La ‘joint venture’ no consolidará

Telefónica lanzará 'su Fusión' en Reino Unido con Virgin para finales de año

La operadora española espera integrar un primer paquete convergente de fijo y móvil mientras trabaja en la primera fase de unión de los sistemas, las redes y las plantillas.

Álvarez-Pallete Telefónica
Álvarez-Pallete, presidente de Telefónica.
Agencia EFE

La maquinaria conjunta de Telefónica y Virgin en Reino Unido ya empieza a activarse. Tras la obtención de todos los parabienes regulatorios en mayo y el cierre formal de la fusión de O2 y la filial de la estadounidense Liberty Global en junio, ambos preparan un primer paquete convergente de fijo y móvil en el país para lanzarlo a finales del año. Se trabaja en este primer producto mientras arranca la primera fase de la fusión de los sistemas, las redes de telecomunicaciones de ambos y las diferentes plantillas. Las marcas, al menos por ahora, se mantendrán intactas.

Uno de los grandes objetivos de esta unión entre ambas compañías era convertirse en un operador con potencia de fuego convergente. O2 ha sido, tradicionalmente, una teleco móvil, sin infraestructura fija para complementar sus productos. Por su parte, Virgin es lo contrario: cuenta con televisión de pago y red fija que complementa con contratos mayoristas para alquilar la red móvil. Ambos suman 47 millones de accesos a través de todos esos productos. La unión permitirá incluir paquetes completos, al estilo de ‘Fusión’, que el próximo año cumplirá una década en España. Y para eso no quieren esperar mucho más.

Los trabajos para unir esos dos productos están avanzados y se espera lanzar en la recta final del año, aunque aún no hay una fecha totalmente decidida. De esta forma, ambos podrán competir de tú a tú con el gigante British Telecom (BT) y otros operadores con un producto más completo y empaquetado. Precisamente S&P aseguraba en un análisis el pasado año, justo después de que se anunciara la fusión de O2 y Virgin, que la escasa convergencia del mercado de Reino Unido era una oportunidad para la consolidación. Sólo el antiguo monopolio puede ofrecer productos cuádruples (fijo, móvil, internet y televisión de pago) con infraestructura propia. Esto va a marcar la diferencia para el grupo hispano-británico y podría despertar otras alianzas en el sector.

Esa integración de productos no va a acabar, al menos a corto plazo, con una reducción de marcas, según explican fuentes de la operadora española. Ambas cuentan con un fuerte presencia en el mercado británico, también a través de patrocinios. Por tanto, Virgin y O2 seguirán operativas al igual que otras filiales del grupo español como GiffGaff, el operador móvil virtual de bajo coste con el que trata de atacar a una población más joven y que en 2020, especialmente marcado por la pandemia del coronavirus, obtuvo unos ingresos de 500 millones de libras (581 millones de euros al cambio actual).

Mientras estos movimientos de las piezas comerciales se perfilan, Virgin aún no comunica formalmente a sus millones clientes sobre la fusión con O2. Ésta última sí lo hace y trata de 'calmarlos' ante potenciales cambios. Insiste en que tanto la atención al cliente, los contratos, como la infraestructura por la que paga para conectar su móvil no va a cambiar. Incluso apunta a que no se atenderá a usuarios de Virgin Media en la red de tiendas físicas de O2. Y advierten sobre los mensajes de texto que algunos de sus clientes han recibido. "Nuestro mensaje de texto (SMS) que anuncia la operación de fusión no incluirá un enlace para iniciarse sesión en su cuenta; si recibe algo sospechoso, consúltenos", asegura.

El trabajo más arduo y complejo es el de la unión de todas las infraestructuras tecnológicas, los equipos y las redes. Y ese no se espera que esté completamente finalizado al menos hasta dentro de muchos trimestres. Hay que tener en cuenta que ese es el origen del grueso de las sinergias millonarias que dan sentido a la operación y que fueron resaltadas por el propio presidente de Telefónica durante la firma. En concreto se verán reflejadas en el año 2026, con un impacto anual de algo más de 600 millones de euros hasta esa fecha, según los números que se compartieron en 2020. Procederán básicamente de reducción de personal y de costes de marketing, la migración del tráfico móvil de Virgin a la red de la española, la combinación de sus redes y el incremento de ingresos con esa 'paquetización' y el lanzamiento de nuevos productos. 

En el lado puramente financiero, Telefónica se mantiene firme en la decisión de no consolidar su participación del 50% de la joint venture en el holding del grupo. Los efectos no se verán, lógicamente, en el segundo trimestre por la falta de tiempo, pero podría hacerlo en el tercero, según explican las mismas fuentes, aunque no hay nada cerrado aún. Esto conllevaría a una foto de una Telefónica más 'pequeña', pues no se consolidarían ni ingresos, ni resultado bruto (Ebitda), pero sí se contabilizarían los dividendos cobrados. La agencia de rating S&P se desmarcaba tras su decisión del pasado mes de noviembre de rebajar un escalón la calificación de la deuda de la operadora: "Nos diferenciamos de su enfoque porque Telefónica sigue considerando al Reino Unido como uno de sus mercados clave", apostilla. Resalta el carácter estratégico de este activo. Es decir, cuenta con el pasivo vinculado a la compañía conjunta.

La estructura lista

Sí está completada la reorganización societaria. El holding se llamará VMED O2 y contará con una presidencia rotatoria que arranca con Mike Fries, consejero delegado de Liberty Global. Virgin ha tomado posiciones. El consejero delegado del grupo conjunto será Lutz Schüler, hasta ahora CEO de la filial estadounidense, mientras que la 'número 2' será Patricia Cobián, hasta ahora directora financiera de O2. En el consejo cada uno contará con cuatro puestos. Telefónica incorpora, como es lógico, al presidente ejecutivo, José María Álvarez-Pallete; el consejero delegado, Ángel Vilá; la responsable financiera, Laura Abasolo, y el CEO de la antigua O2 y hoy consejero del grupo, Peter Erskine.

Arranca así la trayectoria de una alianza que tiene en el horizonte una posible salida a bolsa a medio plazo. Según la versión definitiva del pacto de socios suscrito por ambos, que fue publicado en el registro mercantil británico en junio, las partes podrán arrancar una OPV a partir del cuarto año de andadura, mientras que tras el quinto ejercicio ambas podrán llevar a cabo la colocación de su activo a un nuevo inversor -aunque con el habitual derecho de tanteo en favor de la otra compañía-.

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