Telefónica se fija en el modelo de Caixa para blindar el capital con su Fundación

  • Explora recomprar acciones de autocartera con su brazo de acción social como parte de su estrategia para reforzarse ante inversores activistas.
Álvarez-Pallete durante la junta de accionistas
Álvarez-Pallete durante la junta de accionistas
José González

Telefónica quiere blindar su capital en pleno 'ataque' de fondos activistas a los grandes grupos de telecomunicaciones en el mundo. Y la operadora española tiene sobre la mesa el modelo de La Caixa y su Fundación, liderada por Isidre Fainé. La idea pasaría por comprar acciones de autocartera para convertir al brazo de acción social en uno de los accionistas destacados de la compañía. La propuesta, inspirada por el entorno de la entidad financiera catalana, se enmarca en la estrategia de la operadora de conseguir cuanto antes un 'caballero blanco'.

Durante los últimos meses, la compañía presidida por José María Álvarez-Pallete ha estado desplegando contactos al más alto nivel con fondos internacionales, principalmente estadounidenses, a fin de convencerlos para que aterricen en su accionariado. En verano se intensificaron estas conversaciones, pero sin que hayan aún fructificado en ningún movimiento. Ante la urgencia de la situación, con la acción por debajo de la barrera psicológica de los 7 euros, se ha abierto la puerta a otras acciones con efectos más inmediatos. Y es en ese contexto en el que la entidad catalana ha deslizado una eventual operación vía la Fundación.

De hecho, en los últimos años, Caixabank ha construido una estrategia basada en que su Fundación sea uno de los accionistas más relevantes -hoy ostenta el 40% del total-. Uno de sus impulsores es Isidre Fainé, quien fuera presidente de la entidad catalana y hoy máximo representante de la Fundación La Caixa. El también vicepresidente del consejo de administración de Telefónica, donde ha ganado enteros como uno de los grandes aliados de Álvarez-Pallete tras su apoyo en la crisis bursátil y la compra millonaria de acciones desde finales de agosto, ha planteado como una alternativa la conveniencia de que la operadora imite el mismo modelo del grupo financiero.

De esta forma, según confirman fuentes conocedoras a La Información, se va a poner sobre la mesa de la Fundación Telefónica, presidida por el expresidente de la operadora, César Alierta, que recompre títulos de autocartera para convertirse en uno de los socios destacados junto a la propia Caixabank (5%), BBVA (6,9%) o el megafondo Blackrock (5%). De esta forma se consolidaría un núcleo estable suficientemente potente para repelar cualquier ataque exterior de grupos potencialmente hostiles.

Telefónica cuenta en la actualidad con una autocartera de 1,26% de la empresa -valorada en algo más de 443 millones de euros-, según la última notificación oficial a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). En los últimos años, esa cifra se ha ido reduciendo desde el techo de 3,7% de mediados del año 2015. La legislación española establece que el límite máximo de autocartera para las cotizadas es del 10% del total de los títulos del capital emitido. Hay aún mucho margen.

Esta es, por tanto, una opción más -ni mucho menos excluyente- que Álvarez-Pallete tendrá en su portfolio para decidir mientras sigue reuniéndose con varios fondos internacionales y da luz verde a la reestructuración de todo su negocio en España después del plan de bajas 'exprés' con el que saldrán de la empresa este año algo más de 2.600 empleados. La medida, adelantada por La Información, tiene por objetivo preparar la organización en el que es su principal mercado para los próximos años.

Los fondos activistas, al acecho

Mientras todos estos movimientos se sustancian, los fondos activistas siguen afilando sus cuchillos en el sector de las telecomunicaciones, especialmente castigado en bolsa. La última ha sido la estadounidense AT&T, que ha sufrido la irrupción del temido fondo Elliot Management. En septiembre aterrizó con la compra de una participación relevante que, tras una negociación 'in extremis' con el equipo directivo, ha desembocado en un agresivo plan de venta de activos por valor de hasta 10.000 millones de dólares.

Pero la estadounidense no ha sido la única. British Telecom recibió la visita de Greenligth Capital. Vodafone recibió la amenaza, sin que fructificara, de Elliott. La nórdica Telenor tuvo que lidiar con Constructive Capital. La griega OTE se enfrenta a Amber Capital... Telecom Italia ha visto cómo Elliott se hacía con el control de su consejo en una durísima batalla por el poder del antiguo monopolio transalpino.

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