Toyota reducirá su producción mundial prevista para septiembre en un 40% con respecto a su plan anterior, según avanza este jueves el diario Asia Nikkei. La falta de chips y los rebrotes de coronavirus, especialmente en Asia, han complicado la situación en las fábricas de la compañía japonesa, el último gran fabricante de automóviles obligado a recortar su producción. En concreto, Toyota se había fijado fabricar un poco menos de 900.000 vehículos en septiembre, pero ha reducido el objetivo a a unos 500.000, según datos del mismo medio.
Hasta ahora Toyota había logrado capear la crisis de semiconductores mejor que sus rivales ya que tiene acumulado más material gracias a un plan de continuidad comercial renovado tras el terremoto de Fukushima de 2011. Sin embargo, el resurgimiento de casos de Covid-19 en el continente asiático ha agravado la situación.
La noticia ha supuesto un golpe para las acciones de Toyota, que cotizan en la Bolsa japonesa. Este viernes cerraron la sesión con una caída del 4,4%, su mayor caída diaria por volumen de ventas desde diciembre de 2018. Además, amplía el retroceso semanal al 6,7%. Estos retrocesos empañan los avances de los últimos tres meses, en los que el fabricante de automóviles había cerrado en positivo.
Pese a que Toyota no ha confirmado las cifras, un representante de la empresas señaló a Reuters que están analizando el informe sobre los objetivos de producción para adaptarse al escenario actual.
Durante su presentación de resultados trimestrales a principios de mes, la compañía ya advertió que se enfrentaba a un entorno empresarial impredecible debido a los nuevos casos en las economías emergentes, la escasez de semiconductores y el alza de los precios de los materiales, aunque entonces mantuvo sus expectativas de producción.
El escenario es similar para todo el sector y a la decisión de Toyota también se suma este jueves el anuncio de Volkswagen de que estudia recortar también la producción. El fabricante alemán señala los cuellos de botella que se están produciendo por la falta de chips. Aún así, espera que la situación mejore para fin de año y apunta a compensar el déficit de producción en la segunda mitad en la medida de lo posible
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