Marca histórica

Telefónica crea su filial de fibra rural Bluevia y ultima la elección de un socio

Constituye formalmente el vehículo donde aportará los 2,5 millones de unidades pasadas por fibra como activo y dará entrada a un socio con el 45%. Allianz era en los primeros compases del proceso la favorita.

José María Álvarez Pallete, Telefónica
José María Álvarez Pallete, presidente de Telefónica
CONTACTO vía Europa Press

Telefónica acelera los trámites antes de iniciar la andadura de su nueva división de fibra rural. La operadora acaba de crear la filial que servirá como vehículo para la gestión y construcción de este activo en la 'España Vaciada'. Ha resucitado la marca Bluevia, antigua plataforma de aplicaciones ya retirada que fue lanzada en el año 2011. Este nuevo paso se da justo cuando se ultima la elección de un socio financiero, para lo que el gigante asegurador alemán Allianz se posicionó como favorito. El objetivo es tenerlo antes de que acabe julio, aunque aún no habría una decisión final tomada.

El grupo presidido por José María Álvarez-Pallete ha creado la sociedad Bluevia Fibra. Dependerá, al menos por ahora, de la división de filiales de Telefónica España, aunque el activo estará alojado operativamente bajo el paraguas de Infra, la división de infraestructuras. El objeto de la nueva empresa, cuyo administrador inicial ha sido el secretario general de la división española, Nicolás Oriol Enciso, es la operación y explotación de una red de fibra hasta el hogar para la provisión de servicios mayoristas. Es decir, la infraestructura que se aloje y que se despliegue no será para uso sólo de Telefónica, sino también para otros clientes que necesiten conectividad en zonas rurales y remotas.

El planteamiento de Telefónica se basa en que entregarán 2,5 millones del total de 5 millones que acogería el vehículo. Los que se ponen sobre la mesa como activo ya están desplegados -es lo que se conoce en el argot como 'brownfield'-. Esa sería la aportación inicial, más allá de las inversiones que se hagan conjuntamente para esa nueva construcción a partir de ahora. La contribución del socio financiero sería en capital hasta alcanzar el 45% del total. Ese porcentaje era valorado por algo más de 1.000 millones de euros en las primeras aproximaciones de los diferentes fondos que presentaron sus muestras de interés en el proceso hace semanas. 

La marca que se ha elegido para dar nombre a ese nuevo vehículo es Bluevia. Es una vieja conocida en la división española de la teleco. Esta daba nombre a una plataforma de aplicaciones propia que lanzó en el año 2011 para tratar de competir con las tiendas de gigantes como Apple (con su Store) y Google (con Android) en un incipiente negocio las 'apps' móviles. Prometía a los desarrolladores que recibirían más ingresos, pues a las descargas se incluían también una parte del cobro por tráfico en los servicios online. Finalmente acabó abandonándose.

El nombre elegido para el vehículo procede de una marca utilizada a principios de la pasada década para una plataforma de aplicaciones móviles

Mientras completa este trámite inicial, los asesores (BBVA y AZ Capital) y el equipo de M&A de la operadora trabajan a contrarreloj para tratar de tener lista la elección final del socio financiero antes de que acabe el mes de julio. Hay previsto un consejo de administración previo a la presentación de los números el próximo miércoles. A principios del mes de junio, Telefónica permitió pasar a la fase final a una serie de inversores internacionales, entre los que despuntaba Allianz. Al grupo alemán se sumaron otros como el fondo de pensiones CDPQ, Vauban Infraestructura Partners. No se descartaba que hubiera alianzas entre algunos de estos oferentes para acudir en consorcio.

En todo ese grupo, Allianz era el gran favorito. El grupo asegurador ya es un socio relevante de la operadora desde el año de la pandemia, cuando se firmó una ‘joint venture’ al 50% entre ambos para desplegar fibra hasta el hogar en Alemania. El modelo de negocio es muy similar: operador mayorista neutral para desplegar en zonas rurales y semirrurales del país con baja cobertura. Esta sociedad comenzó a operar después de todos los permisos en el año 2021. Ha iniciado trabajos en seis estados federados. El primer trimestre UGG (Unsere Grüne Glasfaser) contaba con cerca de 250.000 unidades inmobiliarias ya firmadas. Este no es el único vehículo creado. Ha hecho lo propio en Brasil (Fibrasil) junto a CDPQ y en Colombia de la mano de KKR.

En el caso de Bluevia Fibra para España, una de las claves va a ser el dinero público que el Gobierno de España está poniendo sobre la mesa para estos despliegues rurales, menos rentables y atractivos ante el menor uso por potenciales clientes, tanto corporativos como residenciales. La teleco tiene prevista la utilización de algunas de las convocatorias futuras que se pongan en marcha del programa llamado UNICO. De este, la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones ha puesto sobre la mesa dos convocatorias de ayudas. La primera fue de 250 millones y Telefónica arrasó quedándose con el 80% (el resto fue a parar a Anatel y Adamo). Y la segunda está dotada con la misma cantidad de presupuesto y aún no se ha resuelto.

Esta es la última gran transacción de venta que le queda por ejecutar a Telefónica después de tres frenéticos años que han estado marcados por dos movimientos principales: la venta de las torres a American Tower por 7.700 millones y la fusión de las operaciones de O2 en Reino Unido con Virgin. Ahora está por ver si finalmente se hace con el operador de conectividad fija TalkTalk, con quien se mantienen desde hace varias semanas. Lo que resulta claro es que, al menos por ahora, la potencial venta parcial del conjunto de la fibra española -y no sólo la rural- queda en un cajón.

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