La tasa tech abre la puerta a 'cazar' a los bancos (y parte del Ibex) al vender datos

  • Esta actividad digital es la tercera que gravará y una posible entrada de muchas compañías cuyos negocios están vinculados al 'big data'.
Montero
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EFE

'Big data'. Es una de las expresiones más utilizadas por las grandes compañías españolas en los últimos años. Ahora, el nuevo 'impuesto digital' que impulsa el Gobierno de Pedro Sánchez señala este negocio de los datos. Será una de las actividades que sean gravadas. La redacción en la ley deja la puerta abierta a que la banca, excluida en su negocio 'tradicional', también tenga que pasar por caja por este tributo.

El impuesto tiene por objetivo, según queda reflejado en el proyecto de ley aprobado, tres actividades: la publicidad digital, la intermediación online (marketplaces como Amazon o plataformas que conectan a oferta y demanda como Blablacar o Wallapop)... y los servicios de transmisión de datos. ¿A qué se refiere con este último capítulo? "Los servicios de transmisión con contraprestación, incluidas la venta o cesión, de aquellos datos recopilados acerca de los usuarios, que hayan sido generados por actividades desarrolladas por estos últimos en las interfaces digitales".

Entre los contribuyentes, el Gobierno de Pedro Sánchez ha excluido los servicios financieros regulados prestados a través de internet (banca online). La banca está eximida en su actividad 'tradicional'. Pero, ¿y los datos? "Hay muchas dudas de que la banca esté fuera de este impuesto; nosotros creemos que está dentro con todo lo que implica la normativa Psd2", explicaba este martes José Luis Zimmerman, presidente de la patronal de las empresas del sector digital Adgital.

No queda claro dónde está la delimitación de la actividad económica en un mercado, el de los datos, que se valoró por la Comisión Europea en más de 3.200 millones de euros de negocio anual sólo en España. Ni los propios fiscalistas lo tienen claro. Desde PwC, que ha elaborado un estudio para la propia Adigital sobre el impacto del impuesto, se aseguraba que las 'tripas' de esos límites técnicos se desconocen. "No lo sabemos ni nosotros ni nadie", aseguraba Jordi Esteve Bargués, socio de la consultora.

La realidad es que hoy por hoy una parte importante de la banca trabaja en ese sector del 'big data'. Y obtiene réditos con ello. BBVA cuenta con una división dentro de su filial BBVA Next Technologies; Santander cuenta con la filial Santander Analytics; o Caixabank cuenta con casi un centenar de proyectos vinculados a la explotación de los datos.

Otras grandes compañías del Ibex 35 también se podrían ver afectadas por este nuevo impuesto. Compañías como Indra o Amadeus tienen servicios vinculados con la explotación (y análisis) de grandes cantidades de datos.

¿Impuesto directo o indirecto?

La forma en que se determinarán los límites de la actividad de "transmisión de datos" no es la única de las incógnitas que hay sobre la mesa en referencia a este tributo. Una de las más claras es si, finalmente, será un impuesto indirecto o directo. Desde Garrigues lo tienen claro. Su responsable de fiscalidad internacional, Luis Manuel Viñuales, entiende que la naturaleza de indirecto es "tremendamente controvertida".

Para Viñuales, hay serias dudas de que sea un impuesto indirecto, como defiende el Gobierno. Si este impuesto es directo no se puede gravar a los que no tienen establecimiento permanente". La razón: los convenios de doble imposición. "Se está intentando gravar una renta [de empresas] con un método no previsto para ello", insistió.

En este sentido, surge otra incógnita sobre el funcionamiento. Y tiene que ver con la forma en que se aplicará en estructuras fiscales como las de Google o Facebook. Pese a que el consumo (y la contratación) de sus servicios publicitarios se lleva a cabo desde España, la publicidad se sirve (y se cobra) desde Irlanda en ambos casos y es allí donde tributa. ¿Quién pagará el 3%: la matriz irlandesa o la filial española? No queda claro. 

¿Y el efecto en las startups?

Hay otras dudas sobre cómo podrá afectar a las startups. El presidente de la Asociación de Startups en España, Carlos Mateo, asegura que muchas de estas compañías tendrán que cerrar al ver cómo proveedores digitales deben incrementar los precios de los servicios que les prestan. Pero no es la única afección que pueden sufrir. Incluso habrá compañías que deberán también pasar por caja

En la ley se explica que si un hólding empresarial supera los umbrales de ingresos fijados  (750 millones de euros a nivel global y 3 millones a través de servicios digitales sólo en España), todas las participadas que formen parte del grupo se verán afectadas "en la medida en que realicen el hecho imponible [servicio digital]" con independencia de los niveles de negocio.

Esto abre la puerta a que participadas de grandes grupos multinacionales tanto españolas como extranjeras tengan que pagar ese 3% por los tres tipos de actividades gravadas. Sería el caso de compañías, por ejemplo, como Social Point (adquirido por el gigante de los videojuegos estadounidense Take Two), la plataforma de alojamientos rurales Toprural (en manos del rival de Airbnb, Homeaway) o Niumba (comprada por Tripadvisor).

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