Después de vender las torres de Telxius

Telefónica acelera la venta del negocio de cable submarino por 1.500 millones

La operadora recibe diferentes muestras de interés de grandes fondos de inversión, gestores de infraestructuras y entidades industriales. La transacción se cerrará en las próximas semanas.

José María Álvarez-Pallete, presidente de Telefónica.
José María Álvarez-Pallete, presidente de Telefónica.
L.I.

Cuenta atrás para hacer caja con el otro gran activo de la filial de infraestructuras de telecomunicaciones de Telefónica. La operadora española acelera la venta del negocio de cable submarino por una cuantía que rondaría los 1.500 millones de euros. En los últimos días ha recibido numerosas muestras de interés procedentes de fondos de capital riesgo, gestoras de infraestructuras y algún socio industrial. Con la firma, el grupo reduciría una parte de su deuda neta financiera a la vez que otorga también la opción de desinvertir a KKR y a Pontegadea (Amancio Ortega), los otros dos socios de Telefónica en el capital de Telxius.

En la segunda parte del año pasado, la teleco decidió desinvertir tanto en las torres de telecomunicaciones como en el cable submarino, ambas operadas bajo la división de nueva creación Telefónica Infra. La operación referida a las primeras se hizo efectiva el pasado mes de enero, después de firmar la 'entrega' de los más de 30.000 emplazamientos de España, Alemania y Latinoamérica a American Tower Corporation por 7.700 millones de euros. La segunda ha requerido más tiempo y en los últimos días ha tomado algo más de forma. Y el objetivo último es tenerla cerrada definitivamente en el próximo trimestre.

Los acercamientos que se han producido en los últimos días por ese cable submarino plantean valoraciones en torno a esos 1.500 millones de euros, según confirman a La Información fuentes conocedoras. El interés ha sido especialmente intenso, pues, como sucede con otros activos vinculados a la conectividad, generan flujos de caja significativos pese a sus significativos costes de mantenimiento. La división cuenta con más de 90.000 kilómetros de cable que conectan Estados Unidos con París (Francia) y Derio (Bilbao) en Europa. Este tipo de infraestructura es clave para dar respuesta al tráfico global de datos a través de internet.

Si no hay contratiempos, la operación -que cuenta con el asesoramiento de Société Générale- debería estar finalizada en este primer semestre. Debido a que los activos están bajo el paraguas de Telxius, el reparto accionarial es el mismo que el de la matriz. Telefónica ostenta el 50,01% de los títulos, mientras que el resto se lo reparten KKR, con un 40%, y el fundador de Inditex, Amancio Ortega, con casi el 10%, a través de su sociedad de inversión Pontegadea. Cuando se finalice, la operadora tendrá pendiente la venta de otros cuatro centros de datos.

En este negocio del cable submarino, Telefónica cuenta con socios como operadoras de telecomunicaciones o gigantes tecnológicos a los que vende no sólo la capacidad de transmisión de enormes volúmenes de datos, sino también la colocación y el amarre de este tipo de infraestructuras. En el año 2020, los ingresos de este segmento alcanzaron los 416 millones de euros, es decir, la mitad de toda la facturación de Telxius. Buena parte de ese negocio se basa en la venta a las diferentes operadoras del grupo español que son las encargadas de distribuir los productos con el cliente final.

Esta venta llega justo después de haber alcanzado varios hitos relevantes de negocio en los últimos meses. En marzo se puso en funcionamiento el cable submarino en el Pacífico construido por la operadora española para el gigante de las telecomunicaciones América Móvil (Claro), del magnate mexicano Carlos Slim, que dará servicio a toda la costa latinoamericana para unir a Guatemala, Ecuador, Perú y Chile en conexión directa con servidores disponibles desde Estados Unidos. En el mes de diciembre firmó un acuerdo con Google con el que proporcionará servicios de amarre y colocación para la nueva infraestructura del gigante de internet, que lo ha nombrado Grace Hopper y que estaría completamente operativo en 2022.

Cierre del círculo

Con esta operación del cable, Telefónica cerraría el círculo de la desinversión en Telxius. Estos 1.500 millones se sumarían a los 7.700 correspondientes a la venta de las más de 30.000 torres de telecomunicaciones. Esta transacción está pendiente de todas las bendiciones regulatorias, después de que el comprador, el gigante estadounidense American Tower Corporation (ATC), haya confirmado a sus inversores que cuenta con todo el armazón financiero para afrontar el pago. Los más de 4.000 millones que recibirá el grupo presidido por José María Álvarez-Pallete irán destinado de manera prácticamente íntegra a la reducción de la deuda financiera.

Estas torres no son las únicas que también van a ser vendidas por parte de la teleco española. Los más de 7.000 emplazamientos que tiene en Reino Unido bajo el paraguas de la 'joint venture' formada con Vodafone al 50% aún no han sido transferidos y se mantienen al margen de la operación de Telxius. El objetivo es encontrar un comprador y tras la valoración fijada en la salida a bolsa de Vantage Towers, la división con la que la británica gestiona sus torres, el 'precio' de esas acciones se situaría en unos 1.200 millones.

En Reino Unido sí que ha encarrilado la otra gran operación corporativa del mandato de Álvarez-Pallete: la fusión de O2, la filial en el país, con Virgin Media, la división de la estadounidense Liberty Global. Este miércoles, el regulador de la competencia del país (CMA) despejó el camino y, después de examinar todas las pruebas, concluye que es "poco probable que el acuerdo conduzca a una disminución sustancial de la competencia en relación con el suministro de servicios al por mayor". Pese a que se trata de un veredicto provisional, la 'luz verde' definitiva' -que debería llegar en mayo- se da prácticamente por segura.

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