La subasta, el próximo martes

Telefónica contrata a Ericsson y Nokia para construir la radio de su red 5G

Cada uno de los proveedores nórdicos se quedan con el 50% del contrato que tendrá una duración hasta el año 2026 y comprenderá la parte de radio y no el 'core'.

Emilio Gayo
Emilio Gayo, presidente de Telefónica España.
Agencia EFE | EFE

Telefónica ya ha tomado una primera decisión sobre sus proveedores para las redes ultrarrápidas 5G en España. La operadora acaba de adjudicar a Ericsson y Nokia la construcción de la radio de su red en un contrato que tendrá una duración, al menos, hasta el año 2026. De esta forma, se repite el patrón que se siguió para las actuales redes 4G, dejando fuera al gigante chino Huawei. Queda, por tanto, la decisión más difícil: quién se encargará de la parte 'core', es decir, la más delicada pues en ella residen todos los datos de los clientes.

En concreto, según confirma la teleco, Ericsson y Nokia se encargarán en un porcentaje del 50% cada uno de los trabajos en el próximo lustro. El despliegue se realizará sobre las bandas de 3,5 'gigahercios' (cuyas frecuencias ya fueron licitadas en 2018) y en la de 700 'megahercios', que serán subastadas en los próximos días. "Mantenemos a los proveedores de 4G y nos proporciona estabilidad para el despliegue y desarrollo del 5G", asegura Joaquín Mata, director general de Operaciones de Telefónica España.

Para la adjudicación de la radio 5G SA en España se ha aplicado la misma estrategia seguida en otros países del grupo como Alemania, Reino Unido o Brasil, que han mantenido los proveedores de 4G. Así, en Brasil Huawei tiene el 65% de la red 4G de Vivo, mientras que Ericsson cuenta con el resto. En Alemania Nokia y Huawei se reparten el 50% de la red de O2 y en Reino Unido, como en España, las redes son al 50% para Nokia y Ericsson.

En la actualidad, Telefónica ofrece una cobertura de un 5G muy inicial al 80% de la población. Esta red está basada en el estándar 'Non Stand Alone', es decir, que la radio ya es 5G, mientras que el 'core' sigue siendo 4G. Por tanto, las prestaciones de esta infraestructura están aún lejos de la que ofrecerá el 'Stand Alone', donde todas las partes de la infraestructura es con tecnología 5G.

En ese 5G 'NSA', Telefónica cuenta con 22.000 estaciones base. Durante el primer semestre de este 2021, el despliegue se ha centrado en completar la cobertura en las ciudades desplegadas el año pasado y llegar a las ciudades por encima de 20.000 habitantes. Ahora, con la adjudicación anunciada y la subasta de la banda de 700 'megahercios', "Ericsson y Nokia darán un impulso adicional muy relevante al despliegue 5G ya en sus bandas dedicadas que, junto con el lanzamiento del 5G SA, permitirán alcanzar todas las prestaciones diferenciales de esta tecnología".

Esta decisión llega unas semanas después de que Vodafone lanzara una prueba piloto en fase precomercial para el despliegue de 5G. Para ello anunció el reclutamiento de Ericsson como proveedor único, frente al gigante chino Huawei. "Vodafone se convierte en el primer operador en desplegar una red 5G stand alone precomercial en el mercado español", aseguraba la compañía.

La subasta, el próximo martes

Por otra parte, este mismo viernes el Gobierno ha anunciado que el próximo martes 20 de julio se celebrará la primera ronda de la licitación para obtener las bandas de frecuencias de 700 'megahercios', en la que Telefónica, Orange y Vodafone pujarán. En el proceso se ofrecen 75 'megahercios' distribuidos en siete paquetes de ámbito estatal.

Después de la presión por parte de las operadoras, el Gobierno redujo un 15% el precio de salida y mejoró algunas de las condiciones vinculadas al despliegue obligatorio de cada uno de esos paquetes de frecuencias. Pese a ello, desde Másmóvil no vieron con buenos ojos las condiciones, al no incluir una reserva de espectro para las compañías más pequeñas, por lo que han decidido no presentarse, al tener asegurado el acceso a estas redes con el contrato mayorista firmado con la propia Orange hace más de un año. Esto allana el camino a sus competidores, que no esperan una fuerte subida en los desembolsos finales.

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