El plan de Naturgy de escindir su negocio en dos compañías independientes ha alertado a los sindicatos, actualmente inmersos en la negociación de un nuevo convenio colectivo, el primero de la era de Francisco Reynés. El propio presidente de Naturgy comunicó a los agentes sociales el bautizado como proyecto Géminis tras un consejo extraordinario celebrado el pasado jueves. La idea de un un 'spin-off' elefantiásico, que implicará la reordenación de cientos de sociedades, podría complicar el acuerdo sobre un nuevo marco de regulación de las condiciones laborales dentro del grupo energético, según varias fuentes sindicales consultadas por La Información.
La noticia ha puesto en guardia a los sindicatos. El giro les ha pillado por sorpresa. El propio Reynés informó de la escisión a los representantes de CCOO, UGT, USO y SIE el pasado jueves, unos minutos antes de trasladar el comunicado a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMV), a fin de evitar filtraciones. En el citado encuentro, la dirección del grupo apenas entró en detalles sobre los efectos de la división en la plantilla, argumentando que la futura operación todavía está en fase de análisis. Esta falta de concreción ha chocado en el entorno sindical, toda vez que el consejo ya ha aprobado el proyecto, pues el grupo quiere ejecutar Géminis este año.
La incertidumbre ha calado entre los trabajadores y amenaza con enredar las negociaciones para un nuevo convenio colectivo. El último acuerdo, II Convenio Colectivo de Naturgy 2016-2020, sirvió para culminar la homogeneización de las condiciones de trabajo de los convenios de Gas Natural y Unión Fenosa, así como del conjunto de filiales de la energética combinada. Dados los planes de escisión, Naturgy podría emprender el camino de vuelta.El periodo de vigencia de dicho texto concluyó hace dos años. Desde entonces se encuentra en ultraactividad. En este tiempo, sindicatos y representantes de la empresa han introducido modificaciones y avanzado en la primera negociación de un nuevo convenio que ha vivido Naturgy en el último lustro.
La próxima reunión de la Mesa Negociadora está prevista para esta misma semana. En el flanco sindical ya preparan una batería de preguntas relativas a los efectos de la futura división del negocio de Naturgy. Entre ellas, si el futuro convenio colectivo será único para las dos compañías cotizadas resultantes del spin-off, o si, por el contrario, cada una de estas sociedades se regirá por su propio marco de regulación interna en cuanto a las condiciones y relaciones laborales.
La futura escisión del negocio de Naturgy amenaza con dificultar la gestión del plan de pensiones del grupo, cuyo patrimonio supera los 507 millones
Ninguna de las dos opciones está libre de obstáculos. Los sindicatos prevén que la futura división del grupo en dos cotizadas autónomas -una con las infraestructuras reguladas de distribución y transporte (NetworksCo) y otra con los negocios no regulados (MarketsCo)- dificultará la gestión del plan de pensiones de promoción conjunta de los empleados del grupo energético. Se trata de un plan de aportación definida que cuyo patrimonio supera los 507 millones de euros, que se reparte en aproximadamente 3.855 empleados activos y más de 4.897 beneficiarios y partícipes en suspenso.
La compañía podrá optar por fraccionar el plan de pensiones único, lo que supondría volver al escenario anterior a 2009, cuando se integró el ahorro de los planes de pensiones de Gas Natural y Unión Fenosa, con CaixaBank como depositaria del patrimonio de ambos planes. La eventual división limitaría la capacidad inversora del citado plan de pensiones, dado que mermaría el patrimonio total gestionado por cada uno de ellas.
Por el contrario, mantener un plan de pensiones conjunto para ambas cotizadas entraña una mayor complejidad a la hora de mantener una gestión paritaria de dicha herramienta desde ambas entidades. En este asunto, los sindicatos tienen mucho que decir, cuentan con una fuerte presencia en la comisión de control de los planes. Adicionalmente, fuentes sindicales ven en la escisión un riesgo para la empleabilidad de los trabajadores del grupo, así como un escollo para la eventual recolocación interna de la plantilla. El proceso de negociación del nuevo convenio avanzará a tientas hasta que la dirección de Naturgy no aclare los pormenores del proyecto Géminis.
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