Las elecciones catalanas en el punto de mira

Service Point meterá la tijera en Scytl tras la millonaria quita de los bancos       

Pone en revisión todo el plan de negocio, asumiendo la plantilla de 140 personas, aunque abre la puerta a salidas en el futuro dependiendo del rendimiento.

Laurent Salmón, presidente de Service Point.
Laurent Salmón, presidente de Service Point.
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Service Point son los nuevos dueños del destino de Scytl, la compañía catalana de voto electrónico 'archirrival' de Indra. Y vienen con la clara intención de hacerla rentable, pese a que eso no ha sucedido en ningún año desde que en 2014 aterrizaran los grandes fondos de inversión internacionales en su accionariado y se pisara el acelerador con la estrategia de expansión. Plantean recortes de costes, aunque sin 'tocar' por ahora a los 140 empleados que conforman la plantilla total que han asumido. "Esto no es el 'ejército de salvación'", explica en una entrevista Laurent Salmon, presidente de Service Point. Su compañía, que va camino de hacer registros récord en bolsa tras la fuerte subida de los últimos días, ya ha puesto en revisión todo el plan de negocio.

Los recortes no son ninguna novedad para la startup tecnológica, que ha acumulado meses en un procedimiento de concurso de acreedores que se ha alargado hasta la fase de liquidación tras la falta de acuerdo con la banca acreedora. "Los costes ya han sido abordados con el equipo directivo actual que lleva poco tiempo", asegura Salmon. Para empezar contará con una estructura más liviana, pues sólo se ha quedado con las filiales más activas y con un negocio algo más consolidado dentro del grupo (Estados Unidos, Canadá, Australia, Suiza, Francia y Países Bajos). Y después se planteará un nuevo plan de negocio que busque una mayor eficiencia. "Somos expertos en dar la vuelta a negocios y aegurarnos que se desarrollen", asegura el ejecutivo, que también es responsable financiero de Paragon, el grupo irlandés de software dueño de Service Point desde el año 2016. El caso de ésta última puede ser paradigmático: un mes después de que Paragon entrara como socio industrial se hizo un ERE para el 19% de la plantilla (23 personas) "para alinear su base de costes al volumen de ventas actuales y cumplir con el plan de negocio".

Uno de los puntos más delicados es, precisamente, la plantilla. En un primer momento, Service Point se ha hecho cargo de todos los contratos de los más de 140 empleados que conforman esta unidad de negocio de Scytl y de Civiciti, la filial que creó para consultas privadas junto a Telefónica. "Hemos adquirido todo el personal; no hemos cambiado para asumir sólo algunos... pero obviamente dependiendo de cómo se desarrolle el plan de negocios entonces tendremos que ver en el futuro", asegura Belinda Adams, responsable financiera de Service Point. En lo que no habrá cambio será en la sede fiscal de la empresa, que se mantendrá en Barcelona, ni en la marca, que seguirá siendo Scytl. "Es bien conocida en el mercado, tiene valor, por lo que no hay razones para cambiar", afirma Salmon.

Scytl acumula decenas de millones de euros de pérdidas de los últimos ejercicios (42 millones hasta 2018, último año disponible, sólo en la filial de software española) en un reguero de números rojos. Paragon y Service Point se aseguran algo: asumirán la unidad productiva, con los contratos, las marcas y las patentes, sin apenas cargas. La quita ha sido prácticamente total para la banca y para las administraciones públicas -ambos sumaban una deuda de más de 70 millones-, por lo que sólo tendrá entre sus pasivos algunos relacionados, principalmente, con pagos pendientes a la Seguridad Social. Pese a ello, ¿inyectarán más dinero? No precisan si harán una ampliación, pero sí avisan: "Nunca hemos desconectado ningún negocio; cuando adquirimos es para desarrollarlo y si no funciona como los demás, investigamos, recortamos costes y lo hacemos rentable nuevamente". Se marcan un plazo de entre uno a tres años. "Somos pacientes", apostilla.

Junto con los recortes confían en hacer crecer el negocio de la compañía nacida de un 'spin off' universitario a principios de los 2000. Insisten en que tratarán de aprovechar las sinergias que genera una plataforma como la de Service Point y un grupo como Paragon, para hacer ventas cruzadas y aprovechar la red comercial. La realidad es que Scytl, tras años de dura lucha planteada con decenas de millones de euros de capital de fondos de capital riesgo de prestigio internacional, no logró hacer explotar un segmento, el del voto electrónico, del que se esperaba más. En el seno de Service Point están seguros de que la pandemia del coronavirus obligará a los gobiernos a vencer el miedo a este tipo de sistemas y haya una mayor adopción del voto a distancia. "La Covid-19 ha traído a la gente el hecho de que puede ser útil votar electrónicamente", apuntan.

Mientras todo esto sucede, la compañía mantiene contratos en vigor cuyos servicios deben ser prestados. ¿Los más urgentes? En las elecciones presidenciales de Estados Unidos de la próxima semana. Según apuntan desde la empresa, aportará su tecnología vinculada a las votaciones en más de 900 de los 3.000 condados del país. No serán los únicos comicios destacados de los próximos meses. También tendrán lugar las votaciones en Cataluña que ya tienen fecha: 14 de febrero. Aquí, al igual que sucediera en el pasado, peleará contra su 'archirrival' Indra para quedarse con el contrato del escrutinio y la gestión tecnológica de todo el proceso.

Esa competencia con Indra continuará. "Nos encanta la competencia; Indra es un justo y duro competidor, pero no es el único. Hay espacio para todos y eso es bueno", apunta el presidente de Service Point. La multinacional dirigida por Fernando Abril-Martorell y participada parcialmente por el Estado, a través de la Sepi, valoró en su momento si pujar por los activos de Scytl y hacerse así con los activos más valiosos. Según confirman fuentes conocedoras, finalmente no acudió por todas las implicaciones que tendría una operación de este tipo, principalmente del lado de la competencia. De esta manera, mercados como el español volverán a tener pugna por los contratos vinculados al negocio electoral.

El 'jefe' de Service Point advierte que serán pacientes con las pérdidas pero "esto no es el 'ejército de salvación'"

Los planes para Service Point

Esta adquisición de Scytl es la primera de otras. El objetivo de Paragon es convertir Service Point en una plataforma de servicios tecnológicos, donde se incluyan otros más procedentes de compras. La de Scytl ha sido una transacción oportunista por la situación en la que se encontraba. ¿La habrían abordado hace un año, sin que se hubiera iniciado el concurso de acreedores, sin pandemia y con la deuda en su balance? "Siempre miramos negocios; estamos viendo si el valor no es suficiente o requiere demasiada inversión en comparación con el potencial retorno; así que esperamos hasta que sea el momento adecuado", apunta el primer directivo. Para esta oleada de compras se plantean una posible ampliación de capital, que es una opción que está sobre la mesa. Ya se hicieron varias en el pasado. Pero aún así, insisten que en caja contaba a cierre de junio con 147 millones de euros en caja, que sería "más que suficiente" para apoyar a Scytl.

Con ampliación o sin ella, los inversores han acogido con una euforia desmedida esta operación de compra de Scytl, con una subida acumulada desde principios de octubre -cuando se conoció que podía ser el potencial adquiriente- de casi el 400%. "Parece que el mercado está incluso más emocionado que nosotros y eso es bueno, pero creo que necesitamos tener nuestros pies sobre el suelo y ser prácticos sobre todo... Sólo un posicionamiento a largo plazo es interesante para nosotros", concluye Salmon. 

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