Telefónica tantea a sus proveedores para cubrir las más de 3.000 salidas exprés

  • La operadora confirma que, pese a la dura transición, ésta se llevará con recursos propios y no se necesitarán nuevas contrataciones fijas.
El presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, durante una conferencia en la Fundación Telefónica.
El presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, durante una conferencia en la Fundación Telefónica.
Oscar Cañas - Europa Press - Archivo

Telefónica quiere rematar lo más rápido posible el frente laboral en España. Así mantiene su intención de cerrar el grueso de las salidas del plan de bajas incentivadas (PSI) durante el próximo mes de octubre. La compañía lleva varias semanas trabajando con todos sus equipos y con sus proveedores de red para reducir el impacto en la división de operaciones de esta reducción de personal de golpe.

Este plan de bajas, que se aprobará definitivamente en los próximos días, abrirá la puerta a más de 3.000 empleados de más de 53 años (y más de 15 en la plantilla de Telefónica España) que podrán salir con el 68% del salario y todas las cotizaciones sociales hasta la edad de jubilación. El objetivo es lograr un ahorro a largo plazo que supondría hasta 200 millones de euros anuales (hasta el 40% del salario de cada uno de los empleados), después de un fuerte esfuerzo inicial, al provisionar una parte significativo de los más de 1.600 millones de euros de coste total.

La compañía quiere concentrar prácticamente todas las salidas en el mes de octubre. Y en este sentido, los sindicatos han alertado a la dirección del riesgo de vaciado rápido de empleados de algunas divisiones, como la que se conoce como Operaciones (sobre todo, los trabajos vinculados a la red móvil y fija), y los efectos de una transición tan abrupta. Además apuntan a provincias pequeñas, que podrían sufrir recortes muy significativos en personal. Sobre este aspecto hay que tener en cuenta que después de la presión de los sindicatos, no habrá movilidad geográfica obligatoria para tratar de paliar estas diferencias.

Desde la compañía se han limitado a calmar a los sindicatos en las dos últimas reuniones reiterando que están preparados más que de sobra para abordar estos cambios. Desde hace semanas, según confirman diferentes fuentes, trabajan en un plan de reorganización para absorber el impacto de esta salida exprés en los trabajos vinculados a la red, especialmente, los de mantenimiento.

En este sentido, han contactado con los proveedores de red, que trabajan mano a mano con los empleados de esta división, para llevar a cabo esta transición. Entre los encargados de modernizar hasta este año la red móvil de la compañía están Ericsson y Nokia, junto con otras compañías vinculadas al mantenimiento de las torres y toda la infraestructura de telecomunicaciones.

Desde la compañía, fuentes oficiales confirman que no habrá ningún tipo de contratación extra y esta transición tras la salida de los más de 3.000 empleados se hará "con los recursos que tenemos". En las próximas semanas se trabajará intensamente, según las mismas fuentes, en la reorganización y del trabajo y en preservar el servicio. Insisten en que Operaciones se verá más afectada porque hoy cuenta, en proporción, con más recursos que el resto (más de 10.000 personas).

Junto con un potencial vaciado de unidades vinculadas al área de Operaciones de Telefónica España, desde los sindicatos también han advertido sobre la cantidad de días libres, vacaciones y otras jornadas por pagar que quedarán pendientes para los empleados que se vayan en octubre. Desde la empresa le han reiterado que se intentará que lo disfruten antes de su salida y, en caso contrario, están preparados para abonarlos.

Afección de más de 3.000 empleados

El plan de bajas tiene una afección potencial de unos 5.000 empleados de los 25.000 que hoy tienen las tres grandes filiales con las que opera en España. La compañía esperaba que se sumarán unos 3.000. Sin embargo, desde los sindicatos insisten en que podría ser más de lo previsto ante las condiciones pactadas en las últimas reuniones (68% del salario para los mayores de 53 años y las cotizaciones a la Seguridad Social) y la situación general de la compañía.

Desde CCOO señalan dos factores clave que van a marcar este incremento del personal que se adherirá al plan. Por un lado, el duro castigo que los mercados han dado a las cotizaciones de las telecos y, en particular, a Telefónica y que siempre genera intranquilidad en el seno de la compañía. Por el otro, el convencimiento de los empleados más veteranos de la operadora de que con este plan vivirán hasta su jubilación “con más garantías del que se queda”.

Sea como sea, este es el cierre de un acuerdo histórico. No tanto por el contenido, pues se trata de un nuevo plan de bajas -que se suma al de 2015- y un convenio colectivo más, sino por la velocidad en la que se ha logrado un acuerdo. Dirección y sindicatos apenas han necesitado un puñado de reuniones y menos de dos meses de negociación efectiva para alcanzar un pacto que, si no hay cambios de última hora, se suscribirá formalmente la próxima semana.

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