Tras lograr financiación 'in extremis'

Spotahome saca la tijera y despide al 10% de sus empleados para reducir pérdidas

  • La startup ejecuta un plan con unas 30 salidas, un año y medio después del desembarco de algunos inversores ilustres de Silicon Valley.
Consejero delegado de Spotahome
Consejero delegado de Spotahome
L.I.

Año y medio después de que inversores destacados de Silicon Valley aterrizaran en su accionariado, la startup española Spotahome saca la tijera. La plataforma de alquiler de viviendas ha comunicado el despido de unos 30 empleados, lo que supone en torno a un 10% de su plantilla global. El objetivo: corregir las fuertes pérdidas sufridas en los últimos años, después de recibir 'in extremis' un balón de oxígeno de sus socios actuales de varios millones de euros a través de una operación de deuda convertible en acciones.

La compañía, liderada por Alejandro Artacho y que se encarga de desintermediar el alquiler de viviendas o habitaciones de media o larga estancia, dio el campanazo en el sector, logrando atraer al 'megafondo' estadounidense Kleiner Perkins, uno de los grandes protagonistas de aquel mercado y accionista inicial de algunos de los hoy gigantes tecnológicos. A este se sumó la llegada de otros como el controvertido cofundador de Uber, Travis Kalanick, y otros polémicos directivos de la compañía junto a otros como el creador de Dropbox. El dinero, que alcanzó los 34 millones de euros (40 millones de dólares), permitió elevar de manera importante la plantilla... y ahora llegan la primera ronda de recortes.

Hace unos días, según confirman varias fuentes conocedoras, la compañía anunció varias decenas de despidos en su plantilla a nivel global. Lo colocan en el entorno de los 30, lo que supone algo menos del 10% de la plantilla global. Una parte significativa de estas bajas se concentra en la división tecnológica, que había crecido en los últimos trimestres y que es liderada por uno de los fichajes estrella, Ángel Azcárraga, procedente de Amazon.

Pese al recorte, la plantilla se mantendrá en unos 300 empleados, según confirma la propia compañía a través de fuentes oficiales, que insisten en que este ajuste laboral se enmarca en un "sólido plan financiero que apuntala el crecimiento sostenible durante 2020 y siguientes años". Esas mismas fuentes insisten en que la medida establece una estructura de costes "que sirve de base para un crecimiento sostenible y acelera la actual senda hacia la rentabilidad".

Desde que firmara esa ampliación de capital, la compañía ha llevado a cabo un crecimiento agresivo de los gastos laborales, especialmente con la contratación de un equipo directivo nuevo, después de apartar a tres de los cofundadores de la plataforma. Un equipo directivo fichado a golpe de talonario de gigantes como la propia Amazon, Uber u otras compañías del sector tecnológico y que ha supuesto una verdadera sacudida en el seno de la startup, tal y como desveló La Información, con numerosas salidas de mandos intermedios y una alta rotación. Una de las condiciones que impusieron fue su ubicación en una nueva oficina en Londres (Reino Unido) lo que creó una bicefalia con las instalaciones que la compañía tenía en Madrid.

Más financiación: un préstamo convertible

Este ajuste laboral se ha llevado a cabo después de una inyección de dinero 'in extremis' de los socios actuales de la compañía, entre los que se encuentran fondos internacionales como Kleiner Perkins (22%) o Passion Capital (14%) y otros españoles como Seaya Ventures (12%), el accionista relevante en Cabify o Glovo, o Samaipata Ventures (del cofundador de La Nevera Roja) y All Iron Technology (el vehículo de los creadores de Ticketbis). Según confirman fuentes conocedoras se ha firmado un préstamo convertible en acciones por varios millones de euros, con el objetivo de lograr gasolina y reconducir la situación antes de tratar de salir al mercado a por más capital.

Se antojaba más que necesaria esa inyección para seguir las operaciones en este primer trimestre, después de que los gastos se dispararan (y también el crecimiento). En 2018, las últimas cifras confirmadas, la empresa elevó un 80% los ingresos hasta alcanzar los 6 millones, pero disparó sus pérdidas hasta los 12 millones. Era el ejercicio en el que aterrizó Kleiner Perkins y se cerró con una caja de 11 millones de euros. ¿Y 2019? No hay cifras públicas, pero todo apunta a un esquema similar tanto en el volumen de negocio como en los números rojos.

Entre algunos inversores se han despertado algunas reticencias ante los 'unit economics' de la compañía, según confirman varias fuentes. Es decir, la rentabilidad en cada una de las transacciones que se producen en su plataforma (se encarga de desintermediar y de gestionar toda la transacción, además de ser un 'tablón de anuncios'). El coste de adquisición tanto de viviendas en alquiler como de potenciales inquilinos sigue en niveles altos, mientras que para tratar de ganar cuota de mercado han tenido que flexibilizar más los plazos mínimos de estancia lo que hace que la rotación no sea especialmente baja.

En este escenario el mercado ha girado. El fiasco de WeWork y los problemas en la salida a bolsa de Uber o Lyft, todos ellos con Softbank y su 'megafondo' Vision Fund como protagonista, ha implicado un cambio de guión, con una mayor apuesta por parte de los fondos de capital riesgo por la rentabilidad o, al menos, por una mayor visibilidad de la misma. El cambio pone más difícil lograr financiación para compañías con estrategias agresivas de crecimiento a costa de esos beneficios. En los últimos meses, el consejero delegado de Spotahome, ha mantenido conversaciones para una potencial ronda, sin que éstas hayan fructificado. De hecho, tal y como desveló este medio, inició contactos con la propia Softbank.

Estas medidas en Spotahome no son excepcionales en startups españolas. En los últimos trimestres ha habido otras compañías que han decidido reducir costes laborales. La compañía de recomendación de moda 21Buttons ejecutó un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) para casi la mitad de la plantilla en pleno cambio de modelo para acelerar los ingresos. Cabify, por su parte, ha rebajado un 7% su plantilla a nivel global hasta dejarla en 1.300 entre salidas voluntarias y despidos con el objetivo de acelerar su senda hacia la rentabilidad.

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