Mercado prioritario

Telefónica lanza la venta de torres de Oi para satisfacer al regulador brasileño

La enajenación de unos 1.300 emplazamiento formaba parte de las restricciones impuestas por el Cade para autorizar la compra de activos por la que la teleco española desembolsó más de 1.000 millones.

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Telefónica lanza la venta de las antiguas centrales de Oi.
L.I.

Telefónica mueve ficha para cumplir con las exigencias del regulador brasileño. La operadora española ha lanzado la venta de más de 1.300 antenas en torres repartidas por todo el país. Era uno de los compromisos a los que accedió el grupo junto con el resto de socios de la transacción (TIM y America Móvil) para cerrarla definitivamente. Ahora cuentan seis meses para que los compradores, principalmente gestores de infraestructuras especializados o fondos de inversión, presenten ofertas para quedarse con ellos. Los precios varían dependiendo de la tecnología, siendo las más caras las que incluyen 4G. Nokia es el proveedor tecnológico de todas ellas.

A principios del mes de febrero, el regulador de la Competencia de Brasil dio luz verde a la compra de los activos móviles de Oi en una votación muy reñida que tuvo que resolverse con el voto de calidad del presidente. La transacción incluía una serie de restricciones para tratar de compensar la fuerte concentración que implicaba estas venta al consorcio de Telefónica y sus socios. Entre otras medidas se encontraban la venta de parte de las frecuencias radioeléctricas del operador, declarado en concurso de acreedores hace varios años, y también la venta de torres de telecomunicaciones. Este último paso es el que ahora arranca.

Telefónica, al igual que TIM, ha puesto sobre la mesa las condiciones de venta.  En concreto, en torno a 1.300 antenas han sido puestas a la venta en una suerte de subasta pública vigilada por el regulador. Esto representa prácticamente la mitad de las 2.700 que la operadora española adquirió con la compra de la parte que le correspondía de los activos. Esa era la exigencia: debían salir al mercado esa cantidad. Hay diferencias sustanciales de precios de salida en base a las tecnologías que acogen esas estaciones base. Las más baratas sólo cuentan con 2G y 3G, ambas en desuso. Estas se cotizan a unos 4.000 reales brasileños (730 euros al cambio) cada una. Las más cotizadas son las que mejores ubicaciones tienen y, sobre todo, que incluyen 4G en la gran mayoría de frecuencias. Estas salen en 83.000 reales (15.000 euros).

El proceso de venta se va a alargar durante los próximos seis meses. Los compradores podrán presentar ofertas durante ese periodo de tiempo, según queda constancia en los documentos oficiales presentados ante el regulador en los últimos días. Los posibles candidatos incluyen no sólo empresas de torres (conocidas en el argot como 'towercos') sino también operadores de telecomunicaciones más pequeños, fondos de inversión especializados en infraestructuras o simples intermediarios que las compren para posteriormente comercializarlas en el mercado secundario.

Incluso vendiendo la totalidad de las torres que ahora salen a esta subasta reclamada por el regulador, Telefónica contará con una planta nueva de emplazamientos que tendrá que optimizar. Una parte de los mismos, en caso de que haya solapamiento, podrían dejarse en desuso. Para el resto, la compañía se plantea una renegociación de los diferentes contratos de 'leasing' con gestoras de torres especializadas en función de los futuros despliegues que se vayan a hacer, especialmente en lo que se refiere a las nuevas redes ultrarrápidas 5G. American Tower, gestor de los activos de Telefónica en todos los mercados, era uno de los proveedores de cabecera de toda la planta de sitios de Oi.

La teleco busca renegociar los contratos de 'leasing' del resto de torres que controlará de Oi para optimizar los costes

Con esta transacción, Telefónica disfrutará en los próximos años de las economías de escala de una mayor concentración. La empresa pagó, entre el precio final y algunos ajustes vinculados a la transacción, algo más de 1.000 millones de euros. Pero con ello han podido incorporar 43 megahercios de espectro radioeléctrico, en torno a 10,5 millones de clientes móviles y esas 2.700 torres. Buena parte de las sinergias no sólo vendrán de esa mayor escala (pasará a tener una cuota de mercado de más del 38% en clientes móviles), sino también de aquella renegociación de los contratos para la infraestructura que se asume. La agencia de calificación Fitch defendió que esta consolidación mejoraría la rentabilidad de las compañías en el mercado.

La integración de esos clientes no va a resultar rápida ni sencilla. De los 12,5 millones que se incorporan, apenas 4,6 millones son de pospago. El resto es de prepago, por lo que la posibilidad de 'movilidad' a otros operadores en este cambio es significativa. En el mes de marzo, generó unos ingresos de 25 millones de euros (135 millones de reales), según apuntó su consejero delegado, Christian Gebara, durante la última presentación de resultados. Poco a poco irán incorporando esos clientes a la red propia. Esto se completará a finales del primer trimestre de 2023. 

El mercado brasileño es uno de los cuatro prioritarios para Telefónica, junto con España, Reino Unido (donde opera en 'joint venture' con Virgin Media) y Alemania. En los tres primeros meses, los ingresos se dispararon un 18%, en parte también impactados positivamente por la apreciación del real brasileño frente al euro. El resultado de explotación (Oibda) creció también a doble dígito aunque el margen se redujo ligeramente. Las sinergias totales en el futuro superarán los 5.400 millones de reales (1.000 millones de euros), de acuerdo a las estimaciones del grupo.

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