Prohibidas las bolsas en 2021

Los supermercados aplazan su revolución verde: el plástico, clave frente a la Covid

Bolsas de plástico
Bolsas de plástico
EFE

La transición ecológica en España marcará un hito en 2021, cuando entrará en vigor la prohibición de las bolsas de plástico en los supermercados y otras tiendas. Un compromiso ambiental que, a pesar de la crisis del coronavirus, se mantiene intacto; sin embargo, tal y como explica el sector, desde el pasado 14 de marzo "las prioridades han cambiado puntualmente", pasando al primer escalón la prevención sanitaria. Y en este nuevo contexto, acabar con el plástico no es una prioridad, por un doble motivo: porque los recursos se han derivado a otras partidas relacionadas con la higiene y la seguridad; y porque el plástico es un compuesto más efectivo que otros como el papel contra la Covid-19.

"Todos los planes siguen sobre la mesa. Hemos vivido dos meses en los que las prioridades eran sanitarias, pero la hoja de ruta sigue ahí", explica María Martínez-Herrera, responsable de Medio Ambiente de Asedas, quien reconoce que "ha habido un incremento en el uso de algunos productos como los guantes, que antes solo se usaban para la fruta. En general, se ha visto incrementado el uso, pero se han tomado las medidas para que se reciclen o se traten adecuadamente, como cubos a la salida en el caso de los guantes".

Algunas cadenas, como Mercadona, coinciden en que su apuesta por la sostenibilidad sigue intacta y que en su plan de reducción de un 25% del uso de plásticos de aquí a 2025 pasa por "quitar el plástico donde no añada valor", es decir, que suprimir por completo de la cadena de distribución este compuesto no es la solución. De hecho, esta misma semana, Luis Plà, director de Calidad de Mercadona, explicaba en un webinar que "sin plásticos no tendríamos EPIS para los sanitarios. Sin el plástico no podríamos suministrar productos a la población con la rapidez que se hizo" durante la crisis sanitaria.

Martínez-Herrera también señala que "los plásticos son más eficientes para la logística", aunque considera que su uso no es tan preocupante: "Son plásticos que se reciclan bien, que no salen del circuito de reciclaje". De hecho, apunta que "el plástico es un material muy bueno, ahora lo hemos comprobado, pero se encuentra en sitios que no debe estar". El principal problema, en su opinión, se da en aquellos plásticos que no se reciclan o tratan adecuadamente. En este sentido, concede que los envases de ciertos productos son más preocupantes.

"Según la OMS, la transmisión a través de alimentos es muy improbable, y más después de los estrictos controles sanitarios implementados desde el principio de la crisis", explica Martínez-Herrera, aunque destaca que "es posible que un porcentaje de la población haya empezado a preferir productos envasados" debido a un cambio en la percepción social sobre la venta a granel de este tipo de alimentos. En cualquier caso, "ya se vendían estos productos envasados antes de la crisis, por lo que no hemos notado grandes diferencias. Poco a poco volvemos a la normalidad".

Eso sí, admite que "hay iniciativas para nuevos envasados que iban a salir durante este tiempo que se han tenido que parar" durante la crisis y que a partir de ahora volverán a ser una prioridad para los supermercados. "Tenemos que seguir trabajando en el ecodiseño para que los envases sean reutilizables y para que aquellos que no lo sean, se puedan reciclar. La Covid ha puesto de relieve que el plástico sigue siendo necesario para algunas utilidades, más allá de lo sanitario. Por ejemplo, para imprimir el etiquetado de productos tóxicos como la lejía, que ahora mismo se están usando más", señala Martínez-Herrera. Y concluye: "Los supermercados siempre han sido seguros".

"Consumimos más plástico que nunca"

Por su parte, Patricia Guillem, catedrática de Epidemiología de Universidad Europea de Valencia, sostiene que la hoja de ruta hacia la sostenibilidad en los comercios debe prevalecer, incluso en estos tiempos, aunque reconoce que durante la crisis "consumimos más plástico que nunca. Estábamos alejándonos del plástico y, de repente, la crisis nos lo ha devuelto. Mientras sea imprescindible, tendremos que seguir usándolo, pero tenemos que empezar a limitarlo en algún momento".

Y cita un ejemplo sanitario de la mayor eficiencia del plástico: "Las batas de plástico son mejores para prevenir contagios en los hospitales, ya que son más fáciles de lavar y son de un solo uso. En las batas de tela que se usan normalmente, el virus puede ser una fuente de contagio". En el caso de los supermercados, "los productos envasados ahorran tiempo, así que es una cuestión de comodidad. La gente no ve bien que las cosas se manipulen, como unas manzanas", explica la epidemióloga, que es tajante: "No existe más riesgo por comprar a granel".

En lo que Guillem sí ve un exceso de confianza es precisamente en el uso de mascarillas y guantes por parte de la población: "Durante toda la pandemia, no se ha hecho uso de guantes y mascarilla, y ahora, de repente, hay que ir a todos lados con guantes y mascarilla: la gente se los pone y se crean una falsa sensación de seguridad, porque lo siguen tocando todo exactamente igual y en los guantes también pueden llevar cualquier cosa".  En su lugar, apunta, "bastaría con usar geles desinfectantes".

En su opinión, parte de la población "lo continúa haciendo igual de mal que cuando no llevaba guantes", por lo que considera que ahora mismo "es un gasto innecesario". Y va más allá, sugiriendo que la mejor forma de combatir el coronavirus en este estadio de la crisis es mediante la inmunización colectiva: "Sería incluso conveniente que nos enfrentásemos al virus, ahora que el sistema sanitario no está colapsado. Pero a la gente le está cambiando la mentalidad y se cambia de acera en la calle, cuando cifras de contagio cero sabemos que van a ser imposibles de conseguir".

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