Pacto histórico desde 2017

Telefónica y Vodafone renuevan su 'matrimonio' por la fibra hasta 2024

La filial del grupo británico logra una cobertura total de la red de la española y mejores condiciones a cambio de una ampliación del plazo y más compromisos fijos de pago.

Vodafone
Vodafone amplía el acuerdo con Telefónica para alquilar su fibra.

Cuatro años y medio más de 'matrimonio de conveniencia' entre Telefónica y Vodafone. Ambas operadoras han ampliado hasta finales del ejercicio 2024 su contrato por el que la filial del grupo británico puede acceder a la red de fibra de su competidor a través de un alquiler. El nuevo pacto mayorista mejora las condiciones para los 'rojos', tanto las comerciales como las vinculadas a la cobertura, a cambio de unos mayores compromisos de pago y una ampliación del plazo que permite a la dueña de Movistar asegurarse unos ingresos fijos estables.

Fue a comienzos de 2017, cuando Vodafone y Telefónica sellaron un primer pacto que resultó histórico. Unos meses después de que Másmóvil rubricara con Orange un acuerdo mayorista -que daba al cuarto operador un poder enorme en el mercado español para configurar una oferta convergente-, los británicos suscribían un contrato de largo plazo por cinco años. Con el objetivo de optimizar su inversión en la red y recortar sus propios despliegues, tras dos años desde la digestión de la compra de ONO, se aseguraban el alquiler de una parte mayoritaria de la fibra hasta el hogar desplegada por el antiguo monopolio. Mejoraba su situación competitiva y, en cierta manera, golpeaba a Orange, que había apostado por 'tirar' su propia infraestructura llegando a una cobertura incluso mayor que en Francia, su mercado de origen.

Ahora, tres años después y antes de su vencimiento, Vodafone ha cerrado una renovación del acuerdo. La rúbrica se hizo efectiva a finales de marzo, cuando ya se había iniciado el confinamiento por la pandemia del coronavirus, pero no se ha hecho público hasta ahora, tras incluirlo en el informe de gestión anual de todo el grupo consultado por La Información. En este documento, no exhibe las previsiones de gasto con este acuerdo, pero sí que reconoce que logra varias mejoras con las que da estabilidad al 'matrimonio'.

Por un lado, incrementa la cobertura. En el primer acuerdo, Vodafone tenía acceso a toda la fibra que había desplegado Telefónica en las llamadas zonas no reguladas, es decir, donde hay fuerte competencia y no tiene la obligación de compartir su red, y también en una parte significativa del resto. Ahora, incluye toda la planta que suma más de 23 millones de unidades inmobiliarias, donde se incluyen no sólo hogares, sino también oficinas o locales comerciales. No es el único progreso. También apuntala las condiciones "comerciales y operacionales". Es decir, los precios unitarios y la 'letra pequeña' técnica también le serán más favorables

Hay que recordar que Vodafone ha ido apostando en los últimos años más por su infraestructura móvil, que por la fija. Ha dado prioridad a la primera, donde ha exhibido su poderío en los últimos años en el 4G y también como primer operador que ha desplegado las primeras redes 5G. Esto ha llevado precisamente a aminorar de manera significativa todos los despliegues propios de fibra, al contrario de lo que han hecho competidores como Orange y Telefónica. 

Más ingresos para Telefónica

¿Qué gana Telefónica con esta extensión del pacto con Vodafone? La filial presidida por Emilio Gayo se apunta dos tantos importantes. Por un lado, incrementa los compromisos de compra fijos. La factura será más alta. Pero, además, consigue un plazo mayor, con lo que se asegura un flujo de caja más estable. El nuevo plazo será hasta finales del año 2024. El anterior tenía un plazo de cinco años, por lo que finalizaba a principios de 2022. Con esta ampliación se logran en la práctica dos años y medio más.

Los ingresos mayoristas de Telefónica han crecido en el último ejercicio en España, gracias a todos estos acuerdos, que se suman a la oferta regulada que es explotada por otros operadores móviles más pequeños. En el año 2019 facturó 2.227 millones de euros, lo que supuso un crecimiento del 2,7% -cinco veces más que la tasa de incremento del total del volumen de negocio-. Esta mejora vino precedida por algunas caídas debido a la pérdida del contrato que tenía suscrito con Yoigo y Pepephone antes de la compra de estas últimas por Másmóvil.

Más acuerdos similares

El de Vodafone fue el primer contrato que suscribió uno de los grandes operadores con el antiguo monopolio para tratar de explotar su extensa planta de fibra. Después llegaron más. Justo un año después de su firma, en el año 2018, Orange pactó uno similar sólo para la FTTH. El pasado mes de junio, Másmóvil también hizo lo propio, incluyendo la móvil. Y tanto el plazo (5 años) como el formato (compromisos mínimos de compra) coincidían. El cuarto operador se obligaba a pagar un mínimo de 100 millones de euros por el alquiler.

Estos acuerdos entre rivales se van a intensificar en los próximos años ante el inminente despliegue de las redes ultarrápidas de 5G. ¿La razón? Todos los operadores llegan fuertemente endeudados, tras años de un gran esfuerzo inversor. Por tanto, pactarán extensiones conjuntas y compartición de infraestructuras para tratar de rebajar el riesgo de solapamiento. El año pasado, Orange y Vodafone ampliaron su pacto para circunscribirlo también a estas redes, con lo que los británicos podrían lograr un ahorro de capital y operativo de hasta 600 millones en diez años. Ambas se comprometían a compartir sus redes móviles en todas las poblaciones de menos de 175.000 habitantes. Telefónica trató de sumarse, sin éxito por ahora, principalmente por las dificultades tecnológicas.

Las telecos se enfrentan a una ingente inversión de al menos 5.000 millones de euros en los próximos años para poner en pie el 5G. Harán todo lo posible para optimizar al máximo su cuenta de resultados y su Capex. La ampliación del acuerdo de Vodafone y Telefónica es un ejemplo de ello. Todas las fuentes del sector consultadas aseguran que vendrán más.

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