Tras el 'no' de Millicom

Telefónica ultima flecos de la venta de Costa Rica a la espera de socio en Latam

La teleco apura el cierre de la operación con Liberty Latin America mientras se retrasa la búsqueda de un inversor para otras filiales de la región.

Álvarez Pallete Telefónica nuevo logotipo
Álvarez Pallete, presidente de Telefónica.
Europa Press

Es una de las pocas operaciones que tiene encarriladas en territorio latinoamericano. Y ahora cruza los dedos para que se pueda cerrar en las próximas semanas y reciba los más de 425 millones de euros de contraprestación. Telefónica trabaja en los últimos flecos de la venta del negocio de Costa Rica a Liberty Latin America después del reciente beneplácito recibido por el organismo de la competencia del país. Pese a este avance, sigue sin encontrar un comprador para otras filiales, incluida El Salvador, donde decidió de mutuo acuerdo frenar el acuerdo de compraventa con Carlos Slim por las obligaciones regulatorias exigidas.

La Superintendencia de Telecomunicaciones (Sutel), como autoridad de competencia en el sector, le dio la luz verde a la venta después de asegurar que el análisis técnico "determinó que la concentración no genera efectos negativos o afecta la sana competencia". "El operador deberá mantener a los usuarios las mismas condiciones de calidad y precio pactadas en los contratos vigentes", advertía. Ese era el primer paso regulatorio necesario, para después ir hasta el Gobierno del país que ha de autorizar el traspaso de los activos conformados por radiofrecuencias adquiridas por Telefónica en las diferentes subastas de los últimos años. Según explican desde la operadora, esperan que este cierre definitivo se produzca "en semanas".

Los antecedentes no invitan al optimismo y, por tanto, en los equipos de la operadora se conjuran para cerrarlo lo más rápido posible y estampar las firmas definitivas en los contratos. En marzo de 2020, Millicom International, multinacional con sede en Luxemburgo y con operaciones en el sector de las telecomunicaciones en la región latinoamericana, se negó a cerrar definitivamente la compra de esta filial costarricense cuando todas las autorizaciones regulatorias y las condiciones restantes estaban completadas, alegando como justificación formal que la autoridad administartiva no había emitido su 'luz verde' (aunque su consejero delegado admitió ante analistas que la decisión de no cerrar este acuerdo iba a beneficiar económicamente al grupo).

Eso llevó a una demanda en los tribunales por parte de Telefónica (y a buscar una alternativa precisamente en Liberty Latin America) que hoy sigue en pie. En agosto del año pasado, la española presentó una modificación de su demanda presentada ante la Corte Suprema de Nueva York, eliminando el requisito de cumplir con lo establecido en el contrato de compraventa y solicitando únicamente la indemnización de todos los daños y perjuicios que el "incumplimiento injustificado" de éste pudiera ocasionar a Telefónica. "Los derechos de Telefónica y los daños y perjuicios no han sido especificados; creemos que la denuncia carece de fundamento", defendían en su informe anual desde Millicom.

No es una de las operaciones más cuantiosas si se comparan con otras que se han ido cerrando en las últimas semanas. Pero esta venta del negocio costarricense permitirá reducir la deuda neta del grupo en 425 millones de euros. Esta transacción se sumaría a los más de 8.500 millones de euros de deuda que recortará con la fusión de O2 con Virgin Media en Reino Unido y con la venta de las torres de telecomunicaciones de Telxius en Latinoamérica, Alemania y España a American Tower Corporation. De esta manera, el pasivo neto del grupo presidido por José María Álvarez-Pallete se situaría por debajo de los 26.000 millones.

Un problema de precio

Dentro de estas operaciones no están aún la venta de Colombia o de Perú, que estuvieron en las quinielas y por cuyos activos presentaron su interés algunos operadores como la propia Liberty Latin America. La venta, más allá de las alianzas para construir (y repartir el coste) las redes de fibra, ha encallado por un problema de precio. A finales de 2019 activaron la búsqueda de socios para vender todo el holding latino. Luego se abrieron a venderlo troceado, ante la falta de interés por adquirirlo completo. Sin embargo, el impacto del coronavirus en la economía local y en la valoración de estos negocios ha complicado el cierre de un pacto.

La propia responsable financiera de la operadora, Laura Abasolo, confirmó ante los analistas en la presentación de los resultados del primer trimestre de 2021 que el valor que otorga el consenso de analistas a toda Latinoamérica es de 7.7000 millones de dólares. Esto se encuentra muy por debajo de las cifras que se habían manejado antes del coronavirus, a finales de 2019. En concreto, las diferentes firmas, entre las que se encuentran Barclays o Fidentiis, otorgaban una valoración de entre 10.000 y 11.000 millones de euros.

Pese a la falta de avances en estas transacciones, Latinoamérica sigue siendo un quebradero de cabeza en el negocio tradicional, sobre todo por las divisas. En el año 2020, cuando se intentaron esos acuerdos de venta, los ingresos en la región se recortaron un 18% y el resultado bruto de explotación (Ebitda) se desplomó un 51%. En los primeros tres meses de este 2021, el volumen de ventas redujo su caída hasta el 12% y la rentabilidad también (un 22% menos). Ante esta circunstancia, desde la operadora insisten en que se han ido tomando medidas para reducir hasta un 20% el capital empleado en la zona con los acuerdos de infraestructura o el pacto de 'roaming' con AT&T en México.

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