Una de cada tres empresas españolas ya ha ejecutado recortes de plantilla en 2019

  • El Banco de España detecta el primer retroceso en el porcentaje de sociedades que aumentan empleo desde el inicio de la salida de la crisis en 2013.
El 36% de las empresas han reducido su plantilla en los tres primeros trimestre del año / EFE
El 36% de las empresas han reducido su plantilla en los tres primeros trimestre del año / EFE

Por lógica la desaceleración económica no podía salir gratis. Y los indicadores estadísticos disponibles ya empiezan a mostrar de la manera más cruda el cambio de tendencia en la situación económica. El último de ellos ha llegado de la información que las empresas remiten con regularidad trimestral al Banco de España a través de la Central de Balances y revela que en lo que va de 2019 el 36,4% de las empresas han ejecutado reducciones de plantilla en tanto que un 14,6% la han mantenido y un 48,9% la han aumentado.

El número de empresas que siguen incorporando nueva mano de obra supera a las que ya han empezado a reducirla, pero el servicio de análisis de la institución advierte de que ese 'gap'  es cada vez más estrecho y que lo que sí se aprecia con claridad es un cambio de tendencia en la evolución de estos indicadores. De hecho, los datos publicados este viernes por el Banco de España -que ofrecen información de cierre del ejercicio 2018 y un avance de la marcha de la situación hasta el tercer trrimestre de 2019- revelan que el año pasado el porcentaje de empresas que creó empleo en España "se redujo por primera vez desde el año 2013" y que en lo que va de año esa tendencia no sólo ha variado sino que se ha agravado. De modo que en 2019 menos de la mitad de las empresas han aumentado el tamaño de su plantilla, cuando el año pasado ese porcentaje se aproximaba al 52%.

El universo de empresas que testa el Banco de España en sus avances trimestrales ronda el millar, lejos del medio millón de compañías que aportan información para la elaboración de la Central de Balances Anual, pero los datos tienen valor por las tendencias que apuntan sobre la actividad empresarial. En este sentido, la información publicada este viernes por el supervisor del mercado financiero revela también un frenazo de la creación de empleo, desde el 2% en que se movía en los tres primeros trimestres de 2018 a un tibio 0,5% en lo que va de año 2019.

El análisis fino de los datos publicados por el Banco de España permite observar otras tendencias muy típicas de los periodos de desconfianza en la situación económica. Un ejemplo. Entre las empresas que continúan creando empleo en 2019 la contratación temporal muestra una pujanza significativamente mayor que la contratación fija (crecimiento del 11,7% frente a incremento del 4,1% en los fijos), en tanto que entre las empresas que ya han empezado a recortar sus plantillas la salida de temporales es mucho más acusada que la de trabajadores indefinidos (-12,9% en los temporales, -2,7% en los fijos).

Otro vector significativo que detecta la información recabada por el Banco de España es que los sectores a los que más está afectando el parón de la actividad económica y del empleo son el 'núcleo duro' del mercado laboral: los sectores industriales y energéticos, donde se concentra el personal con una situación más estable y con unas condiciones laborales y salariales más confortables. 

La moderación de la creación de empleo ha coincidido con la mejora de las remuneraciones medias. El Banco de España explica que la subida del 5,7% en los gastos de personal registrada en 2018 se debe más al incremento del 1,3% de las remuneraciones medias que al del 4,4% en la creación de empleo, que palidece ante la subida del 6,2% de 2017; una tendencia que se ha acentuado a la luz de los datos disponibles en 2019 que muestran un tibio crecimiento de las plantillas del 0,6% (frente al 2,2% registrado en el mismo periodo del año anterior) y una evolución más dinámica de los salarios, del 2,2% (frente al 1,6% que se registraba a la misma altura de 2018).

Los beneficios empresariales se recortan a la mitad

Las consecuencias de la desaceleración se han trasladado también a los resultados empresariales. El Valor Añadido Bruto de las empresas, que se puede traducir como la aportación del tejido productivo empresarial al crecimiento del PIB del país, avanzó únicamente un 0,5%, frente al 3,7% registrado por esta estadística hace ahora un año. Según los expertos, el VAB de las sociedades no financieras explica en torno al 40% del PIB lo que puede dar una idea de la relevancia de un frenazo de esta magnitud.

En este contexto, el beneficio de las empresas se redujo un 44,5 % en los nueve primeros meses respecto al mismo periodo de 2018, lo que para el director de Economía y Estadística del Banco de España, Óscar Arce, es un indicio de que la actividad empresarial sigue expandiéndose, pero "se perciben señales de desaceleración", informa Efe.

El analista jefe de la institución ha querido poner en valor que el esfuerzo para reducir el endeudamiento llevado a cabo en los últimos años por las empresas "ha permitido aumentar su capacidad de resistencia ante posibles perturbaciones negativas", si bien ha apuntado que persisten situaciones de vulnerabilidad en algunas partes del sector empresarial. No obstante, las estimaciones de la institución indican que el número de empresas vulnerables en España es similar al que había en 2008.

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