José María Aznar puso sobre la mesa 250.000 dólares estadounidenses para comprar 352.000 acciones de una empresa desconocida en España: Spidercloud. Una startup dedicada a la creación de tecnología para mejorar la conectividad móvil y que representa la única inversión financiera de la sociedad con la que el expresidente del Gobierno gestiona sus ingresos procedentes de conferencias y libros. Hoy, Spidercloud pertenece al grupo Croning tras ser vendida por más de 200 millones a mediados del año pasado.
Spidercloud fue fundada en el año 2006 en Palo Alto (California) por tres emprendedores. Su objetivo: la creación de las microceldas con alta capacidad que permiten mejorar la conectividad móvil para edificios o zonas muy localizadas. Una especie de repetidores de la señal, con la que mejorar la cobertura especialmente en el interior de las construcciones.
Entre sus clientes se encontraba la británica Vodafone, Verizon o America Móvil y entre sus competidores contaba a proveedores de tecnología de las ‘telecos’ como Ericsson o Nokia. Desde su fundación atrajo más de 120 millones de dólares con fondos de capital riesgo estadounidense como Shasta Ventures, accionista del banco móvil Simple (adquirido por BBVA) u Opus Capital.
La startup se embolsó 30 millones de dólares de capital en las dos últimas rondas de financiación que tuvieron lugar durante el año 2015. Y fue ahí, cuando Aznar entró en escena adquiriendo 352.000 acciones, tal y como reflejan las cuentas presentadas de la sociedad Famaztella. ¿En cuánto valoraba esos activos? Lo incluía dentro de un capítulo que sumaba 1,5 millones de dólares.
Desde esa entrada en la compañía, que se hizo a través de la sociedad Mobile Opportunity Investors, la de Spidercloud Wireless es la única inversión financiera más allá de las fronteras españolas que ha hecho la instrumental de la familia.
Fue en el año 2017 cuando la tecnológica se vendió. Una compañía con más de 150 años de historia, Corning, se rascó el bolsillo para adquirirla. Se trata de un fabricante de vidrio y otros materiales, además de cable y fibra ópticos para la industria de las telecomunicaciones. ¿Cuánto pagó? Los términos de la operación no fueron desvelados. Pero, según diversos medios estadounidenses, se pagó entre 200 y 250 millones de dólares a los que se sumaría un ‘earn-out’ para el equipo gestor.
El resultado de la inversión del expresidente es una incógnita, pues en la memoria del año 2017, recién presentada en el Registro Mercantil, no hace mención a la venta de las acciones.
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