Telefónica se cura en salud ante la SEC y admite temor por la situación en España

  • La operadora pone el dedo en la llaga del problema catalán junto a la incertidumbre  económica que se deriva de la actual fragmentación parlamentaria.
El presidente de Telefónica con directivos de O2 en la sede de Apple en EEUU
El presidente de Telefónica con directivos de O2 en la sede de Apple en EEUU

Telefónica no se ha mordido la lengua en su informe anual ante la Securities Exchange Commission (SEC) de Nueva York. La primera compañía multinacional de España se ha pronunciado de manera elocuente a la hora de apuntar los riesgos que entraña para la actividad de la compañía el empeoramiento del entorno político y económico en nuestro país. Una actitud que contrasta con las declaraciones efectuadas por su presidente hace menos de un mes con motivo de la presentación de resultados. Jose María Álvarez-Pallete mostraba entonces su versión más optimista y aseguraba que "nosotros no notamos ningún frenazo a la inversión y seguimos acelerando".

Quizá ambas posiciones puedan resultar complementarias dentro del modelo de gestión que trata de representar Telefónica como operadora lider en el mercado global de telecomunicaciones. Pero lo cierto es que a la hora de 'destapar' con todas las consecuencias los problemas inherentes a su negocio la empresa no ha tenido más remedio que reconocer los dos grandes temores que provoca la actual situación política y económica en España. El primer foco de inquietud viene dado por la incertidumbre que supone el llamado 'problema de Cataluña' y su impacto en la economía española, en tanto que el segundo deriva de la combinación de políticas económicas que, a juicio de Telefónica, pueden implementarse en 2019 como consecuencia de la “alta fragmentación parlamentaria actual”.

La multinacional española, primera empresa de nuestro país cotizada en Wall Street, es uno de los principales barómetros que utilizan los inversores del otro lado del Atlántico a la hora de orientar sus decisiones financieras en España. De ahí la enorme trascendencia que tiene en Estados Unidos el llamado formulario 20-F con el que las grandes corporaciones desvelan ante el regulador bursátil sus expectativas de negocio. Una vez salvado el ejercicio de 2018, Telefónica ha decidido poner el dedo en la llaga de las principales amenazas inherentes a su actividad en el mercado doméstico, que constituye actualmente una cuarta parte de todo el negocio.

La operadora dominante en el sector español de las telecomunicaciones no descarta la posibilidad de que se puedan intensificar las tensiones en Cataluña, lo que daría lugar en su opinión a “un impacto negativo en las condiciones de financiación y en el escenario macroeconómico” de todo el país en su conjunto. Una situación que tiene especial significación dado “el exigente calendario de vencimiento de los bonos soberanos”. Cabe recordar que la deuda del conjunto de las Administraciones ha alcanzado un récord de 1,17 billones de euros y que el Tesoro público tendrá que hacer frente este año a casi 31.500 millones en pago de intereses, lo que supone un 2,5% del Producto Interior Bruto.

En el plano estrictamente económico la preocupación que muestra Telefónica resume la sensibilidad de la clase empresarial española ante el insólito panorama que supone la fragmentación parlamentaria en nuestro país. La compañía no hace mención expresa de la convocatoria electoral programada para el próximo 28 de abril, pero su análisis de situación incide directamente en las consecuencias que puede deparar la inestabilidad del futuro gobierno resultante de las urnas. Telefónica alude de forma clara y meridiana a la incertidumbre que genera la posibilidad de una “combinación de políticas económicas” en España como consecuencia directa de los pactos entre las distintas formaciones políticas.

Tendencia decreciente de ingresos

La compañía muestra su preocupación ante las condiciones económicas y admite que éstas pueden afectar negativamente el nivel de demanda, tanto de los clientes existentes como de los potenciales, "ya que -según añade- pueden dejar de considerar críticos los servicios ofrecidos por el Grupo". La inquietud que refleja el informe a la SEC de Telefónica está más que justificado si se observa la tendencia decreciente registrada durante los últimos cuatros años en la cifra de ingresos que en 2018 cayeron en casi un 6,5% hasta un total de 48.693 millones de euros.

Telefónica aborda igualmente el contexto internacional que, en teoría, permite una diversificación de las actividades y, en consecuencia, un reparto más equilibrado de las amenazas que pueden acechar a la compañía. Sin embargo, el informe remitido a la SEC destaca la exposición de la compañía a legislaciones muy diversas así como a sus correspondientes entornos políticos y económicos: "Cualquier evolución adversa o incluso incertidumbres a este respecto, incluidas las fluctuaciones del tipo de cambio o del riesgo soberano, pueden afectar negativamente al negocio", asegura la compañía. 

En lo que concierne a Europa, la posición de Telefónica está claramente condicionada por los movimientos políticos y, de hecho, la empresa no muestra mayor preocupación por la tendencia de desaceleración económica que afecta a las principales economías del Viejo Continente. El caballo de batalla de la operadora española en los mercados comunitarios está principalmente radicado en Italia, donde Telefónica denuncia la  "falta de compromiso político con una agenda reformista". El otro foco de tensión es el Brexit, que podría conducir a nuevas complejidades legales y reglamentarias dando lugar a cambios costosos y potencialmente perjudiciales para las relaciones comerciales en estos mercados, incluidos los de Telefónica, sus proveedores y sus clientes.

La multinacional española concede también una mención especial al desenlace que puedan deparar las Elecciones al Parlamento Europeo que tendrán lugar el próximo 26 de mayo. Telefónica no descarta que el resultado final de los comicios suponga un reequilibrio de las agrupaciones políticas que dará lugar a cambios significativos en los objetivos a medio plazo del proyecto europeo, además de provocar otros movimientos en posiciones que son clave dentro de las principales instituciones europeas durante 2019.

El análisis de riesgo-país pasa revista finalmente a todos los mercados latinoamericanos en los que la operadora española cuenta con una presencia destacada, desde Argentina a Brasil, pasando por México, Chile, Colombia, Perú y Ecuador. Todo ello sin olvidar las filiales centroamericanas que recientemente han sido vendidas a Carlos Slim (Guatemala y El Salvador) y al grupo Millicom (Costa Rica, Panamá y Nicaragua). Telefónica enumera la relación de amenazas en esta región, que incluyen cambios inesperados en la regulación, movimientos bruscos del tipo de cambio, altas tasas de inflación, expropiación de activos, limitaciones de márgenes e incluso disturbios sociales. En definitiva, un panorama complejo que va a exigir en 2019 un esfuerzo especial de gestión al equipo que encabeza José María Álvarez-Pallete, mucho más si el gran corredor de fondo que preside Telefónica insiste en su deseo de acelerar el ritmo de zancada de la firma.

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