Telefónica presiona a Vodafone y Orange con la primera subida de tarifas de 2019

  • Elevan los precios de varios paquetes de Fusión y de productos de internet y sólo móvil. Sus competidores siguen sin mover ficha.
Coimbra quiere demostrar que se puede vivir sin fútbol en Vodafone
Coimbra quiere demostrar que se puede vivir sin fútbol en Vodafone
EFE

El año 2018 recién concluido fue el de la guerra de precios. Telefónica, Vodafone y Orange se enzarzaron en una batalla por los descuentos, especialmente durante el verano y desatada por el fútbol. Ahora, 2019 arranca con varias subidas en sus paquetes de Fusión y en productos de internet y sólo móvil de la operadora presidida por José María Álvarez-Pallete, que ponen el balón en el tejado de sus competidores. Ninguno de los dos ha movido ficha aún.

Primero fue el pasado mes de noviembre. Telefónica anunció un incremento de los precios de las tarifas de sólo fibra y a las llamadas de móviles del paquete más barato de Fusión (Cero). En el caso de las primeras, se incrementan entre 3 y 5 euros al mes dependiendo de la velocidad de la conexión. Se suman a los que se llevó a cabo tanto en enero como en julio.

Respecto a las llamadas, Telefónica cobrará 40 céntimos de establecimiento de llamada para los clientes de los paquetes más básicos (para la primera línea, cuando superen los 200 minutos, y para la segunda desde el primer minuto). Es una subida de más de un 30% respecto al precio anterior.

A estos movimientos se unió uno que la operadora ha llevado a cabo en dos fases. Primero reconfiguró sus paquetes de Fusión reduciendo de 10 a 6 todos sus paquetes y elevando precios respecto a los actuales, incluyendo paquetes de Liga y Champions League. Suponen subidas de 5 euros al mes para los de más valor. ¿Qué hizo después? Subir los precios de los paquetes 'antiguos' con el objetivo de incentivar que el cliente se cambie a los nuevos.

El objetivo es compensar parte de los efectos de esa guerra de precios con la que Telefónica, al igual que Orange, llegó a ofrecer descuentos del 50% durante el primer año en los paquetes con televisión para tratar de captar los clientes de Vodafone que buscaban toda la oferta de fútbol. Durante el tercer trimestre del año, pese a contar con el mejor resultado comercial de la última década, sus ingresos se mantuvieron estancados y sólo crecieron un 0,1%.

Orange y Vodafone, sin movimientos

Esta decisión pone la pelota en el tejado de Orange y Vodafone, que se han quejado amargamente de esa batalla de precios que han afectado a sus cifras económicas. Todo apunta a que habrá movimientos, al igual que sucediera en 2018 durante las primeras semanas del año.

En el caso de la operadora británica anunció un incremento de entre 1 y 2 euros a clientes de móvil y de sólo fibra y entre 4 y 5 para los de los paquetes, que se ejecutó en abril y que iba acompañada de más datos y más servicios. Un mes después, en mayo, añadieron más servicios sin coste 'extra'.

¿Y Orange? No esperó y en Navidad anunció más subidas que se ejecutaron en febrero para sus paquetes convergentes Love, que se elevaron entre 2 y 5 euros a cambio de más datos en el móvil. Dos meses después también revisó al alza las tarifas de sólo móvil, reclamando hasta 3 euros más al mes por incrementar en hasta 5 gigas para navegar.

Competencia advierte de las subidas

Sea como sea, el regulador ha advertido en varias ocasiones sobre las repetidas subidas de precio. El presidente de la CNMC, José María Marín Quemada, lo ha hecho en alguna ocasión. La última fue en la presentación del informe sobre las dos décadas de privatización en el sector de las telecos, donde sacó pecho por las cifras récord de portabilidades móviles: "El consumidor tiene cada vez más claro lo que quiere, si no lo obtiene en calidad de servicio, se acaba cambiando" 

Marín Quemada puso sobre la mesa las cifras del Panel de Hogares del primer semestre del año 2018 elaborado por el organismo: casi la mitad de las familias españolas con banda ancha fija afirma que su compañía de telecomunicaciones le aplicó una subida. Entre los que conocen las mejoras asociadas a ese incremento, ocho de cada diez hubiera preferido mantener su precio y no beneficiarse de ellas.

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