Para frenar la dilución

Diez horas de consejo en Abengoa y un hueco para los minoritarios en el capital

El fondo californiano ha tenido un gesto con los actuales pequeños titulares de la compañía, a quienes dejará que co-inviertan en la operación de rescate. El requisito mínimo es aportar cinco millones. 

Sede Abengoa Sevilla
Sede de Abengoa en Sevilla
Europa Press

Fue una jornada de alta tensión que se decidió por la mínima, pero sirvió para que Abengoa deshojara la margarita de su salvación. El sudoku de ayudas y concesiones que debe recibir la compañía sevillana dejó como ganador a Terramar, siempre visto con recelo por su perfil financiero y sus operaciones pasadas en compañías en apuros. El inversor americano está dispuesto a inyectar 200 millones y es definitivamente el único candidato posible. Como gesto conciliador, ha reservado un pequeño hueco al grupo de propietarios díscolos para que formen parte del futuro de la compañía. Pese a todo, nada está escrito hasta que el Gobierno a través de la SEPI se pronuncie sobre su tan ansiado rescate.   

Terramar ofreció al resto de accionistas de Abengoa inyectar junto a ella un 10% de su aportación (20 millones de euros), siempre y cuando alcancen un importe mínimo de cinco millones de euros. Aunque tendrá carácter paliativo, la medida será insuficiente para impedir la dilución. El inversor estadounidense inyectará 200 millones en la compañía y 60 de ellos irán directamente a ampliar capital. La decisión quedó sellada el martes, en una reunión extraordinaria del consejo de administración de la matriz Abengoa SA que duró más de diez horas, terminó a altas horas de la noche y estuvo cargada de tensión, según fuentes presentes en la cita. 

La jornada se alargó en exceso y no dio tiempo a comunicar ese mismo el acuerdo a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). La documentación se remitiría unas horas después en forma de dos hechos relevantes casi simultáneos. En el primero se reconocía la ausencia de ofertas alternativas al candidato estadounidense y en el segundo se desgranaba el complejo plan a tres bandas (Abengoa-pool de acreedores-SEPI) para aprobar un plan de viabilidad hasta 2027.

El consejo se extendió tantas horas que imposibilitó comunicar a tiempo a la CNMV las decisiones adoptadas

La próxima decisión debe ser la de los tenedores de la deuda de Abengoa y, por supuesto, la SEPI. El Gobierno no puede demorarse más allá del 30 de junio porque expira el plazo para poder dar ayudas a empresas afectadas por el coronavirus y poco después cae la moratoria para evitar el concurso de acreedores. Tiene ya sobre la mesa los informes de sus asesores, que han reformulado el planteamiento inicial del rescate y han concluido que la compañía es elegible. Pero dejan una advertencia: hay riesgo de no recuperar el dinero prestado en el tiempo establecido.

Así ha sido el tira y afloja con Terramar

La oferta de Terramar a los minoritarios ha estado sobre la mesa durante muchos meses, aunque los términos del acuerdo han ido variando al mismo tiempo que lo ha hecho la negociación entre las partes. Abengoashares, el bloque de pequeños propietarios más críticos con el perfil de este inversor, han rechazado en reiteradas ocasiones esta oferta. La negativa más significativa se dio en la última junta de accionistas, en la que el máximo representante de los minoritarios, Clemente Fernández, expresidente de Amper, entró en el consejo de la compañía

Fernández y sus dos consejeros afines votaron nuevamente en contra de esta opción en la reunión del consejo, porque siguen dudando de que detrás de Terramar exista algún proyecto industrial y no la intención de despedazar la compañía para sacar el máximo rendimiento a sus activos. No obstante, los votos favorables al inversor californiano se impusieron. Entre ese grupo estaba el voto de calidad del presidente de la filial sana de Abengoa (Abenewco 1), Juan Pablo Lopez-Bravo, inciden las fuentes consultadas.

El temor de Fernández y los suyos continúa porque afirman que el fondo estadounidense apenas ha aportado información sobre sus planes y que su historial de operaciones arroja muchas dudas. El mayor miedo es que tras su entrada se acometa un severo ajuste de personal (la compañía tiene 2.000 empleados en Andalucía y 14.000 en todo el mundo). Esta posibilidad fue descartada por el propio Lopez-Bravo el pasado mes de mayo en declaraciones a la prensa local

La alternativa de Abengoashares siempre ha pasado por armar un bloque de accionistas españoles que mantengan el carácter nacional de Abengoa. En el pasado, no obstante, llegó a tener cerca la entrada de los hermanos mexicanos Amodio, ahora dueños de OHLA. En los últimos meses, se ha especulado con el interés de varios empresarios para entrar en la ecuación y sacar del tablero a Terramar, aunque nunca ha trascendido ni la identidad de los postores ni los términos de su propuesta. Abengoashares también ha intentado abrir una línea de comunicación directa con la SEPI, pero el holding de Hacienda no les ha considerado un interlocutor válido.  

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