Los fondos, a la espera

Así buscan las startups ganar al Covid-19: "Debemos alargar la caja a toda costa"

  • Dos unicornios, Cabify y Glovo, plantean un ERTE en su equipo, mientras que otros se lanzan a recortar gastos para llegar a la última parte del año.
Glovo
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EFE

El dinero en caja es el rey... ahora más que nunca. Tras años de récords de inversión y abundancia, el sector startup y tecnológico español se enfrenta a su mayor reválida en la última década. Una reválida en forma de pandemia global, como la del coronavirus, que ha parado en seco la economía y que amenaza con golpear seriamente también a la inversión. Las compañías españolas buscan alargar al máximo sus reservas de efectivo y su financiación ante este 'impasse', para esquivar la quiebra. Unas, como los dos grandes unicornios Cabify y Glovo, haciendo duros ajustes laborales y otros recortando al máximo otros costes para estirar al máximo esa vida.

Para medir la dureza del golpe hay que analiza cómo se llega hasta aquí. Y las startups y las compañías tecnológicas llevan años en una bonanza clara. No sólo por el crecimiento como sector, tanto en número de compañías como en tamaño, sino por la inversión que se desembolsa por parte de fondos de capital riesgo españoles e internacionales para hacer crecer estos proyectos. Sólo en 2019 se inyectaron en compañías locales 737 millones de euros, según los datos de la patronal. En los últimos cinco años se han vendido firmas españolas o con sede principal aquí por valor de más de 2.000 millones, con gigantes como AT&T o Ebay sacando la chequera y pagando cientos de millones.

2020 estaba llamado a ser un año conservador en el lado de la inversión. Tras mucho tiempo priorizando el crecimiento a toda costa, los golpes de WeWork o Uber en bolsa apuntaban a un ejercicio con más contención. Y, sobre todo, un tiempo nuevo más centrado en la rentabilidad y el flujo de caja positivo. Pero nadie podía imaginar en ese mes de enero que la pandemia del coronavirus sacudiría los cimientos de la economía global y pondría contra las cuerdas a los países. Este tsunami ha llevado a un desplome de los ingresos ante las durísimas restricciones a la movilidad y el consumo de las familias por los confinamientos masivos en la mayoría de territorios. Un desplome que también ha afectado a este sector y se ha convertido en el primer quebradero de cabeza para estas compañías. "Me preocupa la demanda de productos y cuánto tiempo se puede aguantar sin apenas ingresos; la bomba no ha caído en las startups pero la onda expansiva nos afectará seguro", explica Luis Martín Cabiedes, cofundador de Cabiedes&Partners.

Esa falta de demanda, no sólo entre las familias -castigadas por los despidos o recortes laborales- sino también entre las empresas, es la gran preocupación. En ese escenario, las más golpeadas, como sucede entre la gran empresa, están ubicadas en el segmento de los viajes, el ocio, el turismo o la movilidad. En cambio hay otros terrenos de juego menos embarrados, al verse beneficiados por la digitalización obligada en las compañías o las compras online de productos de primera necesidad en pleno confinamiento.

Ante ese desplome de los ingresos, durante estas dos últimas semanas en los cuarteles generales de las principales startups españolas se han puesto sobre la mesa planes de contingencia con un solo objetivo: asegurarse que la caja no se vaciará. "Si quieres llegar al otro lado del puente debes asegurarte de que haya dinero en la caja suficiente; el emprendedor debe ponerse en el peor de los escenarios", apunta Iñaki Berenguer, fundador de Coverwallet, vendida justo antes de esta crisis al gigante AOn por varios cientos de millones de euros. Ese estiramiento del efectivo es clave. "El acceso al capital internacional se va a congelar de aquí a, como mínimo, el mes de julio, por lo que quienes estaban esperando a levantar dinero de fondos de fuera tienen que hacer todo lo posible para que su 'runway' (tiempo de vida con la caja) se estire".

Incluso las que acababan de cerrar una ronda hace escasos meses o, incluso ya en plena pandemia, necesitan estirar ese dinero. Glovo levantó 150 millones en diciembre, mientras que otras como Byhours o la propia Spotahome se aseguraron algo de oxígeno. "Los que han tenido la suerte de levantar dinero justo antes lo van a tener más fácil", explica Iñaki Arrola, cofundador del fondo de inversión K Fund. Pero, incluso, contar con esos euros no te asegura nada. Compañías con 5 o hasta 10 millones en caja están recibiendo el mandato de sus accionistas de que estiren al máximo con medidas de ajuste para asegurarse que durante los próximos 12 meses tiene un colchón para continuar operando.

