Telefónica se queda en México pero pacta operar con la red de su competidor AT&T

  • Busca ahorrar 230 millones al año con este acuerdo con la americana. El objetivo: ganar competitividad en un mercado con una fuerte batalla comercial.
Telefónica afronta la recta final del convenio
Telefónica afronta la recta final del convenio
EFE

Telefónica decide quedarse en México. Al menos, por ahora. La operadora alcanza un acuerdo mayorista con su competidor estadounidense AT&T con el objetivo de pagar por parte de su red móvil para así reducir sus costes de operaciones y mejorar la competitividad en plena batalla comercial contra América Móvil, del magnate Carlos Slim. Este pacto, que tiene una duración mínima de ocho años, supondrá un impacto positivo en caja de 230 millones de euros a partir del tercer ejercicio.

La operadora presidida por José María Álvarez-Pallete lleva varios años sufriendo una dura pelea contra la propia AT&T y con el propio Slim. Una pelea que había llevado a plantearse su salida de este mercado en la estrategia de optimizar sus costes a nivel global. Sin embargo, se mantendrá operando pero optimizando la inversión. El acuerdo presentado hoy servirá para ello.

El pacto implica que AT&T ofrecerá su red de última milla inalámbrica a la filial mexicana de Telefónica, que sólo mantendrá su infraestructura  y plataformas para el transporte de la red. Es decir, la estadounidense asumirá ese coste y la operadora española podrá prescindir de todo el espectro radioeléctrico, especialmente cuantioso en lo económico en este mercado latinoamericano.

Este nuevo modelo de operaciones generará unas eficiencias operativas y financieras, según ha confirmado la compañía en un hecho relevante en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), con un impacto positivo en el flujo de caja de unos 230 millones de euros. Pero estos no llegarán hasta el tercer ejercicio completo, pues en los dos primeros deberá desprenderse de todo el espectro y costes que implicaba asumir toda la última milla de comunicaciones internamente.

"El nuevo modelo de operación de México permite asimismo una utilización más eficiente y sostenible de los recursos, aumentando por tanto el retorno sobre el capital empleado", apunta la compañía, que insiste en que generará un recorte de la deuda neta adicional de unos 500 millones de euros.

Desde hacía tiempo, Telefónica había puesto el grito en el cielo en el mercado mexicano por el alto coste del espectro radioeléctrico para operar allí. Uno de los grandes directivos advertía a principios de este año que el precio que pagaba al Estado por explotar estos activos representaba el 15% de sus ingresos anuales y supone cuatro veces más que en otros países.

Este acuerdo comercial, con el que Telefónica decide abandonar su red propia para abrazarse a la de su rival estadounidense, llega después de varios intentos por vender la filial en el país. En su estrategia de optimización de los recursos, la compañía llegó a negociar con varios fondos de inversión esta venta que, finalmente, no llegó a firmarse. En esta carrera por quedarse con estos activos llegaron a mover ficha dos fondos: Cerberus y Advent.

Esta división generó unos ingresos de 912 millones de euros durante los nueve primeros meses del año, lo que supone un incremento del 5,2% respecto al año anterior. De su división Hispam Norte fue la que mejor comportamiento logró en este periodo.

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