Rechazo al complemento de la junta

Talgo cierra la puerta a los accionistas 'críticos' tras pedir voz en el consejo

La junta rechaza la petición de Alfonso de León, consejero delegado de Axon Partners y representante de un bloque de propietarios que se desmarcan del accionista de control, de entrar en el consejo.

Talgo, tren AVE 'Avril'
Talgo, tren AVE 'Avril'
TALGO - Archivo

Alfonso de León, consejero delegado de Axon Partners en España y representante de un grupo de inversores en Talgo ajeno al accionista de control, no entrará en el consejo de administración del fabricante ferroviario. Así lo ha decidido la junta de accionistas, en una jornada en la que rechazó con más del 80% de los votos la llegada de este ejecutivo, que representa a 26 accionistas distintos, dueños en conjunto de un 7% de los títulos. Este bloqueo mantiene al fondo internacional Trilantic, máximo propietario de la compañía, al frente de la gestión en un momento en el que, además, el mercado vuelve a especular sobre una posible operación corporativa. 

De León envió hace un par de semanas un punto complementario y muy claro al consejo de administración para la próxima junta. Su petición se basaba en que la reducción de consejeros propuesta por Talgo no fuera hasta 10 miembros, sino hasta 11, es decir, que se aprobara su entrada en el consejo para que los accionistas a los que representa tuvieran voz y voto. La intención era aprovechar el cese de cinco miembros del consejo (Ramón Hermosilla, Ignacio Mataix, Albertus Meerstadt, José Nárdiz y Segundo Vallejo) para reequilibrar el reparto de poderes.

Hasta entonces, los miembros dominicales de Talgo en el consejo representan los intereses del accionista de control, el fondo Trilantic. El vehículo inversor cuenta con dos miembros (Javier Olascoaga y Javier Bañón), a los que sumaría la afinidad de Torreal (Miguel Abelló), quien tiene sindicada sus acciones, y la de la familia Oriol, que mantiene su participación junto al fondo a través de la sociedad luxemburguesa Pegaso Transportation International. Pero no solo eso, al menos uno de los consejeros independientes es miembro del consejo asesor de Trilantic, como así figura en la propia web del fondo.

Las fuentes consultadas por La Información explican que la petición de Alfonso de León se debía a la necesidad de conocer más en detalle las perspectivas de la compañía en el futuro. Su intervención, explican las mismas voces, fue la más crítica que se realizó en el cónclave y se basó en argumentar la necesidad de que los intereses de la compañía no estuvieran alineados únicamente a los del accionista de control. 

En el mercado hay mucha expectación por si el fondo Trilantic, que controla casi el 40% de la cotizada española, decide vender en los próximos meses, posibilidad que lleva tiempo señalando el banco de inversión Blackbird. Su paquete de acciones y la cláusula de arrastre que tiene firmada con otros accionistas provocaría que esa compra de títulos desembocase en una OPA amistosa o en una fusión, que podría terminar forzando a los minoritarios a vender. Y ahí el problema: muchos de estos accionistas se desprenderían de esos títulos perdiendo dinero, ya que compraron a un precio mucho mayor y el rendimiento ha echado por tierra sus previsiones de revalorización.

La compañía viene de cerrar un 2021 aparentemente positivo. Gracias a  la mayor actividad industrial tras el coronavirus y la recuperación de los servicios de mantenimiento, la compañía española se olvidó de las pérdidas de 2020 y obtuvo un beneficio neto de 27,5 millones de euros. Los ingresos crecieron a doble dígito (un 14%), en parte, por encargos de Renfe y proyectos internacionales desde Estados Unidos

Aún con todo, algunos analistas siguen sin ser optimistas sobre el futuro más inmediato de la compañía. En Renta 4 analizaron que el último trimestre del ejercicio 2021 fue "flojo" y que las perspectivas para este 2022 estaban "por debajo de lo esperado". El área de analistas del Sabadell se pronunció en la misma línea, señalando que el guidance era "poco ambicioso". Es un argumento que se repite y que también espetaron desde Bankinter con los resultados del tercer trimestre, en el que detectaron que las contrataciones eran "débiles".

Entrada de Urquijo y remuneraciones

En el resto de puntos no hubo sorpresas, aunque algunos levantaron más contestación que otros. Fue el caso del informe anual de remuneraciones (punto sexto), que recibió casi la negativa del 30% de los asistentes, lo que significa un porcentaje muy significativo, habida cuenta de que la mayoría del capital social está en manos del accionista de control y de los miembros del consejo. Por lo que respecta al resto de propuestas, como la reelección de Deloitte como auditor o la renovación de algunos consejeros, se resolvieron según lo previsto.

El plan de remuneraciones había recibido también la recomendación de oponerse desde el proxy advisor estadounidense ISS. El asesor de voto más grande del mundo había señalado como alerta el abono de 850.000 euros al nuevo consejero delegado, Gonzalo Urquijo, solo por el mero hecho de firmar por la compañía. Urquijo, quien aterrizó en Talgo tras seis años convulsos en Abengoa, donde entró ya cuando la compañía atravesaba turbulencias, había cerrado durante su etapa en la compañía sevillana distintos acuerdos con el fondo Trilantic

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