Tras años de enfrentamiento

Slack se harta de Microsoft: le denuncia por competencia desleal en Bruselas

Entiende que es ilegal la práctica que hace el gigante estadounidense al vincular su rival Teams con el Office, paquete de productividad dominante en el mercado.

La multinacional cierra sus espacios físicos
Microsoft tendrá otro frente en la autoridad de la competencia en Bruselas.
Microsoft

Y Slack se hartó. La plataforma de mensajería corporativa ha decidido acudir a la autoridad de la competencia en Bruselas para denunciar posible competencia desleal de Microsoft. El gigante fabricante de Windows ha impuesto, según la denuncia, la instalación de Teams, su herramienta de mensajería, dentro de la herramienta de productividad Office, que incluye el servicio de correo Outlook o el procesador de textos Word. "Obliga a instalarlo, bloquea su eliminación y oculta el coste real para los clientes empresariales", denuncia la compañía cotizada.

Septiembre de 2017. Microsoft decide lanzar su herramienta de mensajería corporativa Teams en todo el mundo. Por aquel entonces, Slack se había convertido en uno de los grandes actores de este sector. Tres años más tarde, Slack ha decidido demandar. "Estamos seguros de que ganamos por los méritos de nuestro producto, pero no podemos ignorar el comportamiento ilegal que priva a los clientes del acceso a las herramientas y soluciones que desean", asegura el vicepresidente de regulación en Slack, Jonathan Prince.

Estos tres años han estado marcados la rivalidad. Para muestra, lo que sucedió en el año 2017, cuando Slack, que cotiza en la bolsa estadounidense desde el pasado 2019, llegó a publicar una página completa de publicidad en el diario The New York Times dando la 'bienvenida' al gigante y prometiendo que competirían contra ellos, similar a la que hizo Apple contra IBM en The Wall Street Journal en el año 1981.

Slack llegó a ser un 'caramelo' apetecible para todos los grandes de Silicon Valley que querían ganar terreno en el negocio vinculado a la productividad. Incluso la publicación especializada Techcrunch llegó a asegurar en el año 2016 que desde Microsoft se llegó a valorar la compra por más de 8.000 millones de dólares (muy por encima de su valoración privada) de la plataforma de mensajería, una oferta que no llegó finalmente a hacerse realidad.

Esta denuncia llega después de que durante el último año y medio desde Slack se haya trabajado para una cierta integración con la propia Microsoft y las herramientas que conforman Office. La compañía accedió a lo que se conoce como API, interfaces de programación, que permite a desarrolladores externos, como los de la propia Slack, a adaptar la herramienta para integrarla en la suya.

Sin embargo, desde la empresa fundada por Stewart Butterfield en el año 2014 quieren atajar la situación después de una intensificación de la competencia. "Slack simplemente quiere una competencia justa y un campo de juego nivelado. Una competencia saludable impulsa la innovación y crea los mejores productos y la mayor elección para los clientes", ha apuntado el abogado general de la firma, David Schellhase.

Pero, ¿por qué acudir a la Comisión Europea y no hacerlo en Estados Unidos? "Las leyes de competencia y antimonopolio están diseñadas para garantizar que las compañías dominantes no tengan permitido excluir la competencia ilegalmente; pedimos a la UE que sea un árbitro neutral, examine los hechos y aplique la ley", apunta Schellhase. Ahora, la Comisión deberá decidir si abre una investigación formal.

Según las últimas cifras públicas de ambas compañías, la pelea deja a Microsoft como ganador. Este aseguró que contaba con más de 75 millones de usuarios activos diarios de su herramienta Teams, aunque ha habido dudas importantes sobre estos reportes precisamente por su integración con la 'suite' Office. Por su parte, Slack dejó de ofrecer números desde que en octubre del año pasado aseguró que contaba con un total de 12 millones.

Esta pelea se dilucidará en Europa. Y no será la primera para el gigante con sede en Redmond (Estados Unidos). El fabricante de Microsoft se ha enfrentado a varias multas por sus prácticas anticompetitivas. En 2012, los tribunales confirmaron una sanción histórica de la Comisión Europea de 860 millones de euros, que se sumó a otras dos en 2004 y 2006.

Mostrar comentarios