Telefónica carga contra Slim por la falta de competencia en el mercado mexicano

  • La española entiende que las medidas tomadas por el regulador no han surtido efecto, especialmente en el móvil, donde tiene el 60% de los ingresos.
Fotografía Carlos Slim
Fotografía Carlos Slim
José González

Telefónica pasa al ataque en México. La operadora española presiona al Gobierno y el regulador para limitar el dominio de Carlos Slim y su América Móvil. Cinco años después de las medidas impuestas para recortar su poder, tanto en el mercado móvil como en el del teléfono fijo e internet, el rival de la española mantiene cuotas del 60%. Esta nueva presión llega cuando su salida del país sigue en el aire, tras congelar la venta de la filial hace varios meses.

Fue en 2014 cuando el Ejecutivo mexicano aprobó el régimen de preponderancia para América Móvil -que compró en 1990 el monopolio Teléfonos de México en el proceso de privatización- y con ello una serie de medidas para tratar de reducir su poder en el sector y permitir el crecimiento de otras compañías competidoras, entre las que se encontraba Telefónica. Cinco años después, la española entiende que, con las cifras sobre la mesa, no ha habido avances. Y se lo ha hecho saber esta semana al regulador y al Gobierno en la nueva ronda de consultas sobre la efectividad de las medidas.

Las cifras de la concentración

"México es uno de los mercados más concentrados del mundo", explica Telefónica en su respuesta pública entregada al regulador, a la que ha tenido acceso La Información. Su vicepresidente de Regulación y Relaciones Institucionales, Miguel Calderón apostilló: “Es necesaria una intervención regulatoria efectiva para eliminar las principales barreras a la competencia". El directivo insistió en que el único que gana dinero en el mercado es América Móvil, debido a su posición de dominio y su escala. "En Telefónica estamos en tablas, perderemos dinero en algún trimestre, ganaremos en otros...", apuntó.

La cuota de mercado del conglomerado de Carlos Slim en el segmento móvil era del entorno del 60% (tanto en usuarios, como en ingresos), según las cifras del regulador y de la organización civil Instituto de Derecho de las Telecomunicaciones. Telefónica, a cierre del año 2018, contaba con el 22%, según sus propias cifras. Y en cuanto al negocio, el último ejercicio lo cerró con una caída del 12% en ingresos (1.175 millones de euros) y del 50% del resultado operativo (150 millones).

Exige mucho más control

En este contexto, desde Telefónica entienden que no ha habido una aplicación efectiva de las medidas impuestas al gigante mexicano y la falta de otras más adecuadas a las diferentes barreras a la competencia. Entre las que plantean destaca una limitación clara en varios aspectos. En la venta minorista, claman por una replicabilidad de ofertas en el mercado efectiva -que cada una de las propuestas pueda ser planteada por sus competidores sin grandes pérdidas- en un entorno de "fuertes" subvenciones de móviles y "promociones agresivas" y una limitación del poder en el canal comercial de América Móvil, con una inspección sobre las condiciones y comisiones planteadas a los vendedores independientes "que excluyen de facto la entrada de otros operadores". Y al regulador le exige más medios para esa vigilancia y un régimen sancionador más disuasorio.

Entre las limitaciones que hoy están vigentes y que sí defienden desde Telefónica está la de la televisión de pago. Slim no puede lanzar su oferta audiovisual en el país. Telefónica y AT&T se niegan en rotundo a que le abran la puerta. "Al resto le ha permitido ganar mercado y ser más competitivos reduciendo la concentración", explicaba Calderón (Telefónica). Por su parte, el magnate mexicano defiende que se haría "en condiciones no discriminatorias con respecto a otros operadores".

La competencia en el sector no es el único caballo de batalla de la teleco española. El otro es el coste de la adquisición de las frecuencias radioeléctricas, es decir, la infraestructura clave para ofrecer el servicio de telecomunicaciones. En este sentido, la compañía alertó en abril de que el precio por el espectro es cuatro veces más alto que la media de los 17 países en los que opera (15% de los ingresos totales frente al 4%).

La venta, en el aire

Mientras todo esto sucede, la venta de México sigue en suspenso. Este contexto, en el que Telefónica debe competir en una fuerte guerra de precios con los otros dos gigantes, es el telón de fondo. Pero Álvarez-Pallete no quiere prisas. A principios de año, en la presentación de resultados anuales, el máximo directivo insistió en que tienen sobre la mesa un plan estratégico para tratar de mejorar el rendimiento. "Si en ese camino se plantea una oportunidad, lo contemplaremos", apuntó. Los fondos Advent y Cerberus estuvieron, entre otros, en la carrera por adquirir esos activos.

Concluida esta consulta pública sobre las medidas de control de América Móvil, quedan semanas hasta que haya una resolución. Mientras eso sucede, la competencia sigue muy dura para la operadora española.

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