En 1999, Telefónica compró su primer avión, un Gulfstream GIV de segunda mano, al sultán de Brunei, el mismo que este verano hizo una demostración de poder con cuatro equipos compitiendo en la 48 edición del Torneo de Polo de Sotogrande. La operación se cerró entonces bajo la dirección de Juan Villalonga. Desde entonces, la compañía ha encontrado más desventajas que ventajas en ser la compañía cotizada con cinco aeronaves ejecutivas, la de mayor número del mercado. Ni Inditex (3) ni Mercadona (3) se acercan a esa cifra.
Tal vez por eso, José María Álvarez-Pallete ha decidido quedarse solo con una. Aunque sea a precio rebajado. Por su G550 pedían 22,9 millones el pasado invierno cuando salió a la venta y la cantidad final no va a superar los 19 millones. De este modo, se queda en nómina solo con su nave mayor, un flamante Gulfstream G650.
En paralelo, la firma ha puesto en marcha un plan de bajas incentivadas para los hasta 5.000 empleados que tienen más de 53 años de edad y 15 de trayectoria en la compañía. La subida salarial acordada para los próximos años es del 1,5%.
El empresa gestiona tradicionalmente su flota de aviones 'executive' a través de la sociedad Lotca Servicios Integrales SL, controlada al 100% por Telefónica. En 2012 inició un plan para tratar de reducir esa cantidad a la mitad y, por tanto, recortar los costes que le supone anualmente el mantenimiento -a cargo de Gestair- y el esfuerzo financiero para tenerlos en el activo con deterioros continuos.
El G550 que está a punto de cambiar de manos con un inversor extranjero está actualmente en Suiza, donde se está cerrando la venta. La venta que ahora se culmina se enmarca dentro de la política de reducción de costes de la compañía. Telefónica prefiere arrendar sus vuelos a terceros, evitar los altos deterioros que sufre anualmente un jet de lujo y optar por desgravarse la partida. Para hacernos una idea de los precios, fuentes del sector apuntan un viaje de ida y vuelta a un destino de largo alcance, en Asia o Estados Unidos, cuesta entre 300.000 y 250.000 euros.
La web Global Jet, uno de los sites donde se comercializa el aparato y donde actualmente aparece como 'sale pending', da todo tipo de detalles sobre la aeronave ejecutiva. Tiene capacidad para 18 personas, 29,4 metros de longitud y motor Rolls-Royce, que le permite alcanzar una velocidad en vuelo de 909 kilómetros hora y un techo de vuelo de 15.50o metros. Otra de sus características 'premium' es que tiene la capacidad de volar 12.500 kilómetros y 12 horas sin necesidad de efectuar una escala. Cuenta con 3.660 horas de vuelo
Como adelantó en exclusiva Lainformacion.com, la ‘teleco’ vendió por 17 millones dos modelos en 2017. Se trataba de un G550 que fue a parar a una entidad austriaca por 15,5 millones de dólares (13 millones de euros al cambio de esa fecha). El comprador era la firma Ecitation GMBH. El segundo era más pequeño, un Gulfstream G200, que hoy ya no se comercializa y que tenía una capacidad de 8 pasajeros y un alcance sin escalas de 6.300 kilómetros. El jet acabó en manos del actor y director Antonio Banderas, por 4,3 millones de euros. O más bien de la sociedad que gestiona su hermano, Alce 2005 SL.
Telefónica ha tenido muchos sinsabores con sus aeronaves. En 2007 fue obligada por el Tribunal Supremo a pagar más de 3 millones de euros a Hacienda después de una inspección que tuvo lugar hace ahora una década por la compra de uno de los aviones, según confirma en la memoria de su sociedad Lotca Servicios Integrales SL de 2017. Desde hace unos años, Hacienda es un visitante habitual de los 8.500 metros del hangar 'executive' del aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, donde están las cerca de 200 aeronaves prime que mantiene y arrienda en su mayoría la empresa Gestair.
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