Una prórroga de convenio clave

Telefónica marca el paso al Ibex con la 'revolución' de la jornada de cuatro días

El experimento para unos 2.000 empleados empieza en octubre y será el termómetro para extenderlo a toda la plantilla en un movimiento sin precedentes en la gran empresa española.

Emilio Gayo
Emilio Gayo, presidente de Telefónica España.
Agencia EFE | EFE

Cuando los sindicatos mayoritarios de Telefónica plantearon por primera vez la prórroga del convenio colectivo para los más de 18.000 empleados en España había serias dudas sobre cuál iba a ser la posición de la dirección de la compañía. Después de un último año y medio muy duro y con una situación en el mercado de las telecomunicaciones especialmente complicada, con una guerra de precios soterrada que se alarga en el tiempo, querían asegurarse unas condiciones mínimas sobre la base del anterior documento aún en vigor. Finalmente lograron poner sobre la mesa dos medidas de flexibilidad, entre las que destaca una: la semana de cuatro días. Arranca un proyecto piloto con el que alrededor de 2.000 personas contarán con un fin de semana de tres días. Y con el que la teleco, presidida en España por Emilio Gayo, se adelanta al resto del Ibex 35 en un momento en el que el debate sobre la carga de trabajo en las empresas se intensifica tras la pandemia del coronavirus.

Los números son más o menos conocidos. Algo menos del 10% de la plantilla de las tres principales filiales españolas de Telefónica (España, Móviles y Soluciones) podrán acogerse durante tres meses (entre octubre y diciembre) a este proyecto piloto. Es decir, podrán distribuir 32 horas en 4 jornadas de 8 horas, con una bonificación del 20%. Es decir, el recorte salarial será absorbido principalmente por el empleado, pero con ese ‘extra’ descontado por parte de la compañía. “Se logra que la consiguiente reducción de jornada se costee entre empresa y trabajador, un hecho sin precedentes en nuestro país a una escala tan elevada y con tantos perfiles implicados”, aseguraba UGT tras la firma del convenio. Hay algunas voces críticas que ven en el movimiento de la operadora española más un ejercicio de ahorro de costes

La realidad es que el cambio de actitud de la compañía ha sido evidente. En el pasado, tal y como reconocían los propios sindicatos, no fue sencillo, por ejemplo, introducir mejoras en el teletrabajo u otras fórmulas de flexibilidad. Primero fue el acuerdo de desconexión digital, por el que los empleados tienen derecho a no responder a ninguna comunicación una vez finalice su día. Lo firmaron en el año 2019. Ese mismo ejercicio llegó el convenio colectivo, en el que se avanzaba más con una regulación algo más profunda del teletrabajo. Con esta prórroga se consagra éste último (con la posibilidad de desempeñarlo desde la segunda residencia), se implanta este piloto de jornada acortada y además se establece lo que se conoce como ‘smart work’ para unos 5.000 empleados. Éstos pueden decidir desde dónde van a realizar su actividad, en base a las necesidades de clientes o de equipos de colaboradores.

“Hemos conformado un modelo laboral único”, admiten en UGT, haciendo mención también a la consagración de la flexibilidad horaria en la jornada, en donde cada persona puede adaptar su entrada y salida en un margen de hasta dos horas, en función de sus necesidades personales. “Proporciona una plataforma estable desde la que afrontar con garantías el incierto futuro inmediato que aún pende de la evolución de la pandemia y de sus consecuencias a medio y largo plazo sobre la economía”, apuntan desde CCOO.

Con este acuerdo, que tendrá una vigencia hasta el 31 de diciembre de 2023, la operadora ha vuelto a poner en órbita esta reducción del número de horas semanales en la gran empresa. Tal y como reconocían los sindicatos, es la primera vez que se hace un experimento de este calibre y con esta escala en una gran empresa española. El resto del Ibex 35 mira con expectación cuáles son los resultados de este movimiento para tomar buena nota. Hasta ahora, las decisiones se han ido tomando en pequeñas empresas, como la jienense Software del Sol que lo hizo justo a principios del año pasado.

La implantación de un modelo así de manera masiva en una gran multinacional es un reto en sí mismo. Y todos los datos de diferentes estudios elaborados en los últimos tiempos en España y a nivel internacional así lo atestiguan. El pasado mes de abril se conoció un estudio elaborado por Adecco y Cuatrecasas en el que tres de cada cuatro compañías consultadas veía inviable su puesta en marcha. ¿Las razones? Principalmente por no tener margen de productividad y no poder mantener el nivel salarial. En España, el Gobierno y Más País alcanzaron un acuerdo para ensayar este modelo de trabajo a través de un plan piloto dotado con 50 millones de euros con los que se iba a subvencionar a las que lo pusieron en marcha en sus filas. Sin embargo, no se ha llevado a cabo por las dificultades dentro del propio Gobierno para su implantación. Recientemente, el Ministerio de Industria ha pospuesto, como mínimo, hasta el año 2022 su puesta en marcha.

En otros países también se mueven cosas. El último caso es el de Japón, un país especialmente señalado por el exceso de horas en el empleo (‘Karoshi’ es la palabra utilizada para describir la muerte por exceso de trabajo). Su Gobierno incluyó esta opción laboral en la ‘hoja de ruta’ de política económica promulgada hace unas semanas. En ese mismo país, uno de los mayores gigantes tecnológicos, Microsoft, puso en marcha en 2019 un proyecto piloto de varios meses, similar al de Telefónica, pero con una salvedad: no había reducción salarial. Según explicó entonces la multinacional, se aumentó la productividad un 40% y se redujeron costes como el de la electricidad, en más de un 20%.

Más allá de la jornada reducida, Telefónica también ha consagrado el teletrabajo, convirtiéndose también en una de las primeras grandes compañías que lo hace tras la aprobación de la ley en el Senado esta misma semana. El colectivo con actividades ‘teletrabajables’, que suma más de 10.000 profesionales en Telefónica España, podrá utilizar dos días a la semana para este trabajo a distancia. Será totalmente voluntario y reversible. Es un avance muy importante si se analiza la escasa regulación que había en el convenio colectivo que ahora se prorroga. Para medir el cambio, hay que recordar que antes de que estallara la pandemia del coronavirus, la teleco tenía en España apenas 2.400 empleados teletrabajando.

Con todas estas mejoras, y una subida salarial del 1%, Telefónica se asegura la paz social en un momento que, como admiten los propios sindicatos, es muy delicado por la situación económica del país y también del propio sector. Pero además la operadora toma la delantera a otras muchas grandes compañías en un nuevo modelo laboral con una mayor flexibilidad justo cuando poco a poco se empieza a superar la pandemia del coronavirus.

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