Carrefour se suma al carro

El listo para comer se cuela en el delivery ante el 'frenazo' de los supermercados

Deliveroo en Valencia
Deliveroo en Valencia
DELIVEROO - Archivo

Desde que se decretase el estado de alarma hace casi dos meses, los supermercados han crecido a un ritmo sin precedentes. Prueba de ello es que esta misma semana se conocía un hito histórico, al sobrepasar el millón de hogares comprando online. Sin embargo, la desescalada amenaza su estatus privilegiado como una de las únicas actividades esenciales abiertas. Por ello, las grandes cadenas ya preparan el terreno para la denominada "nueva normalidad", en la que el canal digital será mucho más priotario que antes de la crisis del coronavirus, incluso dando el salto al 'delivery' con sus platos preparados.

Originalmente, el 'listo para comer' nació en grandes supermercados como el de El Corte Inglés como un extra en la cesta de la compra del consumidor, para que aprovechase su visita y ahorrase tiempo en la cocina ese mismo día. Sin embargo, desde hace un tiempo, la mayoría de las cadenas han desarrollado secciones similares, empezando por el celebérrimo 'Listo para comer' de Mercadona. Este mismo año, Lidl o Aldi apostaban definitivamente por este servicio, que se ha redefinido como un competidor más en la hostelería y, especialmente, en el ámbito de la comida rápida.

De ahí que el 'delivery' fuese el salto natural del 'listo para comer'; al cabo, se trata de platos preparados a precio más bajo que en un restaurante y con un valor nutricional mayor que el de buena parte de los establecimientos de comida rápida. Cuota de mercado existe, pero hasta ahora nadie se había atrevido a dar el paso definitivo, ya que se trata de un terreno sin explorar. Pero la crisis del coronavirus ha terminado de acelerar el proceso. El Corte Inglés, desde esta misma semana, ofrece este servicio en alianza con Deliveroo.

El Corte Inglés y Deliveroo apuntan que el reparto de los platos preparados se realizará siguiendo un "meticuloso plan de seguridad", como que se usarán envases precintados con un nuevo sistema de control y embolsado con etiqueta testigo para evitar la manipulación por terceros, o que la entrega de la comida a los clientes en su domicilio con el reparto sin contacto, de forma que el repartidor nunca tiene contacto con el producto ni con el cliente, con el fin de garantizar la seguridad.

La iniciativa de El Corte Inglés ha terminado por animar a otras grandes cadenas, que ya preparan el salto de su servicio de platos preparados al 'delivery'. Según ha podido saber 'La Información', ya hay grupos que están ultimando los detalles técnicos para empezar a vender a través de este tipo de plataformas, si bien en su caso se enfoca más a mercados locales a través de empresas de reparto más pequeñas. Por ejemplo, Glovo ya sirve platos del Mercado de Alcobendas, el espacio gastronómico de Carrefour ubicado junto al hipermercado de Alcobendas. En cualquier caso, ya sea a través de Deliveroo, Glovo o Lola Market, la mayoría de las cadenas pretende seguir los pasos de El Corte Inglés de forma inminente.

El freno del consumo en supermercados

Los últimos datos de la consultora especializada Nielsen apuntan a un crecimiento de ventas mucho menor que al principio de la crisis del coronavirus e, incluso, alertan de lo que podría ocurrir en el futuro inmediato: atendiendo a la evolución en países como Italia o Alemania (que suelen ir una semana por delante de nosotros y que en las últimas semanas ya pierden más de un 15% de facturación respecto al año anterior), los supermercados podrían empezar a perder terreno muy pronto, a pesar de que en el mismo período analizado que en el resto de Europa (entre el 13 y el 19 de abril) las ventas en nuestro país seguían creciendo a un ritmo del 17% interanual.

Esta situación ha puesto en alerta a los supermercados, que en pocas semanas tendrán que adaptarse a la "nueva normalidad", tanto social como de consumo. En ese escenario, las tiendas volverán a abrir a horario completo -algunas como Aldi ya lo han hecho esta misma semana- para no perder ingresos. El problema es que ese reajuste pasa también por saber qué hacer con los miles de empleados contratados temporalmente para cubrir las necesidades puntuales de abastecimiento, así como por encontrar vías alternativas de facturación. Y, ahí, en la sociedad postcoronavirus que hoy solo somos capaces de intuir, es donde entra en juego el 'listo para comer' en el 'delivery'.

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