Es la arteria comercial de Gijón y uno de los edificios históricos de Telefónica en el Principado de Asturias. La operadora ultima la venta de una de sus cuatro centrales en la ciudad, situada entre la calle Corrida y la plaza del Carmen, en una operación con la que espera obtener alrededor de 12 millones de euros, según confirma la compañía.
No es una cifra elevada para el volumen de actividad de la sociedad presidida por José María Álvarez Pallete, pero forma parte de su plan de desinversión en inmuebles no estratégicos y de cierre de centrales de cobre. Con él persigue reducir su factura de costes y, al mismo tiempo, rebajar su elevada deuda. Al cierre del tercer trimestre, su deuda financiera neta superaba los 47.000 millones de euros.
La compañía explica que decidió la venta del inmueble, construido en 1931, por ser una central de cobre, sin fibra, y mantendrá en propiedad sus otros tres inmuebles en la ciudad. Además, en el de la calle Corrida seguirá operando en régimen de alquiler porque sigue prestando servicio a clientes. Eso sí, su nuevo propietario podrá reutilizar parte del inmueble para uso comercial.
La venta podría cerrarse a un grupo inversor, según indica el diario El Comercio, que no identifica, pero que ya que ha cerrado operaciones inmobiliarias en Gijón, como la compra de la antigua sede del Banco Urquijo. Además, el medio gijonés indica que Telefónica se compromete a ocupar el edificio durante un plazo de siete años y a pagar una renta anual como inquilino de 600.000 euros.
Telefónica enmarca esta desinversión en el plan de venta de inmuebles de los últimos años. Sólo entre 2014 y 2015 vendió siete edificios en Madrid, Barcelona, Santander y Valencia. Este año, otro en Madrid, situado en la calle Irún, valorado en 25 millones de euros.
En cuanto al cierre de centrales de cobre, la 'teleco' se ha comprometido a clausurar 68 instalaciones antes de 2022, según informó a la Comisión Nacional de los Mercados y las Telecomunicaciones (CNMC). De ellas, cerró casi una veintena durante 2016 y otras 28 a lo largo de este año.
Más allá de estas pequeñas desinversiones, Telefónica está centrada en el recorte de su deuda con el negocio puro y duro, con la generación de caja de su actividad comercial. Su última desinversión fue la venta a la firma de inversión KKR del 40% de Telxius, su filial de torres de telecomunicaciones y cable submarino por 1.250 millones de euros. Comparado con ese importe, lo que consigue con la venta de inmuebles es poco significativo pero para Telefónica es una forma de rebajar su perímetro y rejuvenecer sus activos.
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