Llegará a partir de 2021

Las telecos avisan: la inversión mínima para extender el 5G es de 5.000 millones

Piden al Gobierno una menor presión fiscal para favorecer estos desembolsos. El Ejecutivo prevé cerrar la subasta en el primer trimestre del próximo año.

Recurso de red 5G
El despliegue de 5G costará un mínimo de 5.000 millones de euros.
TELEFÓNICA DEUTSCHLAND - Archivo

El nuevo calendario para iniciar la carrera por el 5G ya está listo. Y las grandes operadoras de telecomunicaciones ya echan sus cuentas sobre lo que le costará. Las primeras estimaciones de las compañías señalan una inversión mínima en el mercado español de más de 5.000 millones de euros para todo el despliegue. Ante este escenario, Orange o Vodafone han vuelto a pedir esta semana al Gobierno y las administraciones locales una reducción de la presión fiscal al sector con el objetivo de facilitar este importante esfuerzo durante los próximos años.

En las redes ultrarrápidas de quinta generación está todo por construir. Y por invertir. Hay que adquirir el derecho de uso de todo el espectro radioeléctrico necesario, que en España se centrará en la banda de 700 MhZ que el Gobierno de España 'venderá' después de mover a los canales de TDT (la subasta equivalente a esta en tamaño y tipología tuvo lugar en 2011 y supuso un compromiso de pago de los tres grandes operadores de 1.200 millones de euros). Después hay que construir una red muy densa de antenas de telefonía móvil, pues las necesidades de este tipo de instalaciones son mucho mayores que, por ejemplo, las de 4G. Y, por último, hay que actualizar y adquirir a los proveedores como Ericsson, Nokia o la propia Huawei todo el equipamiento para la gestión de toda esa infraestructura. A nivel global, un estudio de PwC colocaba la inversión necesaria en más de 50.000 millones de euros. ¿Y en España?

El consejero delegado de la operadora de torres de telecomunicaciones Cellnex, Tobías Martínez, lo calificó durante la jornada de este martes en la cumbre de la CEOE como una "inversión sin precedentes". Su homólogo en Vodafone España, Antonio Coimbra, aseguró que se trata de un "esfuerzo hercúleo". Y le puso cifras: para tener una cobertura suficiente y ubicua por todo el territorio español, el esfuerzo inversor mínimo ha de ser superior a los 5.000 millones de euros. Ese desembolso ha de ser afrontado en paralelo al que extenderá el 4G a toda la población española (uno 250 millones de euros) y la red de fibra (unos 1.500 millones de euros). A ello se suma también todo el coste de mantenimiento de la infraestructura ya construida.

Esa inversión para extender el 4G y la fibra al 100% de la población española fue planteada por el propio Coimbra, pero sin proponer ninguna modalidad de financiación. "Hay que encontrar formas de financiarlo", aseguró, sin precisar más. En el caso, por ejemplo, de la fibra óptica, la inversión ha tenido un protagonismo público evidente. El llamado Plan 300x100 para la extensión de esta tecnología de internet fija planteaba una inversión de 525 millones de euros entre 2018 y 2021, que era cofinanciado con fondos Feder de la UE, que aportaban casi 400 millones. Entre 2013 y 2019 se concedieron ayudas públicas a casi 130 operadores para una inversión de 871 millones (y unas subvenciones de casi 480 millones), según los últimos datos del conocido como Plan PEBA, es decir, el programa de extensión de la banda ancha de nueva generación.

El cóctel inversor es el que ha puesto en alerta a los analistas del sector, ante el impacto en las cuentas de unos operadores que, por norma general, están altamente endeudados tras el esfuerzo ejecutado en los últimos años y tienen unos ingresos estancados. El propio presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, reconoció ante los directivos de la operadora hace un tiempo que el castigo sufrido por este sector en bolsa tiene varios factores, entre los que destaca el menor retorno debido a la fuerte inversión que se deberá abordar en estos años precisamente por el 5G.

Con este horizonte por delante, las empresas aprovecharon la cumbre de la CEOE para reivindicar la necesidad de un marco fiscal más favorable a sus intereses que facilitara esta inversión. "Hay que promover la simplicidad y la predictibilidad; tenemos impuestos municipales, autonómicos, la tasa de RTVE, el IAE...", apuntó Coimbra, quien defendió una vez más la necesidad de rebajar esta presión. Se unió a estas voces su homólogo en Orange, Laurent Paillassot: "Es un sector que necesita mucha inversión; una política de aumento de la presión fiscal es contraproducente... Hay un hueco enorme entre EEUU y Europa, pues a nivel de inversión por habitante estamos invirtiendo la mitad que ellos", apostilló.

Plazos retrasados

Aunque esas son las previsiones, aún quedan meses para iniciar esta carrera. Según el plan inicial del Gobierno de España, este mes de junio debía haber terminado el llamado Segundo Dividendo Digital (la liberación de la banda de espectro de 700MhZ, hoy ocupada por las señales de los canales de la TDT) y la subasta de esos mismos activos entre los cuatro grandes operadores. Sin embargo, la pandemia del coronavirus trastocó esos planes y obligó a un retraso. Este martes, el Consejo de Ministros fijó una nueva ficha límite para ese segundo dividendo: el 31 de octubre. A partir de esa fecha, las futuras frecuencias sobre las que 'correrán' las redes ultrarrápidas 5G estarán liberadas. Pero no tendrán dueño, porque la subasta no terminará hasta el primer trimestre de 2021, según los planes del departamento de Nadia Calviño. 

Este nuevo retraso llega después de que las empresas hayan mostrado su poca predisposición a afrontar esas inversiones a corto plazo. Este cambio en la hoja de ruta les ha otorgado un cierto alivio en sus cuentas. Y su intención no es poner sobre la mesa un despliegue masivo hasta bien entrado el próximo año. Para firmas como Telefónica es un salvoconducto para asegurar más su dividendo. "Considerando todas las circunstancias, pensamos que en términos de flujo de caja, y considerando también que algunas subastas de espectro se han retrasado, la generación de caja nos permite tener una buena cobertura del dividendo", defendió su presidente, José María Álvarez-Pallete, ante los analistas en la presentación de resultados del primer trimestre.

El año 2020 estaba llamado a ser el del arranque de la carrera del 5G. El coronavirus ha cambiado el guión. Y las operadoras lo han visto como una oportunidad para tomar oxígeno antes de abordar los más de 5.000 millones de desembolsos. Pero aunque el grueso de los costes no vendrán hasta bien entrado el próximo año, los grandes actores del sector no perdieron la oportunidad de exigir más ventajas fiscales. Esa fue su gran reivindicación en la cumbre de la CEOE.

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