es mucho más caro. Y no solo eso: se encarecen con el paso del tiempo cuando la empresa vuelve a beneficios. Las dudas ahora están en la capacidad de las empresas beneficiarias de poder responder al calendario de pagos, habida cuenta de que todavía el pasado año casi todas ellas (29 de las 30 empresas rescatadas) seguían en pérdidas.

A este respecto, la presidenta de la SEPI, Belén Gualda, explicó en el Congreso de los Diputados la pasada semana que todas las empresas que recibieron ayudas del Fondo de Apoyo a la Solvencia (Fasee) no habían encontrado todavía dificultades y, por tanto, estaban cumpliendo "rigurosamente" con el calendario de pagos previsto para su devolución. Lo cierto es que la mayoría de créditos otorgados son de tipo bullet, en los que se paga primero intereses de la deuda sobre el principal y la amortización final está marcada en un único vencimiento. Al tratarse de préstamos a seis u ocho años, los primeros vencimientos no deberían causar problemas.

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