Evitar la deflación a toda costa

El marcaje de la Superliga obliga a Tebas a tensar la cuerda en la nueva subasta

El primer ejecutivo de La Liga aprieta el acelerador para conseguir que Dazn y Amazon eleven la factura del fútbol frente a una Telefónica que sólo defiende la compra en caso de ajuste significativo del precio.

Javier Tebas
Javier Tebas, presidente de la Liga de Fútbol Profesional.
EFE

La batalla por los derechos del fútbol no ha hecho más que comenzar. La Liga aprieta el acelerador en estas semanas para tratar de atraer como 'aliados' a gigantes tecnológicos como Amazon o Dazn para que eleven la competencia y, por tanto, el precio final en la próxima subasta que lanzará en el mes de septiembre. Lo hace frente a una Telefónica que no está dispuesta a igualar el precio comprometido hace tres años de más de 2.900 millones, al entender que el activo ha sufrido una devaluación tras la pandemia del coronavirus y eso debe reflejarse. En este 'tira y afloja', el presidente de la patronal, Javier Tebas, perfila las condiciones finales con el telón de fondo de la Superliga. Deberá demostrar que es capaz de mantener los ingresos para los clubes, sin la temida deflación que dé argumentos a los defensores de la competición europea, como el propio presidente del Real Madrid, Florentino Pérez.

Ante esa presión para evitar recortes, los contactos entre Tebas y los nuevos aspirantes continúan en estas semanas previas a arrancar la subasta. El objetivo es arrancar el compromiso de que acudirán a la compra de paquetes de partidos en exclusiva. Esto rompería el reinado de Telefónica mantenido durante el último lustro y también la era del 'fútbol regulado', pues otras operadoras de telecomunicaciones podrían alcanzar acuerdos comerciales con esas plataformas digitales para incluir estos encuentros en su oferta televisiva sin tener que sacar la chequera ante la compañía presidida por José María Álvarez-Pallete en la oferta regulada y mediante la controvertida fórmula tasada y respaldada por la CNMC.

Las dos condiciones del pliego de la subasta que, según explican diversas fuentes del mercado, allanarían el camino del aterrizaje de estas plataformas son bien conocidas por el equipo de La Liga. Una de ellas es el plazo: más de tres años sería más favorable para este tipo de compañías. La otra es la construcción de un paquete 'ad hoc', lo suficientemente jugoso como para que salga rentable sacar la chequera. Hasta ahora, la configuración de la puja dejaba tres paquetes clave: el de El Partidazo, el encuentro clave elegido por la operadora; el de los otros ocho partidos de Primera División, y el que permite la emisión de todos los encuentros en restaurantes hosteleros. La elección por parte de los ajdudicatarios es semanal.

Todas las fuentes del sector consultadas por La Información dan por hecho que el periodo de explotación de una parte o la totalidad de los derechos se alargaría más allá de los tres años -eso ya lo logró Tebas en la negociación de hace un año con el Gobierno, que cambió la ley para ello-. El de los lotes sí que es un asunto más peliagudo. Tebas se ha limitado a asegurar en público que será una subasta "disruptiva" en la que habrá una mayor variedad y tipología de lotes. La salida más lógica sería introducir uno o varios paquetes, no especialmente grandes pero lo suficientemente jugosos, que permitieran la exclusiva sobre un número limitado de partidos para Dazn, Amazon o cualquier otra plataforma. "La clave aquí es el equilibrio en el reparto de esos paquetes, porque sería un error vaciar los otros", explican fuentes del sector de la televisión de pago.

Los escenarios para Telefónica

En Telefónica todos los ojos están puestos en lo que haga Tebas. Se juegan más de 1,5 millones de clientes que siguen de cerca todo el fútbol en sus filas y que pagan contratos, en no pocos casos, superiores a los 100 euros mensuales en plena batalla comercial en España con el 'low cost' ganando terreno. Para la operadora, según explican fuentes conocedoras, todo lo que sea perder la exclusividad no es un resultado deseable. Pero hay un mantra que han ido repitiendo de manera sistemática que escama a La Liga: el precio ha de ser sensiblemente inferior al del periodo actual (unos 1.100 millones en total, sumando los paquetes residenciales, en sus manos, y los de bares y restaurantes, en las de Mediapro). 

Ese es su escenario ideal: contar con la exclusiva, pero con una rebaja que alivie sus cuentas de cara a sus accionistas. El otro es que un operador como Dazn se hiciera con alguno de esos paquetes, lo que le obligara a llegar a un acuerdo comercial para que le permitiera incluir esos encuentros en su plataforma a un precio fijo y un variable, como suele suceder en estos casos. Pero, eso sí, perdería el reclamo de que Movistar+ es el único lugar donde se podrán ver esos partidos y podría competir con otros rivales en el sector de la televisión de pago que alcanzaran pactos similares.

Florentino Pérez, de fondo

El contexto sigue estando marcado por la crisis económica. El caso de La Liga francesa es un claro ejemplo. La polémica salida de Mediapro, por impagos, obligó a sacar de nuevo a licitación los derechos. Canal+ se comprometía a abonar 332 millones y Amazon, un total de 250 millones (finalmente la compañía en manos de Vivendi anunció que no retransmitirá sus partidos en protesta por la entrada del gigante estadounidense y la no aceptación de su oferta). Esto suponía una rebaja del 50% respecto a lo que se había fijado en la subasta anterior en la que ganó el grupo dirigido por Jaume Roures. En Reino Unido, la Premier League está planteándose no hacer un nuevo concurso, sino que se haga una negociación con los adjudicatarios actuales (BT, Amazon y Sky) para alcanzar un acuerdo y así tratar de preservar al máximo los 4.700 millones de libras (5.500 millones de euros al cambio actual) que recibió la patronal de clubes por esos derechos para el ciclo que acaba ahora.

Esa presión a la baja en los derechos, que representan buena parte de los ingresos del fútbol, se produce en plena pugna de algunos de los grandes clubes por organizar una competición europea paralela: la Superliga. La justificación que esgrimió entonces Florentino Pérez, presidente Del Real Madrid y el principal valedor del proyecto, es que los ingresos por la televisión iban a seguir a la baja. "El fútbol está perdiendo interés, se nota que las audiencias bajan y los derechos audiovisuales disminuyen", aseguraba el pasado mes de abril. En mayo, Tebas respondió: "La conducta de Madrid y Barça es desleal con la Liga. Bajaríamos a la mitad los derechos audiovisuales con una Superliga. ¿Tienen derecho a tener información de cómo gestionamos si se quieren marchar?". En caso de que se produzca una deflación, serviría de argumento para el mandatario blanco.

Tebas aún tiene margen de maniobra. El inicio de la licitación, con todos los lotes diseñados, no se producirá antes del mes de septiembre. El objetivo es que todo el proceso quede completamente finalizado antes de que acabe este año 2021. Antes de que se inicien las pujas, La Liga deberá solicitar un informe preceptivo a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). La cuenta atrás ya ha comenzado para la patronal, con un solo mantra: intentar a toda costa que los ingresos no bajen de esa barrera de los 1.100 millones por temporada.

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