Vuelve a beneficios

TAP logra récord histórico de ingresos y complica el plan de Costa para privatizarla

La aerolínea portuguesa trata de sortear el escándalo de las indemnizaciones irregulares a los directivos que la llevaron a la quiebra mostrando músculo financiero mientras el Gobierno sigue estudiando a quién vendérsela. 

Avion TAP Portugal
Avion TAP Portugal
TAP

La aerolínea portuguesa TAP cerró 2022 con récord de ingresos, beneficio y rentabilidad pese a las turbulencias políticas y de reputación que le acompañan desde que se dieran a conocer una serie de indemnizaciones millonarias e irregulares a sus antiguos directivos. Estos fueron destituidos por el Gobierno de Antonio Costa alegando "desconfianza de los contribuyentes con la empresa". La compañía, sobre la que sobrevuelan planes de privatización por parte del gobierno luso, podría acabar en manos del grupo IAG, que buscaría consolidar su presencia a ambos lados del Atlántico tras cerrar la compra de Air Europa a través de Iberia

TAP registró las ventas trimestrales más altas de su historia durante el cuarto trimestre de 2022, dando lugar a unos ingresos de 3.485 millones de euros (+151%) y registrando además una rentabilidad récord. Este éxito impulsó el beneficio operativo de la compañía hasta los 65,6 millones de euros, una cifra récord tras cinco años en negativo. El año anterior, la aerolínea tuvo más de 1.600 millones de pérdidas. 

Sus cifras anuales dejan 13,8 millones de pasajeros transportados, un 136,1% más que el año previo. El nivel de vuelos se situó en el 79% de los de 2019, mientras que el de pasajeros fue del 81%, con un nivel de capacidad del 87% y un factor de carga del 80%. En cuanto al resultado financiero, el EBIT fue de 268,2 millones de euros, mientras que sus gastos operativos crecieron un 73,4% afectados por el incremento del coste del combustible, que supuso 340 millones de euros más que al año anterior. 

La directora ejecutiva de TAP, Christine Ourmières-Widener, defendió los buenos resultados de su compañía "a pesar de los continuos desafíos operativos". Asegura que en 2022, primer año del Plan de Reestructuración, se ha alcanzado un desempeño cercano al previsto para 2025, al generar "un beneficio que es un récord histórico para la compañía y un resultado neto positivo muy sólido pese al nivel de apalancamiento". El gran reto para este año pasará por "optimizar los ingresos en un entorno incierto", de forma que se sigan reduciendo gastos en pleno contexto inflacionario. 

Privatización en el aire

Estos buenos resultados ponen en duda el proceso de privatización de TAP por parte del Gobierno portugués, que está tratando de encontrar un socio para reflotar el negocio de la aerolínea. Esta sería la segunda privatización después de la ejecutada en 2015, que se saldó con un rescate estatal en 2020 con motivo de la pandemia. Los planes del Ejecutivo de Costa pasan por vender la compañía a uno de los grandes grupos europeos, sin cerrar puertas a ninguna otra compañía. 

Entre los interesados se encontraría, sin llegar a confirmarlo oficialmente, el holding IAG, que recientemente ha cerrado la adquisición de Air Europa y su integración en la estructura de Iberia con el fin de montar la gran aerolínea transatlántica. En la presentación de resultados celebrada en febrero, el consejero delegado de IAG, Luis Gallego, no descartó adquirir TAP como una opción para reforzar el 'hub' de Barajas, en el que el holding del que forma parte Iberia tiene puestas sus esperanzas de crecimiento. Aunque para rebajar las expectativas, aseguró que la prioridad pasaba por completar la adquisición de Air Europa, a la espera del visto bueno de las autoridades de competencia. 

Otras interesadas en adquirir a la aerolínea lusa serían los otros dos grandes grupos europeos, el grupo alemán Lufthansa y Air France-KLM, que tampoco descartan la posibilidad de entrar en la operación, aunque esperan a conocer el desenlace de la puja por la italiana ITA Airways. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, declinó pronunciarse sobre el posible interés de Iberia por TAP al corresponder "a una empresa privada", aunque proclamó recientemente su bienvenida a "todo lo que suponga estrechar lazos con Portugal". 

Mientras el gobierno luso decide que hacer con su aerolínea, todavía colea el escándalo de las pasadas navidades, cuando la prensa portuguesa desveló que la administradora de la compañía hasta que tuvo que ser rescatada por el Estado,  Alexandra Reis, cobró medio millón de euros como indemnización y fue recolocada en otros puestos estatales. El Estado luso intervino con 3.200 millones de ayudas estatales y colocó a Ourmières-Widener como exigencia de la Comisión Europea para dar su visto bueno. Apenas unos días después de saltar el escándalo, el ministro de Infraestructuras portugués y posible sucesor en la presidencia, Pedro Nuno Santos, presentó su dimisión en el cargo. 

Mostrar comentarios