ERTE también en el sector

Entre esas medidas de ajuste, al igual que ha sucedido en la gran empresa y el resto de pymes 'tradicionales', las startups también han esgrimido el Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE). De hecho, los dos unicornios emblemáticos en España, Glovo y Cabify, valorados en más de 1.000 millones de euros, han presentado uno. La primera lo acaba de hacer para el 38% de su plantilla en Barcelona (340 empleados). La segunda para 450 trabajadores. Ambas señalan el descenso en la actividad de sus respectivos negocios como la razón fundamental.

Ni Glovo ni Cabify son excepción. Otras muchas startups ya tienen ese ERTE sobre la mesa o ya lo han presentado y aprobado. Pero no son las únicas medidas que puede utilizar el emprendedor ante este escenario. David Bonilla, fundador de la compañía de reclutamiento de personal técnico Manfred, señala otras opciones: vacaciones obligadas durante este periodo o reducciones de salario directos para la plantilla y el equipo directivo. Insiste en que para tomar estas medidas, antes la compañía tenía que haberse ganado la confianza. "Si has hecho los deberes antes, tu equipo estará más dispuesto a hacer un sacrificio para mantenerla", apunta. Él insiste en que hay compañías que siguen contratando y prueba de ello es que Manfred sigue enviando cinco ofertas de empleo a su canal de Telegram, donde cuenta con 7.800 suscriptores.

En esta oleada de despidos o suspensiones de empleo, Bonilla reconoce que habrá bajas y también los salarios -que crecieron de manera importante en años de bonanza- se resentirán. "Hay mucha gente con ganas de que el mercado de talento técnico se vaya a la mierda", apunta el fundador. Reconoce que el sector se regulará, pero también recuerda que la demanda de personal técnico seguirá siendo alta después del primer golpe de esta crisis. "El mundo estará más conectado, más informatizado después de todo esto; yo auguro que el mes de septiembre va a ser muy caliente", defiende.

¿Ayudas al sector?

Pese a ser un sector relativamente pequeño y con un peso específico en la economía española menor, algunas voces señalan la necesidad de más ayudas públicas específicas para el sector y para este tipo de compañías. Es significativo que los dos emblemas públicos, Enisa y CDTI, están hoy parados por la falta de fondos o por los problemas para poder firmar las nuevas operaciones causados por las restricciones del decreto del Gobierno. ¿Qué han hecho otros países? Francia y Alemania ya han anunciado programas específicos para dar liquidez a estas compañías -devoluciones de impuestos o créditos fiscales junto a refinanciaciones a corto plazo- y también a los fondos. Entre los dos suman más de 6.000 millones de euros.

Algunos de los fondos españoles aseguran que mantendrán su perfil inversor. "En estas crisis llegan las mejores añadas, no porque puedas comprar barato sino porque el emprendedor es más consciente y no va a tirar el dinero de las rondas", apunta Iñaki Arrola. Por su parte, Cabiedes recuerda algo: muchos fondos tienen dinero en sus carteras para gastar. "Y si no tenemos, va a haber liquidez en el mercado; la financiación no va a ser el problema", defiende. Aquilino Peña, fundador del fondo Kibo Ventures, reconoce que va a haber un parón importante pero que ellos seguirán analizando oportunidades.

Sea como sea, lo que resulta evidente es que habrá mucho movimiento corporativo en los próximos meses a través de fusiones o adquisiciones para tratar de pasar la tormenta. Movimientos en segmentos como el de la comida a domicilio, donde aún quedaba pendiente una nueva fase de consolidación, o en el del transporte. Todas las fuentes consultadas por La Información dan por hecho que lo habrá, por lo que la medida planteada por el Gobierno de reservarse la capacidad de vetar las inversiones extranjeras de fuera de la Unión Europea en compañías españolas puede suponer un freno significativo.

El momento más complicado para este sector tecnológico llega ahora. Los fondos locales dan por hecho que en su portfolio habrá bajas, aunque tratarán de reducir ese número al máximo. Como dice Iñaki Berenguer: "Esto es un baño de realidad para nuestro sector y servirá para ver si el Emperador va o no desnudo -como en el cuento de Hans Christian Andersen- y quién puede aguantar un poco más".

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