La pelea por el 'deporte rey'

Telefónica y Orange se tientan la ropa frente a Amazon en el fútbol televisado

LaLiga firma por primera vez con el gigante del comercio electrónico. Introducirlo en el mercado español abriría la puerta al menos a sostener el precio de los derechos en la próxima subasta.

Javier Tebas
Javier Tebas, presidente de LaLiga.
EFE

Unas operadoras de telecomunicaciones exhaustas tras años de fuerte inversión, con Vodafone fuera de la ecuación. Un actor como Mediapro, en medio de una tormenta económica, más centrado en la producción que en la compra-venta de derechos. Y una patronal de los clubes, LaLiga, que necesita a toda costa introducir más competencia en la nueva subasta para los próximos años que debería pergeñarse en unos meses y cuyo pliego de condiciones se encuentra ahora mismo en elaboración. Ese es el terreno de juego en España, en el que la alargada sombra de Amazon vuelve a sobrevolar. El acuerdo comunicado esta semana por el que la compañía aún dirigida por Jeff Bezos pagará por tener el canal del campeonato español, que incluye todos los partidos de Primera División, ha puesto en guardia a los que han pasado por caja en los últimos años.

Agosto de 2018. Los grandes paquetes de derechos de retransmisión del fútbol en España se habían repartido entre Telefónica, el gran comprador con 2.900 millones para tres años, y Mediapro. Amazon no presentó puja, pese a que desde LaLiga se empeñaban en abrirle una y otra vez la puerta. Ese mes veraniego se anunció un acuerdo por el que Facebook podría emitir todos los partidos de LaLiga en su plataforma gratuitamente en ocho países asiáticos durante tres años por unos 90 millones. Era una manera de dar a conocer el campeonato y un termómetro con el que medir potenciales alianzas futuras. Cuatro años después, se ha firmado un acuerdo con el gigante del comercio electrónico para emitir todos los encuentros de Primera División a través de su canal propio, incrustado en la plataforma de canales de pago de la multinacional. El precio no ha trascendido, pero por los acuerdos pasados hace pensar que no será una cantidad especialmente alta.

Pero más allá de la factura, que es testimonial para sus cuentas (y también para las de LaLiga, que ingresó 1.800 millones por derechos en el ejercicio fiscal 2019-2020), es un nuevo paso más en los cambios en este mercado. De hecho, la patronal española ya sacudió el mercado británico en 2018 cuando cerró la puerta de Sky, el mayor operador de televisión de pago del país y un grupo destacado de telecomunicaciones, para entregar los derechos a la plataforma de streaming deportivo Eleven Sports -fundado por el magnate y dueño del Leeds United, Andrea Radrizzani- y, posteriormente, a la firma de TV Primer Sports. Sky había pagado unos 18 millones de libras por temporada en los últimos cuatro ejercicios hasta ese momento. En aquel 2018 ofreció “cinco veces” menos, según publicaron varios medios británicos.

En España, ese año 2018 todos los ojos estaban puestos precisamente en el equipo de Amazon Prime. No se esperaba que se quedara con los paquetes más caros -El Partidazo o los de Primera División- pero sí algunos menores para tratar de entrar en el mercado. Finalmente, dio la espantada y no pujó. Telefónica volvió a pasar por caja: 2.940 millones de euros, aunque con una cantidad ligeramente a la baja. ¿La razón? Desapareció el intermediario, Mediapro, que en 2015 compró los derechos para posteriormente revenderlos. El grupo audiovisual de Jaume Roures se hizo con la producción para la teleco española para los seis años siguientes y además se aseguró la extensión del acuerdo por el que se convertía en agente exclusivo para distribuir los derechos del campeonato más allá de las fronteras españolas.

¿Cómo llegan los competidores?

Las telecos llegan a esta nueva subasta después de años de un esfuerzo titánico para hacerse con estos activos con los que complementan su oferta de televisión de pago para los paquetes más premium en un momento en el que sufren una ‘fuga’ de clientes hacia el low cost. Vodafone decidió hace tres años no pasar por caja, al entender que los precios y las condiciones del mercado mayorista -Telefónica tiene la exclusiva- hacían imposible una rentabilidad mínima. Y Orange sí que pagó en esa oferta regulada más de 300 millones por temporada. Pero se encuentra en un punto complicado, con un giro claro hacia productos de bajo coste, y una reducción de ingresos.

Esa mayor batalla comercial también afecta a Telefónica que, por cierto, está obligado a comprar los derechos en la próxima subasta si no quiere quedarse sólo con la Champions League -el fútbol tiene sentido comercial si se tienen todas las competiciones, aseguran diversas fuentes del mercado-, cuya retransmisión se la ha asegurado hasta 2024 tras un pago de 975 millones de euros. Pero el esfuerzo financiero para hacerse con LaLiga es muy alto. Los analistas de New Street Research estimaban hace unos meses que la operadora dirigida en España por Emilio Gayo cuenta con unos 1,5 millones de clientes con el ‘deporte rey’ en sus paquetes de Fusión. La firma entiende que de la factura mensual de estos usuarios, 25 euros corresponden a estos contenidos premium. Esto llevaría a unas pérdidas brutas de más de 600 millones sólo para este ejercicio, incluso contando con los ingresos mayoristas procedentes de la reventa a otros operadores como Orange. Ese es el cálculo frío, pero ahí no se incluye lo que otros analistas señalan como intangibles: un ’churn’ (tasa de abandono) significativamente más bajo para este tipo de clientes y un ingreso medio total mucho más alto.

Al margen de las telecos se encuentra Mediapro, que fue el otro gran comprador de la anterior subasta, al hacerse con los derechos de retransmisión en los bares y restaurantes. La situación del grupo audiovisual es bastante compleja en lo económico. Y también está inmerso en enfrentamientos millonarios en las guerras desatadas tanto en las ligas italiana y francesa. En este último caso, el del campeonato galo, aceptó devolver esos derechos televisivos a la patronal del país después de una tensa negociación iniciada tras el impago de la española de 325 millones de euros alegando que las condiciones no podían ser las mismas que antes de la pandemia del coronavirus.

Es en ese contexto en el que sobrevuela Amazon. En noviembre lanzó en España Amazon Prime Channel, la plataforma de vídeo en la que va agregando diversos canales de pago por los que cobra una cantidad fija mensual y que sirve de base para el acuerdo con LaLiga en Reino Unido. No ha confirmado que vaya a presentarse como candidato, pero en caso de que esto suceda podría romper el mercado con una oferta más alta, que impida un ajuste de precio exigido por las operadoras. En todo caso, sería una amenaza para éstas, cuyos ingresos vinculados al fútbol se antojan importantes -especialmente para Telefónica- en un momento de dura competencia en el sector.

Para LaLiga, cualquiera de los gigantes tecnológicos -también Netflix- se ha convertido en el as en la manga después de una dura travesía en el desierto por la pandemia del coronavirus, que ha vaciado los estadios de fútbol de público y las arcas de los clubes de dinero y que le ha obligado, por lo pronto, a devolver casi 100 millones de euros a los diferentes operadores en forma de compensaciones. En el cuartel general de la organización dirigida por Tebas ya están preparando los pliegos para la nueva subasta. Y lo harán con un arma, la eliminación del límite de tres años de duración de los contratos pactado con el Gobierno en el inicio de la pandemia -adelantada por La Información-, que siempre se ha visto como un guiño para gigantes que busquen periodos más largos de explotación de derechos.

